Hay cosas que son difíciles de asimilar o incluso de imaginar. Tal es el caso de las distancias microscópicas como el nanómetro. Esta unidad de medida representa una millonésima parte de un milímetro, y para poder de imaginarlo diremos que un pelo humano mide unos 90.000 nanómetros de ancho. Esta aclaración facilita la comprensión de las escalas a las que están trabajando actualmente las compañías que fabrican chips, que recientemente han conseguido reducir el tamaño de los transistores a 5 nanómetros. En otras palabras, cabrían 18.000 de estos transistores en la anchura de un pelo humano.

Este hecho de por sí puede que no diga mucho, pero significa que se pueden colocar 30.000 millones de transistores en un chip del tamaño de una uña. La compañía responsable de este logro ha sido IBM, que espera mejorar la velocidad de procesamiento en un 40% y la eficiencia en un 75% frente a un chip con transistores de 10nm.

Con este nuevo progreso sigue siendo vigente la ley de Moore: cada dos años se duplica la cantidad de transistores en un microprocesador. La ley aún sobrevive a pesar de que se ha predicho su fin en varias ocasiones en el pasado. En este sentido, la utilización de nuevas tecnologías ha permitido que la ley de Moore siga vigente, como en el caso del chip desarrollado por IBM, que se ha empezado a utilizar un proceso llamado EUV (extreme ultraviolet lithography) sustituyendo así al FinFET.

¿Estamos al límite de la miniaturización?

Esta continua miniaturización de los transistores permite conseguir chips y computadoras cada vez más potentes que nos permiten realizar tareas más y más complejas que requieren mayor capacidad de cálculo. La evolución ha sido clara, hace 25 años no podíamos realizar muchas más tareas que cálculos o procesar textos. Sin embargo, hoy en día cualquier con cualquier ordenador personal podemos crear una página web con alguno de estos CMS o realizar complicados renders entre otras muchas cosas.

La mala noticia es que los chips con transistores de 5nm no verán la luz hasta dentro de unos años, de igual manera que los chips de 7nm no estarán en el mercado hasta 2018. Sin embargo, la tecnología está desarrollada y seguirá evolucionando dado que se ha demostrado que transistores más pequeños son posibles tal y como demostraron investigadores del Lawrence Berkeley National Laboratory, quienes crearon un transistor de 1 nanómetro.

La miniaturización está llegando a un límite increíble: el límite atómico.

Entre los problemas de crear transistores cada vez más pequeños encontramos la disipación de calor, que se intenta solventar con métodos cada vez más modernos como el Coolchip.  También destaca la creciente dificultad de la miniaturización de los transistores, dado que un transistor de 1 nanómetro es unas 10 veces más grande que un átomo medio, lo que significa que estamos topando con los límites de la física. Pero si algo nos ha demostrado el ingenio humano es la capacidad para asombrarnos a nosotros mismos y conseguir cosas inimaginables.

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