Incontables horas frente a un software que camina entre lo artístico, arquitectónico y matemático, me han enseñado que estos programas en particular, tienen mucho más que normalmente no podemos ver en su recorrido; o incluso, englobar en una palabra tan corta como «videojuegos«.
Si, como tantas otras cosas en la vida, llámese trabajo, escuela o deportes, el significado detrás de la palabra puede guardar amigos, anécdotas y muchísimas otras vivencias que inicialmente nada tienen que ver con la actividad en sí. Que nos llevan años o hasta décadas atrás en el tiempo, en un viaje parecido a ése que tenemos cuando olemos una comida casera que nos recuerda a los abuelos o la vieja.
Fanatismos y grandes pasiones de épocas que pueden llegar a parecernos extrañas hoy en día. ¿Hubo una guerra entre SEGA y Nintendon’t? Pasto para leyendas propias y memorias personales. Muchos dicen recordar esos juegos primigenios en su vida como grandes estándares que pocas o nulas veces han logrado encontrar de nuevo en su camino. En algunos casos es justificado, pero en muchos otros la nostalgia y los recuerdos se tiñen con el dorado del tiempo.
Quizás por eso el concepto del revival está más vivo, cacofonías aparte, que nunca. Grandes sagas del videojuego se han montado en la ola de regresar, con resultados dispares. Baldur’s Gate, por ejemplo, tuvo la muy mala suerte de quedar, en su versión más moderna, lejos de lo que el juego original moddeado podía llegar a ofrecer. Pensando en eso detenidamente, nos damos cuenta de hasta qué punto es posible que llegue el aprecio por un software: La comunidad hizo mejor el trabajo que una empresa dedicada exclusivamente a eso.
La esencia misma de ese programa llamado Baldur’s Gate es tan grande, tan profundamente arraigada en los sentimientos de los que la sintieron, que ellos mismos, altruístamente y por disfrute personal, decidieron continuarla, estirarla y llenarla aún más de vida. Una especie de magia blanca que los llama a continuar su legado. Encerrado entre su código se encuentra algo más que unos y ceros.
Con muchos juegos pasa exactamente eso mismo. Y es que el alma de un videojuego no radica únicamente en sus gráficos, su maquetación, su entorno o matemáticas específicas que le permiten subsistir. Sino mucho más, en la interacción que genera con las personas que lo disfrutan, lo entienden y asimilan, convirtiéndolo en una parte de sus vidas. Así cómo, dicen, el espíritu trasciende al cuerpo.
El alma de un videojuego es esa transferencia, el encapsulamiento de un momento que para nosotros no tendrá mucho de especial… pero esperemos unos años y veremos como las emociones afloran al recordar qué hacíamos de nuestras vidas por esas épocas.
Como un buen libro, nunca habrán demasiadas relecturas. Sobre todo si dejamos que el tiempo pase lo suficiente. El libro siempre será el mismo, pero nosotros no. Veremos cosas distintas y entenderemos otras. Con suerte quizás hasta dialoguemos con nuestro yo anterior, con menos experiencia en ése gran juego llamado vida. Heráclito lo expresó hace más de 2500 años de ésta forma: «En los mismos ríos entramos y no entramos, pues somos y no somos los mismos«, popularizada como «no se puede entrar dos veces en el mismo río«. Me pregunto que pensaría de saber que alguien utilizaría su metáfora para hablar de videojuegos. Libro, río, videojuego, película. ¿Hay, salvando las distinciones y el buen gusto particular, alguna diferencia?
Quizás me pregunto demasiadas cosas. Mi única certeza es que Diablo II me recuerda a mi vieja, que tuvo una amazona nivel 92 en single player, y todas las horas jugando. Que Counter Strike me hace sentir en la boca los sándwiches de milanesa que comíamos con los chicos por las mañanas en el cyber, esperando después de gimnasia a entrar en la secundaria. Que Neverwinter es parte de mi universidad, mi rebeldía, mi inicio en el rol. Y que Red Alert, Command & Conquer y Age of Empires, son todas las noches y tardes planeando estrategias con mi viejo para pasar campañas pseudo-históricas.
También estoy seguro, por la calidad intrínseca de esas obras, que si se las muestro a algún chico (o lector que no los conozca) de 7, 10 o 13 años como lo era yo, probablemente las disfrute muchísimo. Sin dudas, habrán otros que las encontraran arcaicas, echarán en falta los gráficos y quién sabe que más. Ninguno de ellos sentirá lo que yo siento ahora al nombrarlas. No verá las experiencias, a las personas, al corazón detrás.
Pero tal vez, ojalá, alguno dentro de 15 o 20 años, los vuelva a encontrar en la memoria, mire al pasado, y me vea a mi. A su vida en ese momento, a él mismo de chico.
Porque el corazón de un videojuego, en el fondo, es uno mismo.
«No tenemos un líder. El rey de Escocia ha muerto y no tiene herederos. La guerra se acerca por el sur…» y etc, se me quedó grabado a fuego. La nostalgia mueve mucho! Es que los videojuegos que nos tocan adentro quedan grabados en todos los sentidos. Muy buen artículo! Con los ejemplos que diste, me hiciste recordar la experiencia que fue para mi pasar el Super Mario la primera vez a los 4 años y la cara de mi papá que nunca lo logró. O lo abierto que tenía los ojos ante los graficazos 3D del primer Tomb Raider cuando se abría la cueva y empezaba a jugar. O cómo viví la experiencia de entrenar los pokemons que yo quería, todo el día viciando con el juego, que cada vez que visito a mi abuela, o voy a la playa en reposera, o al patio, o el solo hecho de que llegue el verano me hace acordar del Game Boy, así mismo lo saco del cajón y me vienen las ganas de revivir esa experiencia con un matecocido en lo de mi abuela. (Ahh cuando yo dejaba el aparato mi mamá jugaba al casino de Celadon City y con eso conseguía los créditos para los premios raros jeje). Más cercano en el tiempo, recorrer Rapture fue una delicia, experiencia inolvidable, entre que me gusta la arquitectura -especialmente el art decó- más toda la carga emocional que le adicionaba ese juego. Cada vez que me topo con un edificio del estilo, como la obra de Francisco Salamone, me es imposible no asociar una cosa con la otra. A fin de cuentas esas historias digitales interactivas calan hondo en diferentes aspectos de nuestras vidas, cosa rara cuando te ponés a pensar que son «solo» jueguitos. Como que nunca me voy a lograr desprender del SimCity, juego imbatible cuya alma la mantiene viva la comunidad hace más de una década (el 4), así como hay quienes no se desprenden del Civilization o el Transport Tycoon, así sean versiones viejas.
Por cierto, voy a ser de los primeros compradores del Zelda Majora’s Mask, no lo podía creer cuando me enteré! Tampoco lo pude disfrutar en su momento. Intenté emularlo hace mucho pero era imposible. Hoy sí se podría tranqui, pero quedó ahí olvidado, hasta que ahora ya que tengo la consola llegó esta nueva oportunidad y como dios manda!
Son solamente jueguitos. Igual que los libros, las películas, el arte. Son eso y mucho más al mismo tiempo. Como la vida misma. Una saludo y gracias por tus memorias Jaguar
A mi me hiciste acordar a cuando tenia once y los amigos de mi hermano se mofaban de mi corte de pelo, iban a campeonatos de videojuegos y cartas pokemon entre otras, un dia me canse y los hice pomito en el Need for Speed luego de ganarles en el Tekken.Ahi fue el unico momento en que mi «hermano» dijo «es mi hermanita, tomen» ademas de aclararles que en mi familia nacias con una consola bajo el brazo, o no nacias mas o menos..nunca fui de muchos amigos en carne y hueso, pero los que tengo aunque virtuales, son mis mejores amigos y los conoci en el «vicio»… Probando juegos para una sacha empresa creadora de apps vi como un grupo de amigos se volvia un JUEGO, y quede helada.
Las fotos de tus post me trajeron muchos recuerdos, y ver que no solo es la teoria de cuanto de memoria tienes que tener, cual tiene mejores graficos, etc, si no tambien es como generan momentos y construyen situaciones en nosotros, que pueden hacer que un juego como «la viborita» nos traiga recuerdos muy graciosos.
Me quedo con esto.
«Porque el corazón de un videojuego, en el fondo, es uno mismo.»
Cuantas veces he querido compartir lo que para mi eran juegos que dejaban una marca profunda e imborrable y sentir una frustracion inmensa.
Ojala sea como vos decis y alguien de aca en años juegue y siga encontrando esas emociones, gente, experiencias.
En fin aunque suene medio putin.
El corazon detras de un videojuego.
Dales a que jueguen y se transformen ellos en el juego. Si les gusta y lo aceptan, sabrán entenderte con algunos años de delay. Sino, mucho más que acercarle la luz a alguien no puede hacer uno para que lea. Sino pasáles este artículo, por putín que sea jajaja. Quizás así lo entiendan mejor. Un saludo Martin. En unos años lo confirmamos, pero te aseguro que se quedan
Es que más allá del juego en sí mismo, yo creo que nuestros recuerdos están ligados a otros recuerdos que van en paralelo. Por ejemplo, si recuerdo los picapiedras para NES (aunque lo tenia en «Family») también recuerdos mi frustración y recuerdo a mi vieja intentado terminarlo, hasta que lo logró. Si recuerdo Metal Gear Solid, me acuerdo de mi cumple numero 15 instantaneamente. La carpeta que usaba para Dibujo (que habia venido con la Hobby Consolas) y por lo tanto me lleva a recordar esos años escolares y a tantos compañeros que dejé de ver con el tiempo. Si recuerdo Counter Strike recuerdo la gente de los cybers, y eso me lleva a recordar más cybers. Lugares a donde ya no se puede volver, como el tiempo que no puede volver atrás. Por eso me da tanto por las pelotas la gente que denigra a «los jueguitos» porque no tienen ni idea de lo que generan y generaron en tanta gente. Brindo por por todos esos recuerdos, que nadie nos puede quitar. Un abrazo.
Es como los que denigran al fútbol y nunca fueron a la cancha.
Algunos tenemos curiosidad por lo desconocido, otros le tienen miedo, otros esconden sus sentimientos atrás de la desacreditación sin fundamentos.
Es cierto, va más allá del juego mismo, pero está íntimamente relacionado con éste. Y por una especie de transferencia, que da empapado de nosotros ese software, y nos trae las más dispares experiencias del pasado. Como dijeron vos y Tsu, es parte del desconocimiento, del no entender, quizás mal llamado ignorancia, el criticar o hasta tener odio. Pero bueno, es parte de la dinámica humana, se puede cambiar, pero algunos sistemas operativos de la cabeza se niegan a actualizarse. Un saludo muchachos, y a seguir jugando.
Muy buen articulo, muchos recuerdos pasaron por mi cabeza mientras leía :), saludos.
Sin tanto solo hubiese jugado desde mi infancia, que penoso es para mí esté artículo, pero tienes toda mi admiración por el final mensaje.
No te hagas problemas Goutta. Hay muchas cosas guardadas en la memoria aunque no las veamos. Y por lo otro, podés jugar ahora mismo. Vas a ver que en 20 años te vas a acordar de lo que juegues ahora, y de qué hacías por estas fechas.
¡Moooy linda nota!
«Como un buen libro, nunca habrán demasiadas relecturas. Sobre todo si dejamos que el tiempo pase lo suficiente. El libro siempre será el mismo, pero nosotros no».
Hace poco me compré «Sonic The Hedgehog 4 Episode I» por Steam para revivir los 7 u 8 cartuchos de Sonic de «la SEGA» que jugaba con mis años para adelante.
Pero en realidad ya había revivido todo esto con mi cuñadito, que por el 2012 con sus 8 años lo introduje en Sonic (hasta entonces jugaba feos/baratos juegos en flash vía navegador), le bajé un emulador, el Gens, y las roms de Sonic 2 y 3. ¡Para qué! Al otro fin de semana que lo visité ya había terminado el Sonic 3, quería que le baje otro, que escuchó de un Sonic 3D, y empezó a leer la historia de Sonic, los distintos personajes y sabía mas de la saga que yo, que allá por ’98 cuando jugaba, no existía Wikipedia ni nada similar. Así fue que paso el tiempo y en el 2013, estando afuera por mis estudios, me entero que mi cuñado decidió festejar su cumpleaños usando como tema a Sonic, así la torta se convirtió en la cara de un erizo azul, las tarjetas lo llevaban impreso, había un mantel con muchas pequeños sonics, y un gran cartel a base de un olvidado cartón que se convirtió en un Sonic a escala real. Y así fue que el desgraciado de Sonic lo hizo de nuevo, convirtió a otro niño en fanático de la fabulosa pieza de arte japonesa que son esos sprites con sus 256 colores (¿o eran 16bits de colores?) con una música fabulosa y una historia detrás que a un niño atrapa inconscientemente. Y así fue que descubrí que la saga sigue viva y siguen lanzando juegos, y el niño que llevo dentro recobró su fanatismo más allá de los sprites, los 256 colores, o los FPS a que corre un juego, todo eso es secundario.
P/D 1 : Tenés alto don para los títulos, te voy a tener que pedir que hagas el título de mi tesina.
P/D 2: Al comenzar a leer pensé que escribía Guille, desborda nostalgia la nota y me dije, tiene que ser Guille
Con mucho gusto Spin! y gracias por la referencia al maestro de esta casa, yo siempre le digo que es mi referencia a la hora de escribir por estos medios. Con respecto a Sonic, y los juegos llenos de alma, que mejor explicación que esa. Hay cosas que están hechas con amor y para la posteridad, no hay vuelta que darle.
Byron, para cuándo un libro? Con ver el título solamente me dije «PARÁ, ESTO ES DE BYRON», y corrí a sacarme las zapatillas, a buscar una lata de cerveza a la heladera (si, en ese orden porque me la banco) y a poner música que me ambiente la lectura.
No alcanzan los adjetivos, que redactor que ha fichado este blog por favor!!!
No puedo hacer menos que agradecerte tu predilección, espero que lo disfrutaras mucho Y por cierto, hace años que trabajo en una novela, que ya anda por proceso de edición, veremos que sale de esa locura, jajaja. Un saludo!
Muy buen articulo, la verdad que me siento muy identificado con lo que describiste. Tendermos mas o menos la misma edad?
Los juegos de estrategia tendran algo que le gustan a los señores de mas de 50? Porque mi viejo jugaba a los mismo que nombras y agregale el Commandos y todas las secuelas Red Alert 2, Age of Empire 2, etc ,etc Muy buenos recuerdos me trajo este articulo de los momentos compartidos frente a algunos de los niveles casi imposibles de esos juegos.
En cuanto a los remakes me parece que deberian dejarlo asi, Baldurs Gate Enhaced Edition es un choreo a mano armada, deberian ir en cana por agregarle 2 o 3 personajes que peores no pueden ser y un par de misiones cuando la comunidad armo historias enteras para ese genial juego.
Me parece que algunos juegos deberian quedar en el recuerdo, en algun momento instale el para mi mejor juego de play Final Fantasy VII y la verdad es que vi un par de cuadrados con personajes cabezones…
No cambio para nada mi opinion sobre el juego pero el tiempo no perdona ni siquiera a nuestros juegos favoritos……
Tengo 24 años con respecto a los RTS, pasa que hubo una explosión muy fuerte de ellos a finales de los 90’s. Tanto Command & Conquer como Age of Empires sacaba sus mejores entregas. Tiempo después haría lo propio Starcraft, Warcraft, Empire Earth, y tantos clones más.
Lamentablemente se saturó la idea, quisieron aggiornarla como pudieron y en la mayoría de los casos fue para mal, o al menos, sin llegar al nivel antes mostrado.
Yo suelo jugar juegos viejitos, y es cierto… la explosión de píxels o polígonos puede ser casi letal, pero si le seguís dando se pasa y te engancha de nuevo (a menos que ya te lo sepas de memoria, ahí pierde un poco la magia). Al final, vale la pena. Aunque el tiempo no los perdone, nosotros sí. Y quizás esa sea otra reflexión más sobre nosotros mismos, capaces de entender que al fin y al cabo no era la gran cosa… pero sí lo fue, para nosotros, por un momento.
Saludos.
Excelente articulo, gran frase. Tengo 37 años, y tengo miles de recuerdos relacionados con los videojuegos, desde el Ghost´n Goblins hasta Mass Effect, nunca deje de jugar, es como vos decís el corazón del video juego es uno mismo.
Te felicito. Abrazo
Muchas gracias David. Ojalá sigas juntando recuerdos
Dale, ¿en serio? ¿Por qué te empeñás en hacerme vidriar los ojos?
Felicitaciones y gracias por un texto maravilloso.
Otro genial articulo Byron, las cosas que vivi con amigos y las aventuras de LucasArts son irrepetibles, y por mas que juegue hoy, el rio no es el mismo, porque ya no soy el mismo.
Soy un jugador muy rústico, por no decir pésimo con los videojuegos. Pero, puedo reconocer el trabajo artístico detrás de muchos títulos.
Lamentablemente, me quedé en el tiempo. Lo mío era todo single player, aventuras gráficas por doquier y algo de estrategia y acción un poco más cerca de los 2000.
Tal es mi ignorancia actual sobre los videojuegos, que el otro día alguien de 23 años me dejó boquiabierto cuando me contaba sobre League of Legends y toda la movida que hay detrás: campeonatos internacionales con premios millonarios, concurrencia en Estadios para ver jugar, pero además el nivel de destreza y el trabajo en equipo que hay que emplear para poder jugar.
No tenía la menor idea de qué me estaba hablando y en su intento de explicarme el juego, mi mente estaba procesando un mero balbuceo sin solución de continuidad.
Fue aún peor cuando vi un video y lo único que entendía era una suerte de fuegos artificiales, una batalla donde me pierdo, no encuentro a quien se supone es el personaje al que tengo que prestar atención.
Por momentos, quisiera sentirme reflejado en todo lo que Byron expresa en el artículo, pero no me pasa. La única vez que un juego me emocionó fue Mafia. La historia, la ambientación, el desarrollo del juego y el final son excelentes.
Pero, aún así, la cosa queda ahí. No encuentro ese encanto que tienen muchos sobre los juegos. No me conecto o tal vez, el correr del tiempo me esté pasando factura.
Tengo 40 años, jugando desde mi infancia con un famicom traido de japón de un amigo (con 1 solo cartucho), una XT y demás pcs.
Creo haber jugado con juegos buenos, malos y los que te marcan. Algunos de esos momentos pasados trasnforman o conducen tu presente.
Sin ir más lejos, cuando coloco un disco en el lector de DVD y espero a que se active el autorun no puedo evitar decir «Military softare detected», del Command & Conquer. Juego con el que pasé horas y horas, solo o en compañia de mi hermano y de amigos.
Escuchás frases como «Come get some» o «hail to the king, baby» del Duke Nukem… y retrocedés en el tiempo.
«Vendo estas chaquetas de cuero» del Indiana Jones… «Soy un temible pirata», del Monkey Island… y su musiquita que aun resuena en mi cabeza.
The DIG, de Lucas Arts me marcó mucho y hasta hubiese deseado una pelicula al respecto.
No tenían una definición 4K con texturas HDR, tampoco tenían antialiasing 8x multisampleado ni una tasa de 60 fps… tenían un corazón, un alma.
Me gustó el artículo, muy bueno.
Para los que vibraron como yo con el Commandos 2, tanto como para al día de hoy preguntarse por que Pyro Studios y Eidos no lo continuaron ad eternum en esa fórmula en vez de transformarlo en la bosta que se volvió el 3 y el desastre que fué el siguiente… les traigo «Commandos 2: Destination Paris»: https://www.moddb.com/mods/commandos-2-destination-paris
De vuelta, la comunidad hizo mucho mejor laburo (o más bien sacó lo mejor del original).
Más de 200 misiones, incluyendo los escenarios de los commandos anteriores y escenarios nuevos. Mecánica refabricada y habilidades nuevas para los commandos: http://commandos.wikia.com/wiki/Commandos_2:_Destination_Paris
Y chequeandolo ahora… acaban de sacar una nueva versión! Nos vimo en Disnigüorl!