No, Telegram no va a ser el “asesino de WhatsApp”

I

Hay una frase muy conocida que debería ser una máxima: el que pega primero, pega dos veces.

Es así, tal cual, literal. En la vida real, la de la calle, aprendí que tiene una validez total una vez que se me abalanzó un gorilón que había resultado el ex novio de la chica con la que salía en ese entonces. Cuestión que en un instante en el que me empujaba sin razón y estaba aprontándose para darme una paliza, también sin razón, tuve un “flash” y además de dejar el vaso sobre la barra tuve la lucidez mental de recordar esa trillada frase que minutos más tarde y más frío llegué a darme cuenta que era oro puro filosofal. No solo salvé mi integridad sino que, además de un lamentable espectáculo del que tuve que ser parte prácticamente sin querer, aprendí que muchas veces las frases y los “dichos” tienen mucha verdad y años de experiencia acumulada que se pasa de generación en generación.

No solo me sirvió esa vez, sino algunas otras más. No soy un tipo violento sino creo que todo lo contrario pero hay veces que lamentablemente uno tiene que actuar en defensa propia porque… es el otro o vos. Y en ese momento, en el cual notás que no hay vuelta atrás, tenés que actuar. Y como dice el dicho, si pegás primero tenés cierta ventaja que te permitiría asentar otro golpe o, en todo caso, tener la posibilidad de “achicar” al rival para evitar llegar a mayores.

Pero esto de “el que pega primero, pega dos veces” no solamente funciona en la calle sino en prácticamente la mayoría de los escenarios en donde esté involucrada la actividad humana. El comercio, la informática, las comunicaciones y en el caso puntual de los mensajeros instantáneos diseñados específicamente para trabajar sobre smartphones existe alguien que llegó primero y pegó, quizás muchos aquí lo conozcan, se llama WhatsApp.

II

Nunca sabremos si fue primero el huevo o la gallina. Existen diversas teorías al respecto. Tampoco sabremos si el periodismo sensacionalista o que “necesita titulares con shock” fue primero o existe una necesidad intrínseca en la mayoría de las personas a ese tipo de información. Pasa todo el tiempo y en casi todos los ámbitos de la prensa. Desde el fútbol, pasando por el espectáculo hasta, ahora también, las noticias sobre tecnología. Algo que hace años era parte de un suplemento ahora, como es cosa de todos los días, es parte integral de la información “general”.

Si bien nunca lo sabremos, lo cierto es que desde hace tiempo que venimos leyendo noticias sobre “el asesino de”, “el que va a desbancar a”, todas con ese tono casi dramático sobre algo que parecería llegar a destronar al campeón reinante pero en realidad recién está empezando su carrera amateur. Así rápido me vienen recuerdos de un buscador hecho por algunos “ex Google” y que para algunos medios iba a destronarlo o para los diversos “iPhone killers” que, viendo el mercado actual, más que eso fueron “Blackberry y Nokia killers”.

III

WhatsApp es, más que una aplicación, el sucesor del mensaje de texto como medio de comunicación en si mismo. Me atrevo a decir que actualmente – aunque debería decir que desde hace quizás un año – es la aplicación más utilizada en los smartphones de Argentina y alrededores. De hecho de mi círculo social más próximo la mayoría de los que cambió el celular lo hizo para tener WhatsApp, quizás más del 60% de ellos solamente tiene una sola aplicación instalada “por fuera” de la instalación estándar. Adivinen cuál es: si, WhatsApp.

WhatsApp es tan popular, de hecho, que conozco algunas personas que ni siquiera se hicieron una cuenta de Google para bajarla y directamente abren el navegador, buscan WhatsApp y bajan el archivo APK (los archivos APK son los instaladores en Android) para tenerlo. Así de fácil.

400.000.000 de personas usan WhatsApp, un número algo mayor que la cantidad de habitantes de América del Sur completita. No solo eso, además de ser una – quizás la más – de los servicios de comunicación más utilizados de la actualidad el sistema trajo un nuevo cúmulo de cambios en lo que respecta al uso de los teléfonos inteligentes. Desde que WhatsApp se hizo de uso masivo la gente se pasa mucho más tiempo que antes mirando la pantalla de su teléfono, perdiendo así en muchos casos cierta conexión con su entorno, tanto en tiempo como espacio, lo mismo ha sucesido con el “doble check” y el “última conexión a las” que tantas peleas ha causado en parejas, amigos y cosas por el estilo.

IV

Telegram es un aplicación creada directamente para suplantar a WhatsApp. De hecho ellos mismos lo publicitan como un “WhatsApp pero mas seguro, rápido y potente”. Literalemente lo que dicen es “Telegram es como WhatsApp, pero mejor en cada detalle”

(Telegram. nombre pegadizo para app popular: check. Logo: check)

Tengo instalado Telegram desde hace unos días y las pocas pruebas que pude hacer por ahora (solo tengo 5 contactos que son los mismos geeks early adopter de siempre) me demostraron que lo que dicen sus creadores es cierto, bueno, al menos principalmente la parte que dice “parecido a WhatsApp”. De hecho, podría decirse que los desarrolladores tomaron muy en serio eso de que “si algo funciona no lo cambies” y crearon una aplicación que, salvo algunos colorcitos, es prácticamente un clon de WhatsApp, al menos en interfaz y usabilidad.

Entonces, ¿qué le queda al usuario común, a ese que no es geek y representa más del 80% de los usuarios de WhatsApp en la actualidad para “engancharse” con Telegram? Yo creo que nada.

Ahí es donde volvemos a las primeras partes del artículo, donde hablo de esa necesidad de encontrar el asesino de WhatsApp que muchos medios presentaron y que no existe ni va a existir como tal porque WhatsApp pegó primero y salvo que seas un paranoico de la seguridad probablemente no encuentres la necesidad de cambiar de aplicación y menos en la que todavía no usa casi nadie.

Y es verdad, probablemente Telegram sea gratis, más rápido, más seguro y más confiable. Además permite enviar archivos de gran tamaño y también mensajes auto destruibles (una feature que le chorearon a SnapChat). Pero… ¿saben algo? Todas esas cosas que probablemente a nosotros nos encantan al mainstream les importa poco y nada. Ellos ya tienen a todos sus contactos en WhatsApp y están felices de poder pagar $1 por día y cansarse de mandar mensajitos de texto, porque básicamente ese es el éxito de WhatsApp. SMS ilimitados, más lindos, y gratis (o casi).

¿Saben una cosa? Telegram me recuerda en muchas cosas a una red social que iba a ser la que por fin destronaría a Facebook de una vez por todas, red social que incluso tenía en sus espaldas el motor de quizás la empresa más grande de Internet y que además tenía sobradas mejoras en casi todos los aspectos sobre la red de Mark Zuckeberg, ¿que pasó con Facebook y Google+? Básicamente lo que va a pasar con WhatsApp y Telegram.

¿Alguien quiere apostar algo?