¿Puede un reloj de U$S 8 reemplazar a uno que vale 20 veces más?

Creo que ya lo he comentado varias veces, pero cómo el público se renueva, vuelvo a hacerlo.

Una de mis debilidades son los relojes. No los inteligentes, los relojes de pulsera de toda la vida.

Desde pequeño me gustaban, miraba con atención las muñecas de la gente y con admiración la belleza de muchos relojes. También molestaba a mi mamá cuando pasábamos por una relojería y me quedaba un buen rato observando esas pequeñas maravillas.

A veces pienso que era porque mi papá trabajaba de seguridad en una y cuando volvía a casa me contaba que había vendido un Rolex o un Longines, casi emocionado. Incluso uno de las primeras cosas que me regaló fue un Swatch, que duró muy poco, lamentablemente.

Recién de grande pude darme el lujo de comprarme relojes. No serían los Rolex, Omega o Tag Heuer sinó que mi interés terminaron siendo – al igual que con la tecnología – relojes cuya relación calidad/precio sean superiores. Desde que empecé a laburar tuve interés en los CASIO, primero en los modelos más clásicos y económicos y luego en los que veía cómo imposibles de chico: los G-Shock.

Con el tiempo pude acceder a una buena colección de estos relojes. Eran épocas doradas donde muchos relojes entraban al país sin que los pare la aduana. Llegaban con caja, manuales y todos. Llegué a comprar una buena cantidad de ellos en Creation Watches, donde siempre había excelentes relojes en promoción. G-Shocks de un promedio de U$S 150 a U$S 90 no eran algo raro en ese sitio, ni hablar de modelos más convencionales. Gracias a Raúl pude devolverle el favor a mi viejo y pude regalarle un Citizen Eco-Drive que usa para salir.

Pero los tiempos cambiaron y ya tener 3 G-Shocks era suficiente. Comprados en 2012 y 2013, han cumplido con su cometido por demás. El único inconveniente que tienen estos geniales aparatos y que podríamos considerarlo como su talón de Aquiles son sus mallas.

Las mallas de los G-Shock se rompen. Primero, las que tienen sólo 1 agujero y en menor medida, las demás. Todo comienza con el pasador, pero se consiguen de repuesto en China, pero las mallas en si mismas no son fáciles de conseguir y lo peor de todo es que son muy caras.

Actualmente me encontraba sin usar los 3 G-Shock porque todos tienen las mallas rotas. En nuestro país las mismas, de conseguirse, cuestan alrededor de AR$2000 y comprar una malla en el exterior es complicado ya que los sitios donde se consiguen utilizan medios de envío muy caros. En definitiva es casi imposible conseguir una malla por AR$1500 (unos U$S 35) por lo que decidí, temporalmente, dejar los relojes en un cajón.

Y un día, casi sin quererlo, entré a uno de esos sitios de ventas chinos y me encontré con un relojito similar a mis queridos japoneses irrompibles por un precio de chiste. U$S 8 + U$S 4 por NocNoc en 10 días. AR$ 550 al día de la fecha.

Lo compré casi pensando en que iba a hacer un artículo recomendando que no se dejen embaucar con una copia barata, y me sorprendí.

Es increíble que el SKMEI 1155 cueste tan poco y brinde tanto. A primera vista es un reloj más que correcto en cuanto a su calidad constructiva. El vidrio se ve bien, las gomas de las mallas se sienten firmes y el aparato en sí mismo se siente firme y bien construido ¡Si hasta los botones tienen buen feedback!

Hace unos años, cuando veíamos los relojes chinos, las pantallas detrás de las agujas eran «de juguete», lo que convertía a estos productos en una berretada. Pero ahora, todas las pantallitas funcionan y son configurables. Es posible configurar y ver Día, Mes, Huso Horario, Alarma y Cronómetro. Fabuloso.

Como todo producto «de moda», un reloj debe verse y sentirse bien para que uno lo tenga puesto (o al menos eso es lo que siento yo). Yo creía que aquel relojito que venía de China iba a quedar archivado porque iba a verse demasiado choto como para usarlo «todos los días» pero ni siquiera eso ¡El reloj se ve genial!

A ver… teniendo en cuenta el precio de éste SKMEI no le encuentro ningún punto en contra. Sería demasiado pretencioso buscarle detalles a algo que cuesta 1/20 de un producto «en serio». Todo es bueno en el 1155. Obviamente no tendrá resistencia de 100 metros al agua (cómo si todos fuésemos buceadores profesionales) o es muy probable que si le damos con un martillo se rompa… pero vamos… ¿quién le da con un martillo a un reloj para probar si es irrompible?

Cuando tenemos uno de estos productos, a estos precios, realmente nos damos cuenta de lo que nos roban las marcas buenas.

No digo que un G-Shock de U$S150 deba costar U$S8 cómo éste, pero podría costar, tranquilamente, mucho menos.

Pero encima de todo eso están los accionistas, la publicidad, la garantía, los costos de logística y todo lo que conlleva ser «una marca».

Por lo pronto, si están buscando un buen reloj a precio de una Pizza con jamón y morrón, ni lo duden.