Cosmos, una serie que vale la pena

«El Cosmos es todo lo que es, alguna vez  fue, o alguna vez será. Vengan conmigo…». Con estas palabras en off, abre como lo hiciera en su momento Carl Sagan la nueva serie Cosmos, Una Odisea de Tiempo y Espacio. El recuerdo obligado del divulgador científico más importante del siglo XX, da paso a Neil deGrasse Tyson, tomando el timón del que fuera su maestro.

Mucho se ha dicho ya del estreno de la serie, quizás demasiado. Pero es simplemente inevitable, dadas las altas expectativas y toda la leyenda en torno al gran investigador que la ideó por primera vez, llevando el pensamiento científico y la luz de los descubrimientos a toda una generación. ¿Acaso esta nueva versión alcanzará los mismos objetivos, ya sin su alma máter?

Como decía, el hype, la expectación generada alrededor de todo el proyecto fue y es descomunal. Tanto Nat Geo como Fox han hecho todo el eco posible del estreno, jugándose all in en la producción y publicidad del mismo. Esto podría suponer una barrera difícil de alcanzar al generar tanta ansiedad y notoriedad, sumando también todas las dudas en torno al proyecto. Ni siquiera Barack Obama quedó al margen de su inicio, insistiendo en presentar la serie.

No descubrimos nada si decimos que el carisma del gran Sagan era un activo fundamental del original. Comparable al de Steve Jobs en el mundo de la informática y computación, aunque infinitamente más humilde y contundente, el discurso del astrónomo, su nombre y mito eran una de las bases del show.

Sin él ya, aunque bajo la atenta mirada de su también científica viuda, Ann Druyan, es que el entretejido de dudas se forma. Seth MacFarlane, conocido por series animadas como Padre de Familia y American Dad, se antoja el productor más disparatado e inesperado para un programa de tipo científico. Por otro lado, claro está que el pobre Tyson tiene que, como presentador, calzarse los zapatos de su héroe. Entre todos ellos deben cumplir con las exigencias de una audiencia que en memoria de Sagan, esperan lo mejor.

Como vemos Cosmos tenía todos los boletos de lotería para ser un fracaso de proporciones cósmicas, nunca mejor dicho. Un triste y murió de hype, enterrado en la infamia, palideciendo frente a la serie liderada por el legendario creador.

De hecho fue con mucha cautela que procedí a verla, desconfiado, esperando la decepción. Pero afortunadamente, luego ya de haber visto su primer episodio como un poseso 4 veces desde su estreno, puedo asegurarles que estamos ante una de las mejores series de los últimos años.

Por increíble que parezca, Druyan nos aclara que fue gracias a Seth MacFarlane que Cosmos, existe tal y como es. Él se encargó de llevarlos a Fox, de conseguir el presupuesto (que debe ser astronómico) para la misma, e inclusive ayudó con dos decisiones magníficas más. La de incluir parte de la serie en relatos animados, de un tono muy sobrio, retratando momentos y personajes históricos importantes en el camino del descubrimiento. Así como la nave de la imaginación, excelente recurso ideado en un principio por Carl Sagan, inalcanzable en su época debido a las limitaciones de los efectos especiales.

Estos tres aciertos del inesperado productor son un pase-medio-gol para que los miembros del equipo se luzcan como lo merece el acontecimiento. Apoyados a su vez por un nivel gráfico, de musicalización y calidad de guión simplemente rayanas con lo perfecto, Cosmos se muestra con un nivel de imagen capaz de rivalizar y superar al de la cinematografía, haciéndolo plenamente placentero a todos los sentidos.

En sus obligaciones de presentador, Neil deGrasse Tyson no es un novato como divulgador científico. De hecho es uno de los más renombrados y conocidos científicos en la materia, y uno de los pocos que se prestan e intentan explicarlo a un nivel comprensible para la audiencia, tal como lo hiciera su predecesor. Cara familiar para cualquiera que guste de los documentales o del entorno científico, aunque despierte a priori dudas sobre el supuesto merecimiento para conducir Cosmos.

Más adelante, cerca del final del primer episodio, Neil hablará en el tono más personal que se puede, se emocionará al contarnos una historia, y comprenderemos porqué es el mejor para seguir adelante con la obra de Carl Sagan. Tanta fue la carga emotiva del momento, potenciada en mi por algo que contaré pronto en una entrega de Maestros del Futuro sobre Sagan, que al verla algo se metió en mis ojos.

Como se habrán dado cuanta para esta altura, queridos lectores, no puedo hacer menos que recomendar fervientemente la serie Cosmos, una Odisea de Tiempo y Espacio. Más allá de los gustos personales, su visionado y experiencia son gratamente placenteras. Sólo me da un poco de pena pensar que tal vez sea la última de su tipo, en una era en que los canales y producciones documentales se van por la borda.

Esperemos que no. Que, como hiciera el maestro Carl Sagan en su momento, inspire un renacer y una didáctica renovadas de la enseñanza. Que sea la primera de muchas, no la última. Y llene de ánimos y sueños las mentes y corazones de muchas personas, en el viaje hacia el conocimiento. El viaje, bien lo dijo el maestro, acaba de comenzar.

Los episodios se estrenan los Martes a las 10 de la noche por Nat Geo, y si se perdieron el primero, pueden verlo el Domingo a las 9 de la noche por el mismo canal. Si ya la vieron, pasen y comenten que les pareció, y si no, ¿vas a verla? Seguramente, espero, me lo agradecerás.