Así capturan imágenes las cámaras Réflex

¿Alguna vez te preguntaste por qué las cámaras de fotos se llaman, justamente «cámaras»?

Muchas veces nos pasa que ni siquiera nos preguntamos acerca de los nombres de las cosas y seguramente éste es un buen ejemplo. Muy bien, las cámaras se llaman así porque el principio básico de la fotografía durante años se basó en una cámara oscura donde se encuentra un material foto-sensible que captura la imagen procedente de un objetivo. Luego, el tipo de fotografía resultante dependerá del tipo de objetivo y la exposición (cantidad de tiempo en el cual el material fotosensible se encuentra excitado frente a la luz proveniente de la imagen).

Aunque parezca extraño, el concepto de funcionamiento de las cámaras Réflex no ha variado desde su ingreso al mercado, alrededor de 100 años atrás. Obviamente han existido mejoras en casi todos los aspectos pero, al igual que una bicicleta – solo por poner un ejemplo – el principio básico de funcionamiento se mantiene casi sin alteraciones. Quizás el mayor cambio en estos últimos años es que el material foto-sensible es ahora un sensor digital que transforma la imagen en BITS y la graba en una tarjeta de memoria en lugar de hacerlo en una película fotográfica. Lo demás, es «casi» lo mismo.

Pero… ¿cómo funciona realmente una cámara DSLR? Podemos quitar la D, que significa Digital porque, como bien dijimos, hasta la parte de capturar la imagen son prácticamente iguales que las SLR análogas o «a rollo». Las fotografías son un poco complejas de explicar porque la mayoría se sacan en centésimas de segundo y explicar cómo funciona una cámara requiere de conceptos cuasi instantáneos (una analogía práctica sería explicar cómo funciona un arma de fuego) aunque quizás la explicación sea mucho más fácil viendo el siguiente vídeo de Slow Mo Guys donde intentan explicarlo a unos meros 10000 cuadros por segundo.

Funcionamiento del sensor de una cámara Réflex

Para hacerlo lo más simple posible, cuando es disparada una cámara Reflex, pasa lo siguiente:

1) En el estado normal puede verse un espejo a 45° desviando la luz al visor.
2) Ni bien dispara, el espejo «se va para arriba» y se pega al «techo» de la cámara».
3) Pasan unos microsegundos esperando que el espejo deje de vibrar.
4) El obturador «baja» las cortinas. La luz pasa hacia el sensor y éste captura la imagen.
5) El obturador cierra nuevamente el ingreso de luz al sensor. Se deja de captura la imagen.
6) El espejo baja nuevamente a su ángulo de 45°. El usuario vuelve a poder previsualizar.

Todo esto sucede en cuestión de décimas de segundos o menos, salvo cuando se sacan fotografías de larga obturación como las nocturnas donde se busca capturar las estrellas o las trazas de las luces de los vehículos en una ruta, por poner algunos ejemplos.