La netbook que se resistió a la traición

Hay pocas historias que se convierten en anécdotas en este mundo del servicio técnico, dicen que muchas son inventadas por los mismos para llamar la atención en los asados. Es probable que la siguiente sea una de esas. Por las dudas les aviso que cualquier semejanza con la realidad, es mera coincidencia.

En julio de 2007 se casaron, ya habían convivido año y medio por lo que el paso mas difícil en la historia de la pareja había pasado casi sin sobresaltos. Dicen que aprovecharon que en julio es verano en el caribe y tuvieron una luna de miel increíble. Parecían la pareja perfecta, o bueno, más perfecta que la gran mayoría.

El le regaló una netbook rosa marca HP para su cumpleaños número 29 que fue en 2010. Los que conocen la pareja dicen que felices pasaron sus primeros 2 años de relación conyugal y al tercero comenzaban algunos altibajos, “nada de qué preocuparse” dirían ambos, o “son cosas que pasan”. Así él dejaba la PC para su trabajo y boludear con los jueguitos, como solía decir. Ella comenzó a usar Facebook y con eso a reencontrarse con viejas amistas y a conocer nuevas. Dicen que a él le hizo ruido aquello, pero… ¿qué mejor cosa que ver a tu pareja contenta?

(Una HP mini como esta envuelta en una clásica historia de… ¿amor?)

Ella comenzó a socializar con sus anteriores y nuevas amistades y con ello decidió a «volver a las pistas» cuándo por años sólamente salía con él o con el grupito de amigas para «fin de año o navidad, la que mejor coordinemos». Él comenzaba con los clásicos celos que tanto había suprimido hasta entonces y la cosa se ponía cada vez mas nubosa. Aquello que empezó como algo ideal se diluía de una manera lenta y constante.

Él no era un geek, pero tenía algunos conceptos de informática algo avanzados. Dicen que buscó en Taringa! un keylogger y lo instaló en la netbook rosa. A partir de entonces su obsesión fue tal que ños días posteriores su verdadera atención se centraba en leer y leer aburridos logs. Todo fue en vano, hasta que en menos de una semana encontró lo que buscaba. Ella lo engañaba y solamente una amiga de ella que se conectaba muy esporádicamente lo sabía.

La psicología entiende el concepto de asociación y si bien no sé del tema creo que es probable que éste hecho le genere una tremenda culpa a él por haberle regalado esa maldita netbook rosa, como si la culpable fuera la pobre maquinita de aspecto tan frágil como estilizado. Desde ese momento, él,  que, según dicen, amaba tanto a su mujer que sintió que volcar su bronca por lo que estaba viviendo era dañarse más a si mismo decidió hacer otra cosa mientras en silencio comenzaba a pensar en la separación: Como si una venganza se tratara, decidió matar a la netbook. La netbook dejaba de ser netbook y se convertía en un símbolo.

El plan de venganza no tardó en comenzar. A los dos días él llegaba más temprano a la casa y una gran tormenta era inminente. Ella no estaba pero la netbook estaba abierta y encencida, cuando vio el ventanal tan cerca del escritorio donde estaba el equipo decidió abrirlo de par en par, irse y dejar que cuando comience a llover, el agua haga el «trabajo sucio».

Fue a hacer unas compras y cuando volvió, además de mojado, encontró a su futura ex con un trapo limpiando el desastre, le dijo “negro, no vas a poder creer, pero cuando llegué encontré abierta la ventana y la máquina todo mojada, ¡pero anda!”

En ese momento se dio cuenta que había un karma que no podría quebrar tan fácilmente.

Al día siguiente él también llegó temprano, cuando vio la máquina encendida no lo pudo soportar. Esta vez la acción del hombre sería radical. Agarró un balde, lo llenó de agua y la sumergió por completo. Como es lógico la pequeña belleza rosa moría instantaneamente. “Viste que no sos a prueba de agua” dicen que dijo. Al rato comenzó a borrar pruebas, casi todas con un trapo y un secador de cabello. Al final, volvió a colocar a la víctima en su lugar.

Su dueña llegó y luego de darse un baño decidió usarla, como era evidente lo llamó y le comentó que cuando se fue estaba encendida y ahora no prendía “ni una luz”. Él, desentendido, le dijo que era probable que la humedad interna que podía haber quedado haya llegado a los circuitos principales. Ella se puso un poco triste, pero no pasó mucho más. Él se sintió vacío, como si su venganza no correspondía a lo que sufría por dentro, quizás por eso le dijo “dejame llevarla al técnico, quizás pueda arreglarla”.

Días mas tarde fue ella quién decidió llevarla al técnico, que, extrañamente, era un viejo conocido de su futuro ex marido. Le comentó la situación y le dejó su pequeña netbook rosa en sus manos. Él técnico, que no tenía ideas sobre lo sucedido decidió hacer lo que se hace en estos casos, que incluye desarmar, limpiar con alcohol isopropílico y otras cosas mas específicas y que se mantienen en secreto profesional (o que, al menos, la historia no contempla).

Cuenta este técnico, que le contó otro técnico, que le contó otro técnico, que era el técnico que reparo ese equipo que a los dos días tenía a la “rosadita” flamante. Llamó a la casa para avisar y lo atiende ella, por lo cual rato más tarde fue a buscarla, pagó, y se la llevó contenta.

A los 3 días cayó él al local de su conocido (los cuales fueron muy amigos en la adolescencia) con la, a esta altura, pobrecita netbook. Y luego de saludarlo, dicen que la charla fue algo cómo esto:

– Che cabeza, ¿cómo hiciste para arreglarla?

– Jaja, es un secreto técnico, lo importante es que tu señora ahora puede disfrutarla.

– No, pero en serio, ¿cómo mierda sobrevivió a todo lo que le hice?

– ¿Cómo? Si se mojó toda por haber quedado abajo de la lluvia

– No, es que, esta hija de puta… esta hija de puta me está cagando. Ya venía sospechando y le puse un keylogger que bajé de Taringa! para verificarlo. Si me enteré que hasta “XXX” sabe que ésta me está cagando.

– O sea que vos dejaste que la máquina se moje.

– Si, y hasta la metí en un balde con agua.

– Ahora me cierra más… ¡tenía sulfatado lugares inconcebibles!

– Bueno, todo muy lindo que vos la hayas arreglado, pero ahora la tenés que romper.

– ¿Romperla?

– Si, romperla, y aparte, romperla para que nadie se dé cuenta.

– Boludo, no es ético lo que me estás pidiendo…

– Pero negro… ¿me estás hablando en serio? ¿Con quién te rateabas cuando llegaste en tercer año y no conocías a nadie? ¿quién fue tu primer cliente? ¿quién fue el único del grupo que te bancó contra aquellos rugbiers esa noche cuando el gordo “XXX” se enteró que le comiste la novia?

– Bueno, mirá… pero esto no te lo cobro, yo cobro por arreglar, no por romper.

Dicen que el técnico agarró la máquina y con un amargura tremenda desoldó un componente superficial, quitó algunos puntos de soldadura y volvió a resoldar… mientras hacía esto su mente y su cuerpo le jugaban malas pasadas. El técnico siempre tuvo buena leche, dicen, y hacer este tipo de cosas le generaba muchísima culpa. No era ético lo que estaba haciendo, pero ver a su viejo amigo en ese estado pudo más. Sintió que era partícipe de un crimen piadoso.

A los 20 minutos, el técnico vuelve al frente del local, entrega la fallecida y dice:

– “Me siento el doctor muerte de las PC’s, aunque la diferencia es que la rosadita no quería morir”.

Dicen que en esa previa de asado y mientras se contaba esa historia, nadie se atrevió, ni siquiera a moverse para encender un cigarrillo y por esto mismo esta historia vuelve, una vez mas, a un asado virtual entre informáticos, cómo lo es alt-tab.