Hace meses, antes de todo esto de la pandemia y vivir casi encerrados, me enamoré de un producto de JBL.

Venía de pasear por Uruguay y había parado a comprar algunas Canarias en el Free Shop de Paysandú, y ahí estaba…

Hermosa, hermosísima, la barra de sonido JBL-PSB 1 estaba conectada a un iPhone X algo y solo puedo decir que el sonido era impresionante. No se podía creer que de esa cosita finita salga un audio tan claro y unos graves más que decentes por no contar con volumen (o caja) de resonancia. Incluso estaba de oferta y los, por entonces, U$S 150 eran algo más de AR$6000 y no parecían algo descabezado.

Casi me la compro, de pura calentura nomás, hasta que mi novia me dice ¿y para que la vas a usar?

Imaginaba ponerla sobre la TV, pero a decir verdad cómo casi todo lo que veo en la TV viene por HDMI a la PC y la PC que tengo (que también está bautizada como Pequeña Gamer) está conectada a un viejo pero no obsoleto equipo modular Technics. Claramente se trataba de un capricho por algo hermoso y con un precio lógico, pero que no necesitaba.

Y ahora que me pongo a pensar, me doy cuenta de los prejuicios que uno tiene sobre estos equipos monolíticos, sobre lo bueno que es el sonido estéreo y lo poco que lo valoramos cuando nos volvemos loco por algo así o por los parlantes bluetooth que tan de moda están ahora. La realidad es que probablemente los beneficios del estéreo terminan yendo en contra de algo que «igual suena bien» y tiene la practicidad de estar sobre la misma mesa (o muy cerca) de una TV y no jode con cables y cosas por el estilo. Es así.

Practicidad mata audiofília

Cuando era chico, el primer dispositivo para escuchar música fue un «Walkman» chino que reproducía en sonido monoaural. Era tremendamente malo el desquiciado. Tanto, que tenía un ruido en el motor que se traducía en un chillido cuando reproducía un casete. Lo mejor es que fue el primer dispositivo electrónico que tuve, el primero que desarmé y el primero que rompí por desarmarlo al ponerle aceite de máquina de coser para quitar el chillido (dejó de funcionar el motor). Ese Walkman despertó a la bestia.

Lloré y le pedí perdón mil veces a mi vieja. Con el tiempo y gracias a ahorros que logré lavando la Estanciera de una tía, logré comprarme un Walkman de Sony que era estéreo y los casetes no chillaban al reproducirse. Era 1993 y escuchar algo en estéreo después de haberme acostumbrado tanto tiempo al mono era como pasar de ver una TV en Blanco y Negro a ver una TV Led 4K de una. Eso de escuchar que la música tenía otra dimensionalidad sumado a la calidad de sonido de un equipo japonés (que por cierto, también tenía ecualizador) me convirtieron en un pichón de audiófilo que, por lo menos, consideraba al sonido estéreo como algo imprescindible para el resto de su vida.

Pero los centennials no vivieron esa transición. Hoy alguien que anda por sus 20 (y también 30′) nació con dispositivos estéreo. Incluso el MP3 chino más choto – aquel que valía $100 hace unos años – sonaba por defecto en estéreo y tenía una calidad increíblemente superior a un Walkman chino barato de los 80’s. Lo más curioso que veo en los mas jóvenes hoy es que en lo que respecta al sonido ellos no valoran tanto el sonido estéreo, los instrumentos sutiles ni los matices de la música. Por lo general les importa más si tiene un sonido grave, profundo y cálido. Y obvio que mejor aún si suena fuerte. También las lucesitas deben sumar puntos ya que hasta las marcas más serias sacan modelos de parlantes que parecen más un platillo volador que a un equipo de audio de los 90’s.

¿Barras de sonido, si o no?

Prácticas, simples y suenan bien. Aunque a muchos les quedarán «cortas».

Mientras escribo esto, de fondo tengo a «The Last Dance», ese maravilloso documental de Michal Jordan y los Chicago Bulls de los 90’s y justo suena Coolio con Fastastic Voyage amplificados con el viejo Technics que les comentaba anteriormente y saliendo por unos parlantes Sony que pertenecieron a un LBT XB4 y me doy cuenta la importancia de tener un buen equipo de audio, pero a la vez, creo que con una buena barra de sonido (acá pueden ver las mejores barras de sonido calidad precio) alguien puede tener una experiencia similar sin tener que cargar con tanta complejidad, ni cables, ni la necesidad de lugar en un mueble.

Y allí es donde me acuerdo de esa tarde en el Free Shop donde estaban probando la barra de sonido con JBL con Dolby Atmos y mis oídos se sorprendieron tanto, recordando esas sensaciones que tenían las primeras veces que me apoyaba los auriculares del Walkman mientras escuchaba un casete de cromo con un recital de Genesis en vivo. Fue un instante, hasta que saltaron algunos prejuicios como los del estéreo, la distancia entre izquierdo y derecho y demás cosas que quizás, al fin y al cabo, no sean tan importantes.

7 COMENTARIOS

  1. Matias

    Por temas de espacio, practicidad y comodidad tengo una soundbar montada frente al sillon. La compre (año 2017) cansado del sonido chato de la tele (mas que nada para ver peliculas).

    La que compre tiene entrada optica, hdmi, usb y bt, es muy piola y voy a ser sincero, no tiene nada que hacer contra un sinto con unos lindos parlantes, ni punto de comparación. Pero para alguien que no tiene espacio y quiere agregar un plus de sonido y reproducir musica con un poco mas de cuerpo y que tenga algo de frecuencias esta mas que bien, sumado a que vale una cuarta parte de un sinto que tenga entrada optica hdmi y bt.

    Otro plus que tienen es que suelen venir con un diseño sobrio y que se integra bien si la queres colocar sobre el mueble que tengas bajo la tele o podes montarlos a la pared y no quedan mal.

    Para alguien audiofilo seguramente le deje gusto a poco, pero para alguien que esta cansado del sonido en general «malo» de las teles, es un plus

  2. Oscar

    Mi problema con las soundarbars es que cuestan mucho dinero para lo mal que suenan. No importa la marca ni el precio (ni cuando lean esto) no tienen nada que hacer frente a unos buenos parlantes amplificados.

    Tal como dice el articulo, entiendo porque existen y el problema que les resuelve a algunos consumidores: mejor sonido con una setup *relativamente* fácil. Pero por otro lado he visto soundbars prometiendo el oro y el moro a precios exorbitantes y que cuando las escuchas…decepcionan, por decir algo.

    En el living tengo unos parlantes Samson BT4 (si, monitores pero que suenan increible) con un amplificador Technics y la verdad que suena mejor que varias soundbars. He probado varias: JBL, Bose Y LG y no le llegan ni a los talones.

    Me causó gracia lo de los gustos modernos de los jóvenes. entiendo que está relacionado con como ecualizan las canciones ahora, basicamente para sonar «fuerte» y con unos bajos bien marcados -un fenómeno que justifica la existencia de esos auriculares espantosos llamados Beats-. A eso sumale que los estilos musicales de moda está diseñados para sonar así y tenes un combo espantoso. Podríamos hablar de la lumpenización cultural de estos estilos musicales y como (pese a tener toda la musica del mundo a su disposición) la juventud actual es musicalmente analfabeta, pero no da. Ya me fui por las ramas.

  3. Oem

    Me traje de ciudad del este una JBL Bar 2.1 por 200usd y vendí el HT 5.1. Muy contento con el cambio.

  4. Leo

    En su momento la puse en tela de juicio y por el precio que tenían termine comprando un hermoso Muteki 6.2 (el primero y mas vintage) y te puedo asegurar que conectar eso a la PS4 o a Netflix no tiene comparación con nada.

    Lo que si hay que reconocer es que con la cantidad de cables que escondí atras del mueble, puedo cablear la cancha de river!

    • Sebastián

      Acá otro consumidor de Muteki, un 5.2 que viene con 5 parlantes chiquitos, saque los dos frontales y puse 2 aiwa, increíble como suena conectado a la XBOX One por cable óptico.

      Es verdad que la cantidad de cables es desesperante, pero yo no me como el verso del atmos, que con una barra van a hacer «chocar» los sonidos en las paredes y techos para hacerlos volver a los oidos como un buen home bien instalado es un verso!!

      Pd: Sony, volve a largar los muteki!

  5. Ariel

    En mi caso particular, tengo armado mi home en el living el cual se utiliza para peliculas y videojuegos, pero normalmente uso otra TV en el comedor adjunto a la cocina… Dado que no tengo lugar para montar un equipo como corresponde, puse una barra de sonido. La idea es mejorar el sonido de la tele y poner algo de música por Bluetooth de fondo mientras cocino, cumple con creces.

    Una barra de sonido NO reemplaza a un home por mas chiches parlantes y codecs que maneje. Pero cumple con creces en lugares de mucho transito para escuchar de forma decente…

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