Juegos hay desde las primeras ciudades, y estoy seguro que las habrá en las últimas.

Pero donde en nuestro antaño le dedicábamos a los dados y a las cartas, hoy, son las computadoras nuestras principales herramientas de ocio, todas nuestras computadoras, incluyendo especialmente a los teléfonos inteligentes.

Es innegable refutar, que no hay computadora que este más distendida, y adoptada por la sociedad moderna que el teléfono moderno. Pasamos en 10 años nomas, de ser el iPhone un objeto de lujo comparable con un Rolex de los 70, a ser por lejos la computadora que no solamente todos saben usar, sino que todos tenemos en nuestra posesión.

Hoy, salvo que le metamos 200 lucas al teléfono, es muy difícil distinguirlos estéticamente. Muy distante a la explosión de estos dispositivos, hoy, todos los smartphones son un rectángulo que consta de pantalla, cámara, batería y procesador.

Y no es raro, que evitemos casi por completo la variante estética, viendo que hoy, los teléfonos más que nunca son más nuestras computadoras, que nuestro elemento de moda. Entonces, bajo esta premisa, nadie debería sorprenderse que la computadora más adoptada por la sociedad, sea la que más está creciendo en el desarrollo del entretenimiento interactivo, también conocido como gaming.

E increíblemente, más que ser los jóvenes los que llevan adelante esta revolución, es más la vieja guardia que recién ahora alcanza a la plena digitalización, la que está fomentando este nuevo crecimiento exponencial. Ya con ver a mi vieja, que se la pasa del Candy Crush, al Sudoku, o hasta estos geniales juegos de casino, con tal comodidad, tanto en su teléfono como en su tablet, que me doy cuenta que hay todo un mundo por fuera de Steam. Especialmente si hablamos del juego en línea.

E increíblemente me encontré en un rol, donde mi vieja me pidió que la ayude a comprar un teléfono para jugar. Algo que me hubiese sido impensable hace 5 o 10 años. Pero más sorprendente que el pedido, fue la respuesta: en general, casi todo teléfono sirve para jugar.

Los smartphones tienen esta característica símil a las computadoras, y es que vienen de muchas marcas, y configuraciones distintas, y aunque usualmente la mayoría de los juegos están diseñados para andar con cualquier teléfono «fondo de barril», hay pequeños detalles a tener en cuenta a la hora de comprar un teléfono que sea para jugar, sin importar si vamos a darle a la ruleta o al free fire.

Procesador pantalla y antena versus batería

La batería, es por lejos el eje central de todo teléfono portátil, es la diferencia actual entre teléfono, y portátil.  Hay tres elementos centrales que gastan el 99% de la batería de nuestro teléfono y estos son, procesador, pantalla y antena.

Con la antena no podemos hacer nada, ya sea WIFI, o 4G o 5G, un teléfono sin antena deja de ser un teléfono. Así que guste o no, es un detalle a olvidar si compramos el teléfono en el país. (aunque es importante a la hora de traer algo de afuera si es que es compatible con la red nacional).

Es quizá en las pantallas donde más variedad hay en el mercado, desde pantallas con bajas resoluciones a 4k, de tener muy bajo brillo a tener brillos altísimos y en HDR. Particularmente, la pantalla está fuertemente ligada a la batería y al procesador en general, a más definición tenga la pantalla más trabajo tenga el procesador y la aceleradora de video en general. A más brillo tenga más batería va a gastar.

Usualmente, nuestro mono interior nos llama siempre a querer tener los mejores números ¿quién quiere ser un plebeyo de 720p cuando podes tener 4k? pero cabe siempre recordar que toda mejora en torno a nuestra pantalla siempre va a venir acompañado de un mayor uso de energía, y por ende, menos duración de la batería. Este triángulo amoroso entre procesador, pantalla y batería es la madre de que los teléfonos muy baratos como el moto G20, la batería dure 3 días de uso cotidiano, ya que por más que la pantalla sea malísima, al chip gráfico le cuesta muy poco trabajo hacerla andar (sumado a que no es lo mismo prender 1 millón de píxeles que más de 4 millones):

Es acá donde parte la conclusión de que el teléfono perfecto no existe, si bien podes tener mejor calidad de componentes, y podes orientarte hacia algún u otro componente, siempre la batería va a salir perdiendo.

Desde estas conclusiones es imposible no recomendar gangas como los motorola de 20000 pesos, de ser el presupuesto y la batería los ejes centrales de nuestra compra. Pero si vamos a performance hay un montón más que hablar.

El mundo de los procesadores portátiles es extremadamente más variado que el de los procesadores de computadoras de escritorio. Mientras que en un mercado tenes literalmente un oligopolio de 2 marcas, en el otro tenes a  Qualcomm , MediaTek, Spreadtrum,  Marvell (PXA), Nvidia (Tegra), Samsung (Exynos), Huawei/HiSilicon, Allwinner, Rockchip, Unisoc, Etc.

Y por más de que todos estos se basen en arquitecturas ARM, es cuasi imposible compararlos mano a mano, a través de todas las generaciones, modelos y marcas. Especialmente teniendo en cuenta que para el consumidor común le es imposible obtener uno de estos chips por separado. Teniendo en cuenta que nos podemos encontrar el mismo chip del mismo fabricante, en dos teléfonos distintos, y que por alguna razón u otra tengan distinta performance, los números que obtenemos de internet de funcionamiento, fuerza y capacidad, deberían siempre tomarse con un grano de sal.

Pero en términos generales, menos de 4 gigas de RAM da para problemas, más de 12 gigas de RAM, aun en el juego más pesado, sobran.

Lo ideal, hoy y a prueba de futuro, sería contar con 6GB de memoria.

Se están poniendo de moda dispositivos para convertir un Smartphone en una consola, cómo el Razer Kishi.

Tener procesadores con dos tipos distintos de cores, uno más potente y otro más liviano (usualmente 8 cores, 4+4), siempre suma, porque ahí tenemos tanto eficiencia como capacidad. Es muy difícil elegir bien un procesador, pero al mismo tiempo es muy difícil cagarla. En términos generales, ningún teléfono de 100 lucas defrauda.

Un detalle clave a la hora de jugar, es la pantalla

Funcionando tanto como nuestra interfaz de entrada como la de salida, es importante que la pantalla no solo tenga una excelente calidad de imagen cuando los brillos están altos, sino que también tenga la capacidad de tener una «aceptable» calidad de imagen en el brillo más bajo. Este detalle a muchos se les escapa. Viendo que la gran mayoría de los teléfonos están optimizados para andar bajo la luz del sol y en entornos bien iluminados, pero la mayoría del gaming uno lo hace como, con la luz apagada, usualmente tirado en algún lado. Por esta razón, jamás recomendaría a alguien que se compre un teléfono de más de 100 lucas sin antes tenerlo en la mano y ver cómo anda en las condiciones extremas. Entonces, no solo queremos la pantalla más brillosa, sino también la menos brillosa, y es muy difícil encontrar un teléfono que tenga ambas. Y en ese criterio es importante saber cuál de los dos extremos valoramos más.

Usualmente los teléfonos baratos chinos, como los Xiaomi o los Oppo suelen ignorar los bajos brillos, mientras que los Motorola o Sony suelen tener excelente performance de imagen en baja luz.

También en las pantallas tenemos la velocidad de refresco. Una variable importantísima usualmente ignorada por el común denominador. Usualmente vista en «entornos gamers», la velocidad de refresco nos dice cuántas veces se dibuja la imagen en un segundo, el mínimo común denominador es 60 Hz, ósea 60 imágenes por segundo, mientras que los teléfonos de punta hoy manejan números 4 veces más grandes, rondando en los 240 hz, siendo lo recomendable (al menos para chetearla) 120 hz.

Algo que a más de uno le va a sorprender, es que la velocidad de refresco en los teléfonos es aún más importante que en la computadoras o las consolas. Al ser la pantalla táctil, de tener un teléfono de alta gama y una pantalla con alto refresco, el táctil se suele sentir mucho más intuitivo, más directo. Un detalle que si bien suena banal, una vez que te acostumbras es imposible no ver a los 60 hz como una edad de piedra. Ni hablar que tener que refrescar el doble o el cuádruple de veces, va a requerir un procesador superior y un mayor gasto de energía.

Un detalle menor pero importante, es la temperatura

Los procesadores, todos, gusten o no levantan temperatura. Si bien en las computadoras eso tanto drama no es ya que lo solucionamos tirándole aluminio y ventiladores, pero en un espacio reducido como un smartphone, es imposible miniaturizar estas tecnologías refrigerantes sin dar algo a cambio, usualmente tamaño y ruido.

No obstante, está lleno de modelos, especialmente en los últimos años, que alejan el calor de donde se supone que esta la mano del jugador, enfocándolo en el centro del teléfono. Donde de usar una mano con suerte lo notaríamos, y usando dos nos seria imperceptible. Nunca está mal investigar la temperatura del teléfono que pensamos comprar. Si pensamos darle un uso ocioso, tarde o temprano tener una piedra de 50 grados en nuestras manos a más de uno le va a molestar.

En conclusión, el arte de fabricar y comprar un teléfono se basa en prioridades. No existe la bala de plata que el iPhone soñaba ser. Habiendo tantas personas como computadoras personales, no debería sorprender que a cada uno de nosotros nos importen distintas variables. Nótese la absoluta omisión que hago sobre las cámaras de los teléfonos. Que, si bien nada afectan la performance gamer, Suele ser una variante fundamental para aquellos que hacen de la fotografía su afán.

Entonces como recomendación personal, te diría que de todas las variables priorices tres y compres el teléfono que mejor este en esas áreas.

Particularmente yo tengo un gusto muy reacio con los teléfonos, siendo la batería y su duración el elemento que más me importa, como dije cuando empezó la nota, la batería es lo que diferencia al teléfono del portátil. Cuando la batería es lo primordial, no solo tenemos que bajar la cabeza con el procesador y la pantalla, sino que irónicamente, a más bajos estos números, mejor.

Después de todo, lo último que quiero es estar apostándole a los dados y quedarme sin batería en medio del tiro. Pero viendo que mi madre quería que la ruleta en vivo con dealer se vea en 4k y de la hostia, ahora tiene un teléfono que se ve en 4k y de la hostia.

Increíblemente, mi madre tiene hoy, un teléfono más gamer que el mío.

Que rápido cambia todo.

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