Ahora que todos estamos con el hype de House of the Dragon (todos los domingos por HBO) es un buen momento para recordar a la serie que llevó a la fama – televisiva, porque ya era famoso – a los libros de George R.R Martin y su increíble mundo de fantasía. Juego de tronos (cuyo título original es Game of Thrones y en el argot popular es conocida simplemente como GoT), es una serie televisiva que cuenta – para muchos fans e incluso críticos – como una de las mejores producciones jamás hechas para la pantalla chica. Fue estrenada en el año 2011 y durante casi una década entretuvo a millones de televidentes alrededor del mundo.
Aunque el final decepcionó a unos cuantos (por no decir a todos) es innegable que tuvo un enorme impacto cultural en el mundo del entretenimiento, que también abarca las tragamonedas en línea que podés jugar siguiendo este enlace https://gg.bet/es/casino/slots.
La temática de fantasía medieval no fue particularmente innovadora, pero sí el desarrollo de sus personajes y la historia adaptada de las novelas Canción de hielo y fuego. En especial destacó por sus impecables actuaciones, la música original y su puesta en escena, con un costo de producción que llegó a los 15 millones de dólares por episodio en la última de sus 8 temporadas (Elespectador.com, 2022). La serie fue escrita y dirigida por David Benioff y Daniel Brett Weiss y producida por HBO. A tres años de su conclusión vale la pena analizar su legado en la audiencia y en realizaciones audiovisuales posteriores cómo su sucesora, que en realidad es su predecesora en lo que respecta a la historia, pero bueno, ya hablaremos de ello más adelante…
Implantó nuevos estándares de calidad para series de fantasía
Es innegable que hay un antes y un después de Game of Thrones en la seriedad con la que las plataformas de streaming y cadenas de TV toman las series de fantasía. En la historia participan dragones, hechiceros, muertos vivientes y demás seres sobrenaturales, sin embargo, nadie duda de que es un producto destinado a un público adulto.
Gracias a su gran presupuesto y a la participación de los mejores profesionales en su realización, cumplió con las expectativas de este en cuanto a factura visual y guión. En varios sentidos GoT parece más un proyecto cinematográfico que como una serie de televisión, especialmente en las últimas temporadas. Y esto se debe a que se invirtió en cada capítulo la cantidad de trabajo y dinero necesario para una película.
En este aspecto, su influencia se siente en productos más recientes como Stranger Things, Westworld y The Mandalorian, además de las series de Marvel: Wanda Vision, The Falcon and the Winter Soldier, Loki, Hawkeye y Moon Knight, cuyas temáticas rondan también la fantasía sobrenatural, la ciencia ficción y los superhéroes, pero son tomadas seriamente y se procura ejecutarlas con la máxima calidad audiovisual. No hay duda de que este fenómeno de las superproducciones de fantasía para TV y sitios de streaming lo seguiremos viendo en el futuro cercano.
Reivindicó el formato de un episodio a la semana
Aunque tenga características que nos recuerden a las producciones cinematográficas, Juego de tronos se encargó de devolvernos la expectativa semanal de ver nuestro show favorito en casa. Esto es especialmente relevante en un entorno donde poco a poco nos habíamos acostumbramos a los modos de consumir las series en Netflix, que saca las temporadas completas el mismo día en un formato ideal para “maratonear”.
Uno de sus más importantes legados fueron las discusiones que se desarrollaban en redes sociales durante y después de la transmisión, de donde surgieron teorías y puntos de vista encontrados acerca del programa. Esto se ha repetido con producciones como Euphoria, también de HBO, y otras tantas series (de esta cadena además de Hulu, Apple y Disney+) que explotan ahora las emociones y los cliffhangers de cada capítulo individualmente.
Tuvo una estructura narrativa impactante y atrevida para el género
Una de las mayores virtudes de GoT, y que mantuvo al borde del asiento a más de uno, es que dentro de la historia no había reparos en asesinar a cualquiera de los protagonistas en el momento menos esperado. Eso sucedió varias veces desde la primera temporada, en cuyo final muere quien había sido el personaje central hasta entonces: Ned Stark.
Tuvo violencia explícita, tensiones políticas, sexo y pocas recompensas para las acciones de los personajes principales. No se trató de una historia lineal en que el héroe desarrolla sus habilidades mientras enfrenta peligros, recurso común en las producciones de fantasía. Sino de la mezcla del “relato fantástico con un soap opera medieval repleto de giros y personajes que te dejan enganchado al final de cada capítulo”, explica el guionista de cine Naxo López (Huffingtonpost.es, 2021), quien también resalta la complejidad dramática de los personajes. Estos afrontan situaciones universales asociadas a la naturaleza humana, como la ambición, la corrupción de las virtudes y las luchas por el poder.
Un fenómeno trascendente en la cultura popular
Game of Thrones fue tan famosa y alcanzó niveles de rating tan altos, que se ha mantenido en el social talking hasta la fecha. El episodio final fue visto a través de streaming por 19,3 millones de personas en simultáneo al momento de su estreno, lo que en ese momento configuró una cifra nunca antes alcanzada en HBO (Cronista.com, 2020). Además 13,6 millones de espectadores lo sintonizaron en los canales televisivos de la cadena, superando el récord que mantenía Los Sopranos como el suceso televisivo más visto.
Frases como “Winter is coming”, sucesos impactantes como la “boda roja” y los personajes principales en sí, han trascendido la serie y aparecen referencias a ellos en las conversaciones aún en nuestros días. Ese es parte del impacto en la cultura popular de GoT.