Si tomamos la historia de Microsoft y armamos un concurso de popularidad entre sus sistemas operativos, es probable que Windows Me se gane la ronda de abucheos más importante y salga último por escándalo.

Algunos dirán que Windows Vista o Windows 8 también merecen ese lugar, pero creo que Windows Me se lleva la peor parte de este pequeño juego inventado. Y con justificación. Si tenés más de 30, seguro que al menos una vez en la vida te cruzaste con este SO y te hizo putear a los cuatro vientos.

A mí me pasó. Lo viví en carne propia, y, sin embargo, no puedo odiarlo.

¿Acaso creo que Windows Me fue una maravilla incomprendida? No, nada más lejos de la realidad. Pero cada vez que me cruzo con alguna referencia a este sistema operativo, me toca una fibra sensible. Después de todo, mi primera PC llegó con ese software.

A partir de acá creo que van a entender mejor por qué les cuento esto. No es que no pueda odiar a Windows Me porque me falten motivos para hacerlo, sino porque lo que sentí cuando por fin tuve mi primera computadora fue tan fuerte que, en la balanza, siempre se impuso por sobre todo lo negativo.

Mi PC “nueva” con Windows Me no era tan nueva como pensaba

A esta altura todos saben que Microsoft lanzó Windows Me en el 2000, y que fue una mezcolanza de elementos de Windows 98 y Windows 2000 para ganar tiempo en la transición de Windows 9x a Windows NT. En 2001, el glorioso Windows XP salió a la cancha y dejó una huella imborrable.

Lo curioso de Windows Me es que, pese al poco tiempo entre su llegada al mercado y la aparición de su sucesor, también generó impacto, pero para mal. Las quejas de los usuarios por los bugs y los problemas de estabilidad convirtieron al pobre SO en un meme, mucho antes de que entendiéramos por completo qué era un meme.

Establecimos, entonces, la primera parte de la línea de tiempo en esta historia. Windows Me llegó en el 2000, XP en 2001, y yo tuve mi primera computadora en… 2003. Sí, no es chiste. Mi primera y adorada PC con Windows Me apareció en la casa de mis padres en 2003, un año después de que Microsoft lanzara el Service Pack 1 de XP.

Así era la pantalla de carga de Windows Me.

¿Fue mi intención comprar mi primera computadora con Windows Me? ¡No! Es más, hablo de “comprar” como si la hubiera pagado yo por completo, y nada que ver. Por entonces, tenía 15 años y vivía con mis viejos en un pueblo muy chiquito —unos 1.000 habitantes— en el corazón de Santa Fe. Familia laburante, no sobraba nunca un mango. Tener una PC no estaba en las prioridades.

Mi hermano recién había terminado el secundario y estaba trabajando en la oficina de una PyME para hacerse unos pesos, mientras viajaba a Rafaela un par de veces por semana para estudiar diseño gráfico. A mí me iba bastante bien en la secundaria y un día me llamaron desde la dirección para decirme que alguno de mis padres tenía que ir a firmar para recibir un cheque, porque me habían otorgado una beca, o algo por el estilo, de 300 pesos. TRESCIENTOS PESOS.

Claro que, comparado a como estamos hoy, 300 pesos en 2003 era bastante plata. Así que juntamos esos manguitos con algo que había ahorrado mi hermano y empezamos a pensar en comprarnos una PC. Con ayuda de nuestros viejos creo que llegamos a algo así como 1.100 o 1.200 pesos y nos fuimos a lo del “señor de las compus” a ver para qué nos alcanzaba.

“Éramos tan pobres”, diría el Negro Olmedo.

Simple: así era el escritorio de Windows Me.

Le contamos para qué queríamos usar el equipo. Yo lo necesitaba para alguna que otra cosa de la escuela y, si era posible, para algún jueguito. Mi hermano, para tirar Photoshop y CorelDRAW. No había internet en casa, ni tampoco había planes de tenerlo. Sobre hardware no sabíamos nada. Sobre software, mucho menos. Hasta entonces nuestras únicas experiencias con computadoras se limitaban a lidiar con lo que había en las escuelas. La secundaria de mi pueblo, por ejemplo, tenía seis PC en la sala de informática, cuatro con Windows 95 y dos con Windows 98. Y decir que eran una p0r0ng4 es quedarse corto.

Unos días después llegó el presupuesto para nuestra computadora. Disco de 20 GB, 128 MB de RAM, un Pentium II o Pentium III —sinceramente, no me acuerdo—, lectograbadora de CDs, teclado, mouse, parlantes y monitor. El precio final estaba apenitas por encima de lo que teníamos para gastar y lo completaron mis viejos. Nunca me puse a pensar si el vendedor nos jodió o no, pero en ese momento con mi hermano estábamos en la gloria.

“Es lo que hay”

Daytona USA Deluxe, un vicio total.

«En unos días paso y les traigo todo», dijo el técnico, como le decíamos al señor. Si vendía y arreglaba computadoras, tenía que ser un «técnico», ¿no? Pasaron un par de semanas y cuando por fin cayó el hombre a montar nuestro humilde setup, yo estaba que no daba más de la emoción.

Imagínense mi cara la primera vez que la compu booteó y vi el colorido logo de Windows Me sobre un fondo blanco y Millenium Edition escrito en verde. “¿Windows Me? ¿De dónde salió esto?”, pensé. Si era más nuevo que Windows 95 o Windows 98, tenía que ser bueno. No había otra posibilidad. A los cachetazos entendí más adelante que no era tan así.

“Te puse esto. Es lo que hay. Creo que para lo que lo van a usar va a andar bien. Y te cargué un jueguito de carreras”. Con estas palabras, ese señor gordito, de barba candado y olor a cigarro bien impregnado, se convirtió ahí mismo en mi dios.

Pasé todo mi primer sábado a la tarde jugando al Daytona USA Deluxe de SEGA.

Claro que, más allá del entretenimiento, la PC nos hizo parir en más de una oportunidad. Gracias a Windows Me aprendí (por las malas) lo importante que era no esperar a terminar un documento de Word para guardarlo, por ejemplo.

Pero a pesar de los cuelgues, los loops al azar en la secuencia de booteo y una experiencia que nunca fue libre de estrés, le estiré la vida útil a esa computadora hasta lo último. Es más, recuerdo que en 2006, cuando cursaba el primer año de periodismo deportivo en Rosario, le instalé el viejo Sound Forge y lo usé para digitalizar casetes con entrevistas que grababa para el taller de radio. Eso sí, el día que se plantó y no quiso arrancar más, ni siquiera hice el esfuerzo por ver si era posible repararla.

De la mano de Windows Me, más un setup y un bolsillo súper limitado, me di el lujo de sobrevivir media etapa de colegio secundario y el inicio de mi vida universitaria. Qué más pedir, entonces.

¿Estamos de acuerdo en que el software era, en líneas generales, una porquería? Al 100%. Aun así, no puedo odiar a Windows Me. Si mientras escribo estas líneas, solo pienso en el fondo de pantalla azul con cuadros y franjas naranja, verde y celeste, y en el ícono del Daytona pegadito al del Winamp, mientras retumba en mi cabeza el «Gentlemen, Start your Engines» previo a cada carrera.

5 COMENTARIOS

  1. Christian

    Lo mismo, pero con un Pentium 166 mhz y el NFS 2 SE pero con Windows 98. Que epocas, se aprendia o se aprendia…

  2. eVer

    Yo lo mantuve por años, hasta bien entrado el SP2 del XP. Para mi, que ya estaba acostumbrado a lidiar con Win98, era una maravilla y nada especial los errores de soft y siento que pude disfrutarlo mucho.
    Eso sí sacando el «nuevo» Windows Media Player que lo odié y no tenía nada que hacer contra el winamp. Pero alguna de las mejoras que trajo respecto a Win98 (su antecesor en la línea de Windows para hogares, rama que murió allí, siendo XP construído sobre la base de los Windows NT, los Windows para trabajar) llegaron para quedarse y dejaron su marca siendo inmortalizadas por XP luego.
    Así que como Vista. Un Windows con cosas muy copadas y que hoy son el estándar, pero apoyadas sobre varias malas ideas.
    Abrazo

  3. Marcos

    Mi primera pc fue una 386 que solo funcionaba el DOS que me vendio un amigo que se habia actualizado a una Pentium que era un lujo para pocos.

    La usaba con el edit y algun que otro jueguito como F1, Gorilla, etc. Era monitor pantalla monocromo de los viejos con gabinete baby.

    Luego de unos años de esfuerzo juntando cada peso y comprando por partes trabajando de cualquier cosa, tenia 18 años, fui comprando primero el micro (un celeron) no me daba para pentium II, luego las placas, iba comprando y guardando en una cajita los componentes comprados hasta completar la pc y armarla. Despues de llegar a comprar el monitor pude disfrutar de Windows XP, fue mi primer pc.

    Hoy recuerdo con nostalgia el esfuerzo, mis padres nunca me pudieron comprar una PC, algo similar me paso con el Family Game años atras…

    Ahora disfruto mi Mac Mini M1 con una Xbox Series S para juegos.

  4. Ariel

    Mi primera PC «moderna» fue una pentium 3 800mhz con 128mb de ram y una tnt2 con win98. Ni bien salió el ME fue lo primero que instale, y mas allá de los enormes cuelgues con el GTA2 y otros juegos de la época, también le tuve mucho cariño al sistema operativo. Me encantaban los agregados que tenia, vistas previas, colores, animaciones y demás cosas. Pero nunca vi tantas blue screen en mi vida, lo reinstale 2 o 3 veces hasta que quedo medianamente «estable» y voló el mismo día que conseguí una copia del XP.

  5. cristian

    En mi caso fue la 286 sin disco rigido, Disquetes de 51/4, Outrun y Truco arbiser.

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