Este año trajo consigo la desaparición de 2 de los 3 videoclubes que quedaban en la ciudad donde vivo. Curiosamente y hablando con conocidos de ciudades vecinas la realidad es parecida y sólo queda un videoclub, el mejor, el céntrico, de siempre, el más equipado.
Y tiene sentido, así cómo en todas las ciudades chicas sólo queda una disquería, las estocadas que venía dando la posibilidad de acceder a contenidos con sólo tener acceso a Internet para el común de los usuarios desde las épocas de Cuevana y que luego continuó con RePelis, PelisPedia y Yaske entre otros se une al crecimiento del ancho de banda de las conexiones y la culturización de Netflix cómo ícono de servicio para acceder a Películas y Series que en definitiva para los más grandes uno lo puede explicar cómo un «Videoclub online».
Si bien Netflix dista muchísimo de ser un punto único de acceso a lo que «deseamos ver» la verdad es que está bastante bien. Anda rapidísimo – incluso en conexiones no muy buenas – y la cantidad y variedad de contenido es bastante buena. Hoy con $150 debitados mensualmente de la tarjeta de crédito cualquier persona puede disponer de acceso total a más cosas de las que podría ver en años y también, si tiene ganas, con algo de esfuerzo y paciencia puede ver lo que no está en este servicio, que es bastante, con relativa simpleza.
Para los que andamos en los 30’s, los videoclubes fueron un lugar obligado en nuestra niñez y adolescencia. A mediados de los 90’s solía haber un VideoClub por barrio y los DVD’s todavía eran bichos raros. Por entonces el VHS era mainstream y vaya si junto a mis primos le sacamos el jugo a las promociones de 3×2 que había en «Jucarena» de Lunes a Jueves. También, en un principio, era un lugar donde muchos de los hoy gamers comenzamos nuestras andanzas en ese maravilloso mundillo ya que eran los mismos Videoclubs los que alquilaban consolas y cartuchos de Family Game, porque a las SEGA las tenían para jugar ahí y ni por asomo te las alquilaban.
Uno solo, el último, pero una salud mejor de lo esperada
Hoy, el último videoclub de cada ciudad concentra a todos aquellos clientes que no se han sumado a la era digital. No son muchos, claro, pero son los suficientes para que un negocio siga en pie. Conozco a varios y si bien todos tienen más de 50 suelen ser cinéfilos que gustan de ver físicamente las portadas y de hablar con el encargado del local – generalmente también del palo – que luego de ganarse la confianza, algo que lleva tiempo en estos lares, eso si, les permite descubrir directores y actores y agregarlo a su lista de favoritos de una manera superior a la que los algoritmos de Netflix o Amazon pueden brindar.
También, los «videos» sirven para situaciones difíciles de reproducir en Internt. Un ejemplo actual le viene pasando a un amigo y es gracias a un profesor universitario que les hace ver películas bastante inconseguibles a sus alumnos. Películas que la gran mayoría termina alquilando en el último videoclub de la ciudad. Aunque, también, ir a alguilar una película en pleno siglo XXI genera una molestia (viajar, estacionar, esperar y demás) que muestran que el uso del tiempo actualmente es muy distinto al que teníamos 20 años atrás. La discusión de si ahora es mejor que antes la dejaremos para otro momento, eso si.
Fue una buena época la de los Videoclubes, la mejor parte, siempre, es cuando nos cobraban de más por no traer los casetes rebobinados.
Y vos, ¿alquilaste películas en algún Videoclub? Y si es así ¿Qué recuerdos tenés de aquella época dorada?
Era todo un ritual ir al videoclub a alquilar peliculas y algun que otro juego de Family/Sega (al que iba con mis primos tenia esa particularidad). La ruta era. Videoclub y después ir a comprar las cosas para la pizza.
Todos los sabados. Era fija. Buenos momentos eran esos sin ninguna duda. La Ultima vez que fui a uno fue ahi CDELU, el que esta/ba en boulevard Araóz.
El otro día vi que no estaba más el «Hollywood» y me puse a pensar que «Todo Video» es de los últimos que resiste. En mi niñez y adolescencia vivida en Villa Mantero, nuestro Netflix casero era el hijo del panadero, que re-alquilaba películas alquiladas en un videoclub de Basavilbaso.
Lo curioso del asunto es que iba casa por casa en bicicleta, con una caja grandota adelante con los estuches de las películas y otra atrás con las cajitas genéricas y los videos listos para ver.
Lo que decis del encargado es muy posta.
Durante varios años de mi niñez-adolescencia vivi en el campo pero teniamos cerca una ciudad mediana. La rutina de finde era alquilar unas 10 peliculas el viernes en la tarde.
Me acuerdo que cuando salio Star Wars Ep. I (1999) se habia armado tal revuelo que hasta la Billiken (estoy viejo la concha de la lora) le habia dedicado una nota.
Cuestion que fuimos al videoclub amigo y el tipo me dio la trilogia clasica. Y asi logras que un pibe de 9 años se vuelva un enfermo de Star Wars.
Gracias encargado piola, no todos los heroes usan capa.
Aquí en el sur, más específicamente Comodoro Rivadavia, todavía conviven muchos de estos lugares debido no sólo a las personas que no se actualizaron a Netflix y la piratería sino la pésima conexión de internet por lares. Sin embargo están lejos de tener los últimos estrenos y muchos se adaptaron para vender más cosas (Kioscos + películas) y sobretodo las películas de segunda mano las venden en unas bolsitas con pequeñas impresiones que mantienen el CD en la parte céntrica y a las afueras de los supermercados.
Ir a buscar una peli a un videoclub era toda una aventura familiar. La regla era simple: podíamos alquilar x pelis por finde… y todos querían alquilar una distinta de la otra. Ver las cajitas una al lado de la otra, ver las portadas e imaginarte como sería la peli. Muchas veces te ensartabas como loco con eso.
Las recomendaciones del dueño del lugar con gustos que distaban muchísimo de los nuestros… y vuelta a ensartarnos con un bodrio.
Recuerdo que les ponían unos ganchitos plásticos para indicar cuales estaban alquiladas y cuales reservadas. Si habremos cambiado plastiquitos a lo loco… Era como cambiar el cartelito de No Molestar / Arreglar la habitación en los hoteles. Jajajaja
Y ya de un poco más grande, eramos varios los que nos juntabamos a realizar copias piratas en VHS. A veces metíamos hasta 3 pelis en baja velocidad en casetes de 180.
Lo que no hice nunca fue lo de pisar el final con otro video (tapando con cinta el huequito de los casetes) por miedo a que me hicieran garpar la cinta.
Que épocas…
Yo alquilaba xxx en el privado del videoclub con cortina y todo era genial en los 90’s jajajaja
Con los estrenos pasa algo raro: si no los vas a ver al cine, y no los ponen rapido en netflix, y para colmo te da mucha paja ponerte a buscar torrents (o son inconseguibles), no los ves mas!
Pasa con algunas peliculas argentinas. No tuve oportunidad de ir a ver Kriptonita al cine, no la puedo alquilar y no esta en netflix. Se consigue en TPB? ni ahi, no la ves mas!
Por otro lado, me gustaria que netflix te alquile peliculas, por fin de semana, por dia, etc. Google tiene un sistema de alquiler que es un completo fiasco. Alquile una de animacion para mis hijos y no le pude cambiar el idioma, en que cabeza cabe?
Podrias probar la plataforma de Qubit, yo no la he usado pero tengo entendido que apunta mas al alquiler y todo eso.
Mi esposa es más de la época del VHS. Por aquello de grabo, y borro las sitcom. A mí también me gusta, pero picoteo en DVD y por la PC (Soy rabiosamente fanático del cine)
En cuanto a Netlix… ¿Es verdad que solo tiene series? La que m{as quidiera vr es «Fauda»
Netflix tiene series y películas. La oferta por estos lares no es taaan grande, pero la relación costo/beneficio es insuperable. Qubit lo tuve un mes, y no me lo tiraba bien el Chromecast, andaba muy lento y con lag en comparación con Netflix así que me quedé con el segundo. Pelis nacionales hay en Artear (ex Odeon) y en la última actualización ya se puede castear al tv.
Todo video! Que gran videoclub que hasta el dia de hoy sigue, soy coleccionista de VHS y Edgardo me ayudo mucho a tener una inmensa colección que nunca para.