Her, o el actual 1984 de George Orwell

“Estamos en cada una de las cosas que hacemos. Toda creación que parte de nosotros comparte esa conexión tangencial que nos roza a todos, y en ciertos momentos, evoluciona. Un ser inteligente, jamás debería hablar de nada alejado de la lógica, de las premisas, de lo esperado. Pero está esa mirada alguien, esa llamada por la que todos hemos sonreído alguna vez. Esa voz que nos pone nerviosos y nos hace felices. Ese momento donde entiendes que, realmente, lo que define a un ser inteligente es conseguir crear sentimientos y emociones.”

Después de leer muchos artículos sobre Her, una nueva película hollywoodense que estuvo nominada a los Oscar como “mejor película” y que todavía no se estrenó en Argentina, me decidí a verla y ver que onda. Todos los sitios especializados la pintaban como una película muy grosa y me llamó la atención que un largometraje que habla sobre la relación entre una computadora (más precisamente un Sistema Operativo) y una persona tenga tanta repercusión.

La película es, desde mi punto de vista, una obra increíble. No voy a spoilear porque realmente recomiendo que la vean. Es una de esas películas en la que tenés que decir “me siento 2 horas y no me muevo de acá” porque desde el principio hasta el final es interesante.

Para los que se esperan una trama atrapante, que haga la película llevadera, tiros, suspenso, gritos, olvídense. Tiene una trama muy simple pero a la vez muy compleja, está en cada detalle del escenario, del contexto y del guión en sí.

Si tengo que contar de que se trata la película, podría resumirse en un “es un tipo que va solo por la vida, se encuentra un Sistema Operativo Inteligente y forma una relación similar a la que tienen 2 personas que se aman”. Esa es la trama, sin más vueltas. Pero si nos sentamos a ver de verdad lo que estamos observando, el trasfondo de la trama, nos encontramos con que no es solo eso, sino que es mucho más.

Es lo que significó George Orwell y su fantástico libro 1984, escrito por los 50’, en su época. Es un futuro que es completamente imaginable por el tiempo en el que vivimos, pero que no sabemos cuando puede llegar, y estoy seguro que más temprano que tarde, y no estoy seguro si va a ser bueno o no. Para hacerla corta, después de ver la película ves el futuro de la misma manera que tu abuelo ve el presente y te dice “yo de chico jugaba en la vereda con mis vecinos y vos estas todo el día en Facebook”.

Un futuro en el que la tecnología realmente siente, se emociona, puede formar parte de tu vida y uno de la de ella, como también puede aislarte sin que te des cuenta. La escena final, sinceramente, es para ponerla en un marquito.

Recomiendo en serio que la vean. Hay tomas en las que no podes creer la soledad del ser humano, que convive bajo una especia de “conexión total”, que es una desconexión total. El acompañamiento continuo de una máquina pero la soledad continua del contacto con algo real, como el ser humano se esconde atrás de la tecnología para tapar sus miedos, como buscamos una alternativa en la inteligencia artificial y nos olvidamos de lo realmente importante, de vivir en la vida real.

De todos los artículos que leí, recomiendo uno que me inspiró para ver el film. Se titula “Nosotros”, y habla sobre que, al fin y al cabo, pero no de la manera en que lo muestra Her, todos somos una voz del otro lado de la pantalla, y que actualmente utilizamos ya no la tecnología como una herramienta, sino como un catalizador.

Vean la película y hablamos. Sinceramente, creo que tendría que haber ganado el Oscar porque es una de esas películas de las que muy probablemente vamos a hablar en un futuro para decir “primero fue el Gran Hermano, después vino Her”.