Los wereables no solamente sirven para lo que dicen servir. Sino que además son una increíble herramienta para recolectar datos. Es más, les diría que es muy probable que gran parte de las ganancias de estas empresas vienen de los datos que recolectan con estos dispositivos, datos que obviamente los mantienen en total anonimato y asegurados, pero que son esenciales en gran escala para sacar una inmensa cantidad de conclusiones sobre vida en general y consumo en particular.

Toda esta introducción (sumada a la conclusión) que hago es por el estudio global sobre la calidad del sueño de Samsung, cuyos resultados acaban de presentarse. Para sacar estas conclusiones Samsung se valió de los millones de Smartwatches Samsungs que han vendido y están siendo usados en estos momentos. Ahora, según ellos, se ha registrado un marcado descenso en la duración promedio del sueño, pasando de 7 horas y 3 minutos a 6 horas y 59 minutos. Si bien parece poco hay que reconocer que se trata de un dato porque ahora el promedio de sueño ya que se ubica por debajo del umbral crítico de 7 horas, que es el mínimo recomendado por varias fundaciones y organizaciones sobre sueño en el mundo.

La disminución del tiempo sueño: un fenómeno mundial

Lo que es aún más sorprendente es que esta disminución en la duración del sueño no es una tendencia localizada, sino un fenómeno global que abarca una amplia gama de demografías y regiones geográficas. No discrimina por sexo, edad o ubicación geográfica. Tanto hombres como mujeres, en todas las edades y en distintas partes del mundo, han experimentado esta reducción en la cantidad y calidad de su sueño. Aunque la eficiencia del sueño tiende a descender más pronunciadamente en los hombres, durante el último año las mujeres han sido las más afectadas, evidenciando una preocupante disminución.

En términos de variaciones regionales, los datos destacan una marcada diferencia. América del Norte ha sido testigo de la mayor disminución en la eficiencia del sueño, mientras que en Asia, a pesar del interés creciente en el sueño, se mantiene la eficiencia más baja. Este patrón no es exclusivo de Europa y América del Norte, ya que en todas las demás regiones estudiadas, la duración del sueño se encuentra por debajo del umbral de siete horas.

Además de todo esto el estudio observa una tendencia preocupante en la deuda de sueño. Esta medida, que indica la inconsistencia en la cantidad de sueño entre los días laborables y los fines de semana, es más pronunciada entre los jóvenes. Los veinteañeros presentan casi el doble de deuda de sueño en comparación con los septuagenarios: 49 minutos frente a 29 minutos, respectivamente. Por regiones, Asia muestra la menor deuda de sueño, con 41 minutos, mientras que América Latina registra la mayor, con 47 minutos.

Estos hallazgos sugieren una transformación significativa en los patrones de sueño a nivel global. Diversos factores pueden estar contribuyendo a esta tendencia, como cambios socioeconómicos, culturales y tecnológicos. Este estudio no solo nos proporciona una visión detallada de los desafíos que enfrentamos en términos de calidad del sueño, sino que también destaca la urgente necesidad de tomar medidas para abordar esta problemática y promover hábitos de sueño más saludables a nivel mundial.

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