Existen dos mitos inamovibles en el mundillo de la fotografía, “Una buena cámara saca buenas fotos” y “Es un hobby para millonarios”. Este artículo viene a discutir con ambos al mismo tiempo mediante un sencillo ejercicio que puede hacer cualquier persona que me esté leyendo, pero principalmente dos tipos de lectores en particular:

  • Quienes quieran aprender fotografía y no puedan o quieran comprar una cámara “semiprofesional” nueva.
  • Quienes ya tienen una cámara, pero necesiten algo mas compacto para determinadas situaciones o quieran experimentar el crecimiento que nos da la limitación de recursos.

Primero, las aclaraciones pertinentes al origen de los mencionados mitos: Si entramos a un local con intenciones de comprarnos una cámara fotográfica vamos a encontrarnos con que las cámaras modernas a estrenar cuestan un par de cientos de dólares (ni hablemos de sistemas de lentes intercambiables) y en general la calidad de imagen en términos estrictamente técnicos mejora de forma proporcional al dinero invertido.

Ahora, la pregunta es, ¿Es esa la única manera de empezar a aprender fotografía entrar a un Garbarívega y salir con una Canikon a cambio de un riñón que pierda 25% del valor al salir de la caja? Claro que no, la humanidad viene experimentando con este arte desde principios del siglo XIX, y algo de todo lo que dejamos en el camino puede ayudarnos a iniciar nuestro camino si somos principiantes o a abrir la cabeza si ya venimos experimentando.

Para este artículo nos vamos a centrar únicamente en la fotografía digital. Si bien existen técnicas como la fotografía estenopéica donde fabricamos nuestra propia cámara con prácticamente cualquier cosa (una caja, una lata de birra, unos bloques tipo Lego, etc) y diversos procesos químicos para experimentar con la luz, no son en líneas generales procedimientos demasiado amigables para el recién llegado. Y las cámaras analógicas para rollo de 35mm, si bien económicas y sencillas, acarrean el costo extra del revelado y el consumible. Ojalá algún día sepa del tema como para poder armar un lindo artículo al respecto

Ah, genial, todas pálidas, ¿Y entonces qué hacemos?

La respuesta probablemente esté en tus manos en este momento. Y si no lo está, a lo mejor está sobre tu escritorio enfrente tuyo, o pegado a tu genitalia en tu bolsillo, o te lo olvidaste en el baño. 

Si, tu smartphone.

Fotos sacadas con un Motorola Moto G5 Plus:

Ya sea que uses la app de cámara por defecto o instales una aftermarket, con el sensor de cualquier teléfono actual de gama media estás más que sobrado para capturar imágenes de calidad y experimentar con la luz, la clave es encontrar la aplicación que más control nos permita ejercer sobre la captura y con la que más cómodos nos sintamos. Después de todo, la vieja frase “la mejor cámara es la que llevas contigo” cobra hoy una vigencia implacable, ya que contamos permanentemente con cámaras que tienen una potencia y versatilidad por las que Cartier Bresson hubiese matado a alguien a piñas.

Fotos sacadas con un Motorola Moto G3:

¿Y si la cámara de tu smartphone es verdaderamente un espanto?

¡Comprate una cámara digital compacta usada!

Si, una de esas cámaras como las que abundaban la década pasada, hoy por hoy se consiguen usadas por muy poco dinero y tienen una calidad de imagen que va de aceptable a muy buena, con sensores más grandes y controles más cómodos que los de un smartphone, zoom óptico y ningún sistema operativo con los que compartir recursos.

Fotos tomadas con una Sony Cybershot H55:

En mi caso estuve jugando este mes con dos, una Lumix LS80 y una Sony H55, que se consiguen en cierto sitio de venta online a 10 y 40 dólares respectivamente, y las menciono no porque las recomiende sino para que las conozcan y vean el tipo de equipo del que estoy hablando.

La Sony H55 tiene un sensor CCD de 14mp y un lente equivalente a 25-250mm (zoom 10x) f/3.5-5.5. La Lumix LS80 tiene un CCD de 8mp con menor rendimiento en baja luz, pero compensa con un vidrio ligeramente mas luminoso en la focal corta equivalente a 33-100mm (zoom 3x) f/2.8-5.5 diseñado por Leica -Juan Carlos Leica de José C. Paz aparentemente, porque la distorsión de barril que tiene mete miedo- y un mejor estabilizador de imagen.

¿Dónde están, entonces, los 30 dólares que marcan la diferencia? En los controles manuales.

La Lumix LS80 es completamente “point and shoot”, podemos alterar la sensibilidad ISO y la “compensación de exposición” (que es como decirle a la cámara “quiero la foto mas clara/oscura de lo que vos estás sugiriendo) pero los settings de velocidad y apertura quedan a criterio del aparato, y apenas podemos influir en su decisión con los “modos de escena”: Si elegimos modo retrato, tendría sentido asumir que la cámara va a buscar abrir el diafragma y compensar luz subiendo la velocidad, y lo contrario para paisaje, pero no podemos operarlo nosotros. Mucho más de dichos modos no puedo hablar porque en el ejemplar que me prestaron no funcionaban xD.

Fotos sacadas con una Lumix LS80:

La Sony H55 se puede operar en forma manual. Tiene dos settings de diafragma (f/3.5 y f/8) y una velocidad de obturación que baja hasta ¼ de segundo, que si bien no nos permite sacar fotos de la galaxia y todo eso, nos habilita algún que otro barrido. No tiene diales como las DSLR pero estas configuraciones están a dos botones de distancia.

Veredicto.

  • Si contás con un smartphone con cámara potente, digamos un flagship o gama alta de cualquier marca, aprendé a domarlo. Entendé las circunstancias en las que brilla y en las que falla, probá apps de cámara y retoque hasta que alguna te haga sentir cómodo, e intentá explotarlo al máximo. Y si permite configurar la velocidad de obturación y la apertura de diafragma, te va a costar encontrar una cámara que cueste menos de la mitad que tu teléfono y traiga algún feature que justifique la compra.
  • Si la cámara de tu teléfono no está a la altura de las circunstancias, comprate la cámara compacta más barata que encuentres en el mercado de usados y tenga controles manuales. Creo que estas opciones son vitales tanto para empezar a aprender a manejar la luz como para poder tener una cámara en el bolsillo y dejar la Réflex en casa sin volvernos locos cuando el aparato no entiende lo que queremos que haga.

Después de todo, una foto que sacás con herramientas no ideales es mucho mejor que una foto que no sacaste. Y, por sobre todas las cosas, la experiencia que adquieras te va a permitir hacer mejores fotos con la herramienta que sea, de la misma manera en la que Angus Young te rompe el cerebro con un solo incluso si toca con una Faim con dos cuerdas menos. Como dice el dueño de casa: «Es el indio, no la flecha»: Hasta una imitación de Bic puede escribir un librazo si la idea que la mueve es auténtica. Todo lo que aprendas con estas herramientas te va a permitir aprovechar mejor un equipo grande cuando lo tengas, y si ya sos un fotógrafo experimentado, la limitación te va a exigir ingenio y creatividad para expresarte fuera de tu zona de confort

¿Y qué podés hacer con toda la plata que te acabás de ahorrar? Podés hacer un curso o taller de fotografía, presencial u online, pagar licencias de software de retoque, comprar una bocha de droga, comprarte otras diez cámaras usadas de bolsillo, cambiar la compu o incluso donarla a uno de los pocos blogs latinoamericanos de tecnología que la sigue remando.

De nada.

Tips random:

  • Ante la duda, subexponé. Siempre es más fácil recuperar data de las sombras que de las luces, y con cámaras viejas seguramente te de menor ruido subir la exposición con herramientas modernas de retoque que con ISO en cámara.
  • Si sacás con el celular, retocá ahí. Las herramientas son mucho más intuitivas que las de PC, y son gratuitas. Recomiendo personalmente Google Snapseed.
  • No te quedes con las ganas de sacar ninguna foto: Siempre es preferible sacar algo y que sea un desastre, a quedarte pensando en lo que podrías haber hecho. Aplica a casi todos los aspectos de la vida.

Todas las fotos de las cámaras fueron retocadas con Adobe Lightroom Classic.

Todas las fotos de los celulares fueron retocadas con Google Snapseed.

7 COMENTARIOS

  1. Carli

    Muy buena nota! Me encantó.

    Al final de cuentas no es la cámara si no la calidad y cantidad de edición que le pones después.

    Es una lástima que no exista sacar fotos buenas sin meterle maña a perfeccionarlas.

    Más notas como está!

    Saludos!

    • Isidoro

      Siempre fue así. En la era analógica, después del ojo para disparar, el laboratorio hacía la diferencia.

  2. Gomma

    Muy buena nota!

    Le regalé a mi esposa el S7 hace 4 años y hace 1 año que es Influencer.

    Saca fotos únicamente con celular y las edita también con el celu.

    Es como dice el dicho, la cámara no hace al fotógrafo!!!

    Buen finde!!!

  3. Zorro1

    Hermosa nota y justo a tiempo! Ya estamos en «la época» del año que me motiva más a sacar fotos

  4. Alexander

    Una cámara mas que recomendable es la nikon p500 que tengo. Tiene todos los controles manuales un mucho zoom (x36), podes sacar fotos nocturnas tranquilamente.

    Y la vi en ML a $8000 maso usadas. Como para aprender a usar una camara es mas que suficiente!

  5. Buen artículo, y todavía mejores fotos… No me imagino lo que harías con una Sony a7 III.

    yo tengo una Nikon D3300 (APSC gama baja) con algunos objetivos fijos y la calidad me parece excelente.

  6. Juan Pablo

    Gran nota! Muy motivadora. Te hacen notar que a veces nos rodeamos de una parafernalia innecesaria. En un viaje perdí mi querida Canon A540. Lo que he exprimido esa cámara.

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