En los ’40 y ’50 , las computadoras no eran lo que hoy por hoy tenemos por una. Una computadora de esas épocas a un joven de hoy le parecerían más el interior de una nave de una película mala de ciencia ficción que lo que tiene su bolsillo; y sin embargo, en ese tiempo, el hecho de tener una era exclusivo privilegio de los agencias más importantes de los gobiernos de las potencias y de las universidad más prestigiosas del mundo. Casi todo lo que era desarrollado en la informática, en estas épocas, tenía un fin bélico. No existían tales conceptos como la computadora personal, ni Internet, ni la interfaz gráfica, ni nada similar.

La máquina TX-2, computadora que luego deslumbraría a Licklider

De hecho, en esos tiempos, las computadoras ni siquiera interactuaban con los humanos. Los programas eran insertados en las computadoras por un especialista mediante cartas perforadas que eran escritas por los programadores. Esto era llamado «batch processing». Para entender esto, una analogía con una calculadora (que básicamente, es una computadora simple):

Imaginate que las calculadoras sean tan grandes y caras que solamente pueda haber una en tu ciudad, y eso si tu ciudad es de las suertudas. Suponete ahora que querés hacer una operación, pero es muy complicada para hacerla manualmente y querés usar la calculadora. Para empezar, bueno, tenés que ser alguien importante, porque las calculadoras no pueden ser usadas por cualquiera, pero eso aparte: deberías escribir en un papel la operación, llevársela a alguien que sabe introducir la operación en la calculadora, esperar a que la calculadora termine de hacer otras operaciones (quizás más complicadas que la tuya y que podrían tardar semanas), esperar a que le toque a tu operación (porque hay mucha gente que quiere usar la calculadora), esperar que la calculadora haga tu operación (especialista que la introduce mediante) y luego esperar que te devuelvan, impreso, el resultado.

Probablemente si le describís este proceso a alguien no se imagine que una computadora, sobre todo hace tan poco como 50 años atrás, podría funcionar de esa manera, pero así lo hacían y para su tiempo, era revolucionario.

Pero hubo alguien (siempre hay alguien) que imaginó otra cosa. Hubo alguien que imaginó un mundo donde los humanos podríamos interactuar directamente con la computadora, sin intermediarios ni tabletas con programas fijos que no permitían al usuario tener algún decir en qué quería que el programa haga más allá de lo que el programador establecía; un mundo en donde varios usuarios podrían usar una computadora al mismo tiempo; un mundo donde las computadoras sean interactivas; un mundo de computadoras conectadas, de ciudadanos informados, unidos y participativos…

J. C. R. Licklider

«Él podía ver la solución a un problema antes de que nosotros pudiésemos siquiera calcularla.»

-Un Colega

JCR Licklider

Joseph Carl Robnett Licklider (o simplemente «Lick», como casi todo el mundo lo llamaba) era un tipo con un montón de intereses, y ninguno de ellos fue la informática, en un principio.

Nacido en St. Louis en 1915, único hijo, siempre supo que quería ser un científico, pero nunca estuvo seguro de qué rama seguir, y cambió de estudios varias veces: pasó de química a física a artes y de allí finalmente a la psicología. Cuando se graduó en 1937, era licenciado en psicología, matemática y física. Su trabajo en psicología se fue enfocando cada más en la psicoacústica.

No negaba tener un tiempo de atención corto, y se sumergió, a través del tiempo, en muchísimos temas, pero cuando lo hacía, se sumergía hasta lo profundo. Le aconsejó una vez a un amigo «nunca comprometerse con un proyecto que dure más de 7 años», a fin de poder siempre terminar un proyecto y enfocarse en otros.

Carismático e inteligente, para el ’42 era visto como uno de los teóricos más importantes en la naturaleza del sistema nervioso auditivo, al que una vez describió como «el producto de un arquitecto maravilloso y de un albañil descuidado». Admirado también por sus habilidades para resolver problemas, una vez fue descrito como poseedor de la mejor intuición del mundo»

Su mayor problema, según su mujer, era ser increíblemente humilde, al punto de desestimar de que sus compañeros de trabajo roben sus ideas, y simplemente pedirles que «se terminen llevando a cabo».

Licklider era, basicamente, un pan de dios. Tenía el combo completo: inteligencia, amabilidad y carisma; y además su mayor defecto era… ¡ser muy humilde!. Qué raro que no haya sido Argentino.

Lick, el M.I.T. y la computadora SAGE

«El sistema SAGE inspiró a varios pensadores, incluído Licklider, a ver la computación bajo una nueva luz.»

La computadora SAGE

En los ’50, el mayor miedo estadounidense era que los soviéticos lancen un ataquen nuclear atravesando el polo norte. Como consecuencia, un grupo de científicos del MIT se reunió en lo que sería conocido como el Proyecto Charles. Los miembros propusieron a la fuerza aérea yanki crear un centro de investigación con el único objetivo de crear tecnología para prevenir ataques aéreos. Así fue como el Laboratorio Lincoln fue creado. Su propuesta de defensa, lanzada en el ’52, era compleja: involucraba radares desde Hawai a Alaska, y del archipelago candiense hasta Groenlandia, luego Islandia y por último las islas brítanicas. Por supuesto, lo único capaz de hacerse cargo del control de tan complejo sistema era una computadora, y así nació la «Semi Automatic Ground Environment», o SAGE.

Lick, que ya estaba trabajando en el MIT en una posición en el Laboratorio de Acústica, y que se ofreció voluntario para reunir un equipo de ingenieros para el Laboratorio Lincoln, vió allí por primera vez lo que luego describiría como la simbiosis entre el humano y la computadora, donde la computadora se encarga de resolver problemas que el humano no es capaz de tratar con tanta eficiencia. Él vio por primera vez a la computadora y al humano como un sistema conjunto, un «equipo», por llamarlo así.

De como Clark encontró a Lick

«Estaba haciendo algo de psicometría, y era claramente alguien interesante»
— Wesley A. Clark

Si bien el incidente anterior cambió la perspectiva de Lick sobre la informática, siguió con su carrera en la psicología, creando de hecho lo que hoy sería llamado un departamento de psicología cognitiva, que fue cerrado luego de un tiempo por el MIT, que quería usar sus fondos en algo más tradicional.

Pero algo sí cambió poco después, y ese algo fue propiciado por Wesley Clark y el resultado de su trabajo, la máquina TX-2.

Wesley A. Clark

Clark trabajaba en el sótano del Laboratorio Lincoln, y un día decidió investigar el interior de una puerta que siempre permanecía cerrada. Intentó abrirla, y para su sorpresa, cedió. Adentro, en la oscuridad, encontró a un hombre con láminas y anotaciones, trabajando en algo relacionado con psicometría. Le comentó que ese trabajo podría ser hecho por una computadora, y lo invitó a ver la máquina TX-2.

Por supuesto, ese hombre era Licklider.

Licklider y la máquina TX-2

«Si no le hubiesen estado pagando trabajar, el habría pagado para hacerlo.»— Louise Licklider (esposa de Lick)

Clark no pudo enseñar a Lick a programar la máquina TX-2. No porque Lick fuese lento, sino porque esta era una tarea sobre humana. No había ayudas, ni guías, ni siquiera un sistema operativo que estandarizase los códigos a ser usados.

Pero había algo que esta máquina hacía muy bien, y era mostrar información en las pantallas. De hecho, fue una de las primeras computadoras en usar gráficas interactivas, y le permitió a Clark explicarle a Lick las ideas fundamentales del uso interactivo.

Y así comenzó la carrera de la informática de Licklider. La impresión de esta reunión fue tal que se fue alejando cada más de la psicología para acercarse a la informática. Comenzó a ver a las computadoras como una manera de cambiar el mundo, y esta idea le obsesionaba. Pasaba horas frente a la pantalla interactiva.

Man-Computer Symbiosis

«Lo que esperamos es que en no muchos años, los cerebros humanos y las computadoras estén estrechamente (…) emparejados, y que la asociación resultante pensará como nunca un cerebro humano ha pensado y procesará datos de una manera nunca vista por las máquinas de gestión de información que conocemos hoy en día»— J. C. R. Licklider

Todas sus ideas comenzaron a girar en torno a la noción de que el progreso tecnológico salvaría a la humanidad. La actividad política, para Lick, sería cambiada radicalmente. Imaginó, ya en el final de los años 50, un futuro en el que los ciudadanos estarían informados, interesados e involucrados en las actividades del gobierno gracias a las computadoras. Pensó ya sobre lo que él llamó «consolas de computadoras personales» y televisiones conectadas en una red gigantesca.

Todas estas ideas culminaron en lo que sería su artículo de más importancia, publicado en el 1960: «Man-Computer Symbiosis» (La Simbiosis entre el Humano y la Computadora). La idea principal del escrito se podría resumir en que un emparejamiento de los humanos y «los miembros electrónicos de la pareja» (sic) convertiría a la toma de decisiones en un proceso cooperativo. Él mantenía la postura de que las computadoras seguirían siendo usadas para lo que hacen mejor: los cálculos, el trabajo de fondo; pero que nunca podrían reemplazar a un humano. Sin embargo, el ahorro de tiempo llevaría a una sociedad más próspera, ya que los humanos podríamos desenvolvernos mejor en las aéreas en las que nosotros debemos hacer: tomar decisiones y desarrollar nuevas visiones.

En este momento, la reputación de Lick dejó de ser la de un psicólogo para ser la de un informático. Ya no había vuelta atrás. Aunque a nosotros no nos lo parezca, sus ideas eran de las más imaginativas y atrevidas que se habían escrito y publicado.

Lick en el ARPA

Dos años antes de publicar su artículo, Lick había dejado de trabajar en el MIT para ir a una pequeña consultora en Cambridge, pero su estadía allí resultaría corta, ya que en 1962 Ruina, el director del ARPA (Advanced Research Projects Agency – Agencia de Investigación de Proyectos Avanzados), lo llamó para ofrecerle un nuevo trabajo: estar a cargo de una nueva división de comando y control y de una de ciencias del comportamiento. Como bonus, una computadora enorme, la Q-32, estaba también en el contrato.

Ruina también llamó a Fred Frick, un colega de Lick en el Laboratorio Lincoln. Ninguno de los dos terminó queriendo el trabajo, pero Ruina lo pintó como algo tan importante que entre los dos decidieron que uno de los dos tenía que hacerlo. Se jugó con una moneda, y Lick perdió. Acepto el trabajo con la única condición de que podría dirigir el programa hacia donde él quisiese.

Y aquí Lick apoya a otra idea importante (de hecho, luego, en 1963, sería el primero en llevar a cabo una demostración pública de este sistema). Estamos hablando de algo conocido como time-sharing. El time-sharing (compartición de tiempo) ayudaba a abaratar los costos de una computadora y permitía a los usuarios interactuar directamente con ella sin mediadores necesarios, yendo en contra del sistema conocido como «batch processing» hasta ese entonces.

El sistema lograba esto conectando varios sistemas de entrada de información a una sola computadora, que varios usuarios compartían. Así, varias personas podían estar usando una misma computadora, sin necesidad de programar una tarjeta antes, ni de «sacar turno» con el especialista para que ingrese su tarjeta y ejecute su programa.

Por supuesto, el sistema tenía desventajas: a mayor cantidad de usuarios, mayor fragmentación de los recursos del sistema, por lo que los programas tardaban más en ejecutarse. Sin embargo, las ventajas del sistema, en una época en la que con suerte existían una computadora por universidad, eran mucho mayores a este pequeño problema.

Esto ya era conocido por sus colegas en Cambridge, pero era nuevo para los militares. Sin embargo, Lick pensaba que para ellos resultaría muy útil. Decía:

“Creía que era rídiculo tener sistemas basados en «batch processing». ¿Quien puede dirigir una batalla mientras tiene que escribir un programa en el medio de ella?

Sin embargo, su trabajo no se limitó a la expansión del time-sharing, sino que también quería explorar las ideas que rodean a las interacciones entre humanos y máquinas. Con su carisma y entusiasmo, no le era difícil convencer a los militares para que les de presupuesto.

La Red de Computadoras Intergaláctica

Para investigar y desarrollar estas ideas, Licklider reunió a los mejores de su tiempo en el ARPA. Contactó a los más brillantes informáticos de Stanford, el MIT, UCLA, Berkeley y algunas compañías y los llevó a todos al ARPA. 12 de estos eran sus íntimos, y Ruina los llamaba «El Culto de Lick». Lick, por su parte, simplemente le dio al grupo el apodo de «Intergalactic Computer Network» (Red De Computadoras Intergaláctica).

Seis meses despues de su llegada al ARPA, escribió un memo a sus colegas de la Red Intergaláctica, donde hablaba de la frustración que sentía al ver la aparición de tantos nuevos lenguajes de programación, muchos de ellos disparatados; sistemas de depuraciones diferentes, la inmensidad de lenguajes para controlar el time-sharing y las variaciones en las jerarquías de la documentación. Para él, en este momento, todo era un caos, todas las computadoras demasiado diferentes, había muy poca estandarización.

Para dar a entender el problema que esto causaba, Lick describió el caso, en ese entonces hipotético, de una red de computadoras.

«Consideren un caso en el que varios diferentes centros estan conectados, cada uno de ellos siendo único y teniendo su propio lenguaje y su propia manera de hacer las cosas. ¿Acaso no es deseable, o incluso necesario, que todos los centros se pongan de acuerdo para usar un mismo lenguaje, o al menos, tener una convención para preguntar: «¿Qué lenguaje hablás?. En este punto, el problema se torna uno discutido por los escritores de ciencia ficción: ¿Como logramos que seres pensantes totalmente independientes se comuniquen?»»

Y aquí yace uno de los conceptos más importantes en la vida de Licklider. El de una red de computadoras. Ciencia ficción o no, este memo terminaría deformando en la creación de una red entre los miembros de la «Red de Computadoras Intergaláctica», que fue la precursora de la ARPAnet, precursora de lo que hoy conocemos como la Internet. Aunque no lo crean, el memo de Licklider tenía casi todos los conceptos básicos de lo que hoy forma la internet moderna.

Qué pasó después, jubilación, y muerte

Dejó el ARPA en 1964, habiendo cambiado el enfoque de la misma de algo exclusivamente bélico a un centro de desarrollo de redes y sistemas de time-sharing. En 1964 se fue a trabajar a IBM, pero en 1968 volvió al MIT, para convertirse lider del proyecto MAC. Se jubila en 1985, y muere a la edad de 75 en 1990.

Su legado es increíble. Aunque él mismo no inventó nada, su trabajo fue el de un visionario: inventar, supervisar y apoyar proyectos en los que creía. Después de todo, sin Lick, no podría haber existido algo como ARPAnet, y sin ARPAnet, nos podemos olvidar de Internet. También importante fue su gran visión del humano y la máquina trabajando juntos en una simbiosis, sin intermediarios su búsqueda por sistemas en donde el humano interactue directamente con la máquina dieron pie a lo que hoy conocemos como una computadora. Se ha dicho incluso que «la mayoría de los avances importantes en la informática han sido simplemente extrapolaciones de las visiones de Licklider. (…). El fue en realidad el padre de todo»

Todo esto sin ser un informático, sino un psicólogo, y de primera clase.

Fuentes:

14 COMENTARIOS

  1. Guido

    Una de esas personas que lees y decis… como carajo hacía? Un crack

  2. Lucas

    Simplemente excelente, me encantó el articulo y el tipo un genio de esos que parecen pertenecer a otra epoca

  3. Guido

    Siempre que leo un artículo así o estoy haciendo algo de matemática pienso en tipos como Gauss o Newton, lo que sería su equivalente hoy día. A veces me da un poco de envidia jajajaja

  4. Mikolaj Tuniziou

    «Él podía ver la solución a un problema antes de que nosotros pudiésemos siquiera calcularla.»

    No sé si exista una mejor descripción de «imaginación».

  5. Ulises

    Gracias por dejar el libro a mano. Yo lo busque hace poco y no es tan facil de encontrar como otras cosas.

  6. sylarko

    Tus artículos son interesantes y siempre me sacan una sonrisa, en este caso la frase culpable fué: «su mayor defecto era… ¡ser muy humilde! Qué raro que no haya sido Argentino.»

  7. NéstorJM

    Para los curiosos y los fanáticos de estos temas es muy interesante visitar el Museo Nacional de Computadoras

    http://www.tnmoc.org/

    Donde incluso tienen funcionando equipos de 40 y 50 años de antigüedad…

  8. Ufff tremendo. Y hay muchas más personas como él que desconocemos y fueron grandes interventores en lo que es la computación hoy en día.

  9. BMO

    Muy bueno el artículo, leo este tipo de cosas y me dan ganas de investigar y hacer cosas, pero termino en la ps4 jjaja. Ojalá pueda contribuir con algo a la informática como lo hizo él.

  10. Fran

    Me gustó el texto, no lo conocía a Lick. Me interesa leer el libro pero me da 404 el link al pdf del libro

  11. Linda historia de alguien que desconocia por completo y fue un valor importante en la tecnologia.

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