El fracaso de Windows RT

A alrededor de 10 meses de su ingreso al mercado podríamos ir concluyendo que ese híbrido que quiso inventar Microsoft para llevar Windows a las tablets con procesadores ARM no resultó como esperaba.

Era difícil para la gente de Redmond. Se habían dormido en los laureles por muchos años y el boom de las tablets estaba explotando en el mundo. Ellos sin ningún SoC con X86 para poder correr decentemente el “Windows de toda la vida” en una tablet… estaban perdiendo terreno a rolete, como diría un amigo. ¿Qué decidieron? Hacer una versión de Windows 8 para tablets con arquitectura ARM, la llamarían Windows RT y no sería compatible con los programas realizados para Windows X86, esos que usamos en los Windows de toda la vida.

Yo, al enterarme, lo tildé directamente del Windows Bosta. Algunos me tildaron de boca sucia, de mala leche y delirante. Lamentablemente debo estar de acuerdo con los primeros, ya que podría haber usado un adjetivo un poco más políticamente correcto.

Y es que… Windows RT es un Windows… ¡que no es Windows! Toda la vida escuché a la gente diciendo que si no fuera por Winamp, por Photoshop, por Autocad, por el Messenger, por el Office, por Winrar o por cualquiera de los programas que se consiguen casi en exclusividad para Windows… ¡no usarían Windows! Como lo venimos diciendo – y en lo cual estamos casi todos de acuerdo – un Sistema Operativo depende en demasía del ecosistema de aplicaciones que tiene disponible, entonces, ¿para que querría alguien un Windows que no pueda correr programas de Windows?

Porque Windows RT no es Windows. Windows RT es un Sistema Operativo con algunas capas superiores iguales a Windows pero en el fondo no es Windows. Porque no podés jugar al PES, a los Call of Duty, a un emulador de Nintendo 64 o ni siquiera a juegos indie. Tampoco podés usar ningún programa de los que usás normalmente con Windows en Windows RT,  bueno, casi ninguno porque ofrecen una versión de Office 2013 y de Halo, como si con eso bastaría.

Y yo me pregunté, por entonces… ¿me compraría una tablet con algo parecido a Windows pero que no me permita usar programas de Windows que uso habitualmente? ¡Ni loco! Para eso me compro una Tablet con Android o un iPad que tienen millones de excelentes aplicaciones para todo, incluso algunas mejores de las que puedo conseguir para el Windows de toda la vida.

Lo que si me compraría es una tablet con Windows 8 X86 (o X86-64). Eso sí sería una belleza. Bueno, en realidad lo son ya que existen y es la línea “Surface Pro” que aquí no están para nada en discusión ya que están equipadas con procesadores Core i5 y esas si tienen “El Windows de toda la vida”. Obviamente el precio de estos equipos están por las nubes y ahí, para el usuario promedio, vendrá la disyuntiva: ¿sirve pagar u$s 1000 por una “tablet” (aunque si le ponés un teclado deja de ser una tablet y pasa a ser un híbrido hermoso entre Notebook y tablet, algo así como un auto descapotable).

Respecto al hardware de las tablets la cosa varía respecto a quién lo fabrique. La prensa internacional ha aclamado a las tablets hechas por Microsoft debido a la excelente calidad a la que nos tienen acostumbrados y ha dejado en duda tablets como la Acer W3 cuya calidad pareciera recordar a la mayoría de esas chinitas que se consiguen en los sitios de venta con envío gratuito.

Y cuando ves la campaña “agresiva” que intenta Microsoft contra el rey del mercado de las tablets (que es Apple por si alguien no lo sabe) la verdad que dan ganas de largarse a llorar porque por otro lado empresas como ASUS dejarán de fabricar tablets con este OS mientras que Acer se pasa a Android y Nvidia reporta perdidas de varios centeneras de millones de u$s.

A esto, en el barrio, le decimos “manotazos de ahogado”.

Lo cierto es que productos como el iPad mini se cansan de vender porque son muy buenos y no solo a nivel hardware donde quizás Microsoft en este aspecto pueda hacer productos similares sino en el ecosistema. Porque iOS y también Android le permiten al usuario cansarse de bajar programas, juegos, utilidades y lo que sea que quieran sin dejar tener una interfaz agradable y medianamente sencilla de utilizar. Para una tablet estos últimos están a años luz de Windows con su RT. Supongo que las empresas de tecnología actuales tienen suficiente dinero en sus arcas para “probar” cosas y para mi Windows 8 fue una prueba para Microsoft, tal como lo fue también Bing (aunque en el caso del buscador tan mal no les fue).

Lo siento Microsoft, no sé en qué habrás pensando cuando quisiste sacar al mercado Windows RT pero muchos creíamos que estaba muerto antes de nacer, y así fue.