Tinder: la App para «el levante» que va a ser furor

Conocí Tinder de una manera extraña. Fue una noche mientras miraba un poco mi timeline de Twitter caí en un Tweet de Ladrigurú (lamentablemente suspendieron su cuenta) mientras levantaba un par de screenshots de su celular con fotos de señoritas muy bonitas, junto a un hashtag que decía algo así como #tinderbabes o similar. Entonces me pregunté – mejor dicho le pregunté al Dios Google – ¿Qué carajos es Tinder?

Ahí lo supe.

Tinder es una aplicación para Smartphones (iOS y Android por ahora) diseñada casi exclusivamente para el levante, o para definirlo de una manera un poco más suave, conocer personas.

Funciona de una manera muy similar al viejo y exitoso en su tiempo sexy o no. Cuando instalamos Tinder debemos, automatica y obligatoriamente, conectarnos con nuestra cuenta de Facebook, esto hará que Tinder “chupe” varias fotos de Perfil y también determine nuestra posición.

Con nuestra posición determinada por Facebook y también por el GPS de nuestro Smartphone y con varias fotos de Perfil que Tinder elija (y que pueden cambiarse luego siempre eligiendo las que tengamos en Facebook) pasamos a ser parte del “juego de Tinder”.

Y es que lo genial de esta App es que funciona porque parece un juego.

(Esto sucede cuando usás Tinder y vivís lejos de los grandes centros urbanos, pero bueh…)

¿Cómo funciona Tinder?

Tinder funciona de una manera muy simple. En una sola pantalla la aplicación nos va mostrando fotos de personas – del sexo y dentro de un rango de edad que elijamos – junto con una breve descripción y “cosas en común” que son “likes de Facebook” y amigos en común. Con esos datos debemos elegir si nos gusta (ícono de corazón) o no (una X). El sistema guardará las que nos gustan en una base de datos y las que no, es como si fuera un book de minitas y uno dice “esta si, esta no”.

Divertido, aunque un poco demasiado “express”, aunque en tiempos que corren eso de conocer a alguien en un curso de pinturas pasó a ser demasiado ideal. El mundo nuevo es así, es express.

Una vez que el sistema sabe quienes nos gustan y quienes no, bastará con que, del otro lado, las personas nos elijan o no. En caso de que haya coincidencia (es decir, de los dos lados se “gusten”) la aplicación dirá que ha encontrado una pareja potencial y permitirá que ambas personas puedan chatear, pasarse el Facebook, el WhatsApp o lo que sea, con la idea de seguir escalando, o no.

¿Porqué Tinder es y será un éxito imparable?

Tinder la va a romper por demasiados motivos, tanto tecnológicos como psicológicos y hasta sociológicos. Podríamos comenzar por el hecho de es que es tan simple que ese concepto de “juego” de elegir hace que su uso pueda llegar a ser hasta divertido. Además no hay golpes bajos a priori porque para que podamos hablar con alguien hay que pasar un doble filtro de selección.

La simpleza y la facilidad de uso de Tinder es una ventaja tremenda que hizo y que hará que esta App se haga aún más popular. La necesidad de conectarse a Facebook no es casualidad (quédense tranquilos que no los va a “buchonear”) ya que gracias a ella la App tiene nuestra edad, localización y muchas, muchas fotos para que elijamos. El proceso de arrancar a usarla es cuestión de unos pocos minutos, una ventaja impresionante contra otras aplicaciones similares.

Ni hablar de la simpleza de la interfaz de usuario, bella, funcional, ideal.

Y lo importante, ¿hay minas y flacos en Tinder?

Si, según las personas que conozco, que son entusiastas y prueban cuanta App salga me han comentado que en Tinder hay mucha gente y de todo tipo. Básicamente todo depende en donde viva el usuario ya que no es lo mismo vivir en Buenos Aires, Rosario o Córdoba que en Jujuy pero en fin, un par de estas personas han conocido gente en Tinder y… mojaron la vainilla.

Así que si, hay gente, funciona y lo mejor es que está a años luz de sitios y apps como los de Badoo, en donde la mayoría de las personas se siente un poco “regalado” al aparecer entre otros, quizás la forma que tiene Tinder hace que muchos se animen a usarlo. Va a ser furor.