Impresionante. El Rabbit r1 está siendo sin dudas la sorpresa del CES, y no es para menos. Se trata de un producto creado por una startup llamada Rabbit que presenta a este r1 como un «compañero de IA de bolsillo», creado específicamente para eliminar la necesidad de múltiples aplicaciones y ayudar a las personas a aprovechar un modelo de lenguaje grande para buscar cosas.

Hasta hoy, la mayoría de las aplicaciones IA (cómo ChatGPT) se usan a través de un smartphone convencional. Lo que plantea la gente de Rabbit con su r1 es distinto. El r1 no es un teléfono, es una herramienta dedicada a búsquedas basadas en IA que depende de sus propias conexiones a internet (tanto Wi-Fi como celular). Esto significa que uno puede usarlo en casa o fuera en el mundo donde haya cobertura celular. Rabbit, con sede en Santa Mónica, se asoció con Teenage Engineering para crear el hardware y – a mi gusto, claro – lo convirtió en un precioso y amigable aparatito que dan ganas de usar. El r1 funciona con Rabbit OS y utiliza un modelo de IA propietario.

El conejito r1 va a poder hacer cosas «comunes» para lo que es la actualidad de los asistentes medios boberas, como Alexa. Es decir, va a poder enviarnos un aviso si lo programamos para tal cosa, o encender y apagar las luces, o cambiar la temperatura del Aire Acondicionado, pero además, la gente de Rabbit afirma que puede realizar tareas complejas como investigar opciones de películas para un viaje en avión o comprar comestibles en línea (obviamente en Estados Unidos) e incluso pagar cosas.

El asistente: la «capa» que puede revolucionarlo todo

Al parecer, la gente de Rabbit entendió que hacía falta un «asistente» que sea una capa entre el humano y las aplicaciones. Usar la Inteligencia Artificial realmente para cosas donde muchas veces Alexa, Siri o Google Now hacen agua (y las puteamos por eso). Es muy probable que el fuerte de esta empresa esté en cómo «entiende al humano» y aplica soluciones a través de las API que cada aplicación (cómo Spotify) dan para ello.

La cámara es el «ojo» del conejito.

Hace poco tuvimos la fortuna y el lujazo de que un periodista cómo Gabi opine sobre Humane, que vendría a hacer algo cómo lo que propone Rabbit con su r1 pero con un presentador con menos gracia que descender y con más promesas que certezas. El r1 es un cuadradito. Pantalla, botón, apretás, hablás, le pedís algo y el conejito te lo resuelve. Parece magia, y quizás algo de eso tenga, pero en realidad esta gente se paró en los hombros de muchos gigantes y se trate del eslabón perdido y con este r1 haga una revolución.

Cuando el r1 llegue al mercado, El OS de Rabbit – llamado Rabbit OS – ya estará entrenado para trabajar con las aplicaciones más populares de hoy. Una funcionalidad experimental permitirá entrenar a los conejos para abordar actividades más involucradas y cadenas de tareas complicadas. Todo se gestiona a través de un portal en línea llamado Rabbit Hole (cueva del conejo) que estará basado en la nube y donde el usuario podrá vincular aplicaciones y conejos de una manera similar a IFTTT.

Como están viendo, la magia detrás del conejito es el modelo de lenguaje. De hecho, ellos dicen que es la piedra angular del dispositivo. Según ellos fue desarrollado para que pudiera «ver y actuar en aplicaciones de la misma manera que lo hacen los humanos». Al parecer, debajo del capot este modelo ha aprendido con el tiempo observando cómo el humano usa las interfaces y luego repite los pasos. Pero para el usuario, todo será transparente.

El precio de este dispositivo (otro punto fuerte) será de U$D199. La va a romper.

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