El Apple Watch y el dilema de cargarlo todos los días

Apple presentó la «versión final» de su reloj inteligente, aquel que todos creíamos que se iba a llamar iWatch y por diversas cuestiones se bautizó simplemente cómo Apple Watch. A diferencia de lanzamientos previos en los que la sorpresa fue la protagonista, con este reloj las cosas fueron distintas ya que hace unos meses fue presentado en sociedad, algo así como un work in progress en donde ya teníamos más o menos idea sobre cómo iba a ser a nivel físico (cosa que no asombró demasiado) y varias de sus características técnicas.

Otra cosa que se conocieron fueron los precios. Habrá dos tamaños para todas las versiones (de 38mm y de 42mm) y los mismos arrancarán en u$s 349 y u$s 399 respectivamente para la versión sport, siguen las versiones fabricadas en acero (u$s 549 y u$s 599) y terminan con los modelos para ricos en serio: si, porque hay un Apple Watch de oro que vale «10 lucas verdes».

El Apple Watch es un reloj inteligente muy bien logrado. Cómo esperábamos de Apple y según la prensa especializada se trata de uno de los smartwatches más fáciles de utilizar gracias a una interfaz de usuario muy pensada para una pantalla tan pequeña cómo la astuta perilla que permite «manejarlo» con solo girar y presionar. Es Apple y siempre le da una vuelta de tuerca a las cosas.

La gran pregunta es: ¿Puede el Apple Watch convertirse en un accesorio irresistible como muchos creíamos que iba a serlo cuando se trataba solo de un rumor? Es algo totalmente subjetivo pero por lo menos a mi este reloj me gusta, si, tiene ciertos detalles especiales que evidentemente demuestran que Apple quiere venderlo más cómo accesorio de moda que cómo un accesorio geek (y lo bien que hacen), pero… para mi no alcanza.

Lo siento, pero esperaba más de Apple. Hizo un reloj correcto y digno de Cupertino y poco más. No hay una característica verdaderamente rompedora que lo ponga 5 cuerpos por delante cómo es costumbre, sino por el contrario, de hecho para mi a nivel estético está un poco por debajo del hermosísimo Moto 360.

Otro tema que considero importante en un reloj – cualquiera que sea – es la duración de la pila. Por lo menos yo, que estoy acostumbrado a usar relojes clásicos, no puedo imaginarme quedarme sin batería en un reloj. Lo siento Apple y los demás fabricantes cuya carga dura con ganas un día (se estima que la duración promedio de la batería del iWatch es de 18 horas) pero no me parece algo práctico. Un reloj debe ser útil y no una carga. Y justamente, deber cargarlo todos los días más que una carga es un dolor de las partes blandas.

El Apple Watch va a venderse cómo pan caliente. Más que nada porque es Apple, es lindo, va a funcionar muy bien cómo accesorio de moda y además,  cómo dijimos, es un smartwatch más que correcto. No será el mejor reloj inteligente (o quizás si, por poco si esto sucede) pero el inmenso ecosistema y el mercado de la manzana va a convertirlo en un éxito casi por inercia.

Por lo menos a mi, el Apple Watch me parece un muy lindo y caro juguete. Todos determinamos lo que compraríamos y lo que no por la cantidad de plata en nuestro bolsillo y también por nuestros gustos. En este caso a mi me gusta, pero aún teniendo el presupuesto, no me lo compraría. Yo me compraría un Pebble, que por u$s 99 me daría todo lo que me interesa de un Smartwatch por ahora y cuya batería dura de 5 a 7 días.

Quizás en el futuro, cuando las futuras generaciones de Smartwatches tengan sensores realmente fidedignos y confiables que nos sirvan para cosas más interesantes cómo medir nuestros signos vitales y niveles de colesterol o azúcar en sangre y así ayudarnos a mejorar nuestra salud, quizás en ese entonces, considere que un reloj que hay que cargar todos los días vale la pena.

Mientras tanto y para lo que ofrecen por ahora, me quedo con mis Casio G-Shock. No sé ustedes.