Haciendo un balance de las diferentes cosas que fui aprendiendo y que usé en mi vida profesional, creo que programar fue la que más influencia positiva ha tenido. No por el hecho de programar en sí, es más, no soy programador ni estudié una carrera relacionada, sino porque me abrió la cabeza en su momento a entender cómo atacar ciertos problemas, a cambiarme mi forma de pensar y de resolver situaciones de manera creativa.

Es por esto que soy de los que piensan que debería ser obligatorio en todos los colegios enseñar programación, el problema es que los lenguajes tradicionales que se usan para esto tienen algunas barreras de entrada altas y se usan para cosas muy específicas y generalmente aburridas.

Pero existe una herramienta creada por el MIT Media Lab que es simplemente fantástica y es atractiva para cualquier chico, le interese o no la programación. Cuando mi hijo tenía 8 años lo usó en el colegio y tuvimos juntos una experiencia alucinante y desde ese entonces tenía la deuda de escribir sobre Scratch ¡Cosa que estoy corrigiendo hoy mismo!

¿Qué es Scratch?

Es un software desarrollado por el MIT Media Lab, gratuito, para chicos entre 8 y 16 años, que les permite crear historias interactivas, juegos, animaciones o simulaciones. En lugar de tener que aprender sintaxis complejas o particulares, usa bloques que permiten convertirlo en una herramienta extremadamente accesible.

Usar Scratch es como jugar con LEGO. Te deja empezar con Duplo, crecer con LEGO y graduarte con Technic. Para dar los primeros pasos es tan simple que permite que cualquiera esté aprendiendo conceptos básicos de programación en poco tiempo y sin darse cuenta y puede resultar interesante incluso para los chicos que nunca se vieron programando.

La herramienta es tan flexible que hasta te deja ser un poco desprolijo, porque podés tener distintos bloques que no estás usando en tu área de trabajo y sacar y probar cosas sin tener que borrarlas. Incluso mientras el programa está corriendo podés modificar tus bloques y ver qué pasa.

¿Por qué funciona tan bien?

Parte de la magia de Scratch es que no buscan crear programadores profesionales sino darle las herramientas a esta generación para que puedan ser creativos y pensar de forma sistemática, para sentirse cómodos usando la programación para expresar sus ideas.

Otra clave de su éxito es su comunidad online. Compartir tus creaciones es extremadamente simple e inspirarte en otros proyectos aún más. Hay millones (literalmente) de creaciones disponibles y lo más genial es que podés ver como se hicieron, aprender de ellas e incluso hacer remixes de lo publicado.

Al ser fácil de aprender y escalable para hacer una enorme variedad de proyectos, Scratch termina siendo algo que se disfruta mucho, incluso para los que programar no resulta algo natural. Cuando se usa en colegios es muy fácil armar equipos que puedan llevar adelante cualquier proyecto, explotando la creatividad de los chicos y sus diferentes fortalezas.

¿Cómo puedo empezar a usarlo?

Scratch no solo es gratis, sino que desde cualquier navegador podés usarlo. Te recomendaría usar su versión web que funciona perfecto, pero si por algún motivo lo querés tener en una máquina offline, hay una versión para descargar que corre sobre Adobe Air.

Existen muchos tutoriales que pueden accederse desde la misma versión web del software, accediendo a este link tenés el más básico, que es un buen puntapié para entender cómo funciona.

Si tenés hijos entre los 8 y los 16, no dejes de probarlo, y si el colegio al que van no lo usa no dejes de sugerirlo.

Y si nunca te metiste en el mundo de la programación y sos un grandote como yo, también deberías darle una mirada.