La primera vez que ví un Pendrive fue aproximadamente en 2001. Un amigo había comprado una memoria USB en Estados Unidos y ya verlo era un viaje al futuro. Un chip que se podía conectar a la PC para guardar cosas y pasarla a otra PC… ¡Y se podía borrar!
Por entonces usábamos grabadoras de CD’s y los CD’s regrabables era una tecnología bastante cara y mala, ya que no aguantaban mucho y se degradaban con facilidad, lo que los convertían en un medio bastante poco confiable. Así que nuestra vida por entonces era de «solo lectura» o «si lo grabaste, cagaste».
Cómo toda tecnología nueva, al comienzo los Pendrives eran caros. Me acuerdo que yo era un pobre estudiante y una de estas maravillas eran bastante innacesibles (además de que la época, cómo casi siempre en Argentina, no acompañaba). Pero encima de esto y aunque hoy parezca increíble, los Pendrives no eran tan fácil de usar, porque en Windows 98SE era necesario instalar un driver/actualización y la mayoría de las PC’s usaban este OS. Recién con Windows XP todo lo que era «USB Storage» se universalizó y estandarizó.
Los primeros pendrives
En 2003 aproximadamente comencé a trabajar en una casa de informática (vaya, 20 años) y ahí ya teníamos algunos Pendrives. Por lo general eran de 64MB y 128MB y los usábamos para guardar las definiciones de virus e instalarlas en las PC’s. Eran épocas de Internet lento y era mas fácil actualizar el Norton de esa manera que con un ADSL de 128KB compartido entre una decena de computadoras.
Los primeros Pendrives eran buenos, pero la tecnología todavía no había llegado al summun que fué cuando aparecieron los de 1GB y 2GB. No importa mucho la marca, pero a partir de allí comenzó una tendencia que seguiría hasta ahora: los pendrives se fueron convirtiendo en dispositivos realmente duraderos, llegando casi al mote de irrompibles.
Es increíble, pero todavía conservo un Kingston Datatraveler de 2GB que funciona cómo el primer día. Lo he usado para todo, al principio tenía archivos instaladores de Apps imprescindibles para Windows y era el rey del taller. Luego, cuando pude por fin comprar un HD USB (que relegaron un poco a los Pendrives en uso) pasó a ser el famoso «Pendrive con música para el auto» el cual renovaba semanalmente para salir a dar vueltas con los pibes. Por último y cuando pasamos a utilizar Bluetooth en los stereos y stremiar desde Spotify terminó siendo el Pendrive del HDD Regenerator, un gran software que sirve para diagnosticar sectores defectuosos en discos mecánicos.
Hoy, en épocas de nubes y conexiones rápidas los dispositivos de almacenamiento USB han perdido protagonismo. Ya casi nadie usa un Pendrive para llevar y traer cosas, las pasan por Drive. Sí se siguen usando en algunas situaciones, más cercanas a los geeks que a los usuarios normales.
Y como geek que soy, puedo deicr que acá estamos, con el Datatraveler vivito y coleando, probablemente unos 18 años después de haberlo comprado. Obviamente está disfrutando de unas merecidas vacaciones en mi cajón de tecnología, aunque de vez en cuando la situación lo amerita y vuelve a las pistas: es hora de chequear la integridad de un disco magnético.
Tengo el DataTraveler de la foto, de 8GB comprado por el 2008, lo uso todos los días para laburar, y ahí tengo los programas principales que instalo en los equipos de mis clientes, tengo algunos más grandes, pero este sin dudas es el que más se la banca, incluso es más rápido que cualquier pendrive básico nuevo de la misma marca, que terminan siendo un parto a la hora de copiar archivos pesados… Sin dudas un caño!
Long live the Kingstone!
Vengo justamente este fin de semana de usar alrededor de 20 pen drives intensivamente en el install fest de Flisol; entre los mas nuevos cargados con imágenes de distros a instalar, y los míos personales como apoyo. Entre ellos mi amado Sandisk Cruzer Micro de 1Gb (Que compre en el 2006) con PartedMagic particionando, haciendo backups y levantando arranques en las compus a migrar y recuperar.
También los vengo usando en las raspberries de casa y uno de 32Gb terminó en el modem cargado de multimedia.
Larga vida a los pen drives! Duraderos, confiables, y la posibilidad de tener la propia info en la mano, literalmente.
Todo bien con la nube, pero dejame con estos mágicos amigos.
Sigo instalando los sistemas operativos desde pendrive, en algún cajón sigue dando vueltas alguno de 128mb.
Yo todavía tengo en un lugar guardado un kingston de 8g que es muy chico y se podía usar como llavero, cada vez que necesitaba llevar archivos de la de un lugar a otro, siempre lo tenía y me salvó un montón de veces (en los tiempo que cursaba en la facu). Que recuerdos!
Y antes de los pendrives usabamos los diskettes con el programa HACHA, jajajaja.
Tengo un Kingston de 8Gb de 13 años, que cada dos por tres tengo que reflasharle el chip porque pierde el formato de capacidad.
Luego un SanDisk de 16gb que lo uso mas que nada para archivos.
Uno de 32 Maxell, que lo iban a tirar en el laburo porque se sobreprotegia contra escritura, en el medio que pasaban los archivos (Logre llenarlo con ISOs tipo tecnico, y hacerlo booteable).
Y por ultimo uno de 64Gb que lo tengo con clases grabadas (Lo uso mas para Contenido Multimedia).
Aun los usos, no diariamente, pero estan ahi a la vista para ser usados.
La verdad que tengo un Kingston el cual era de 1GB ,fue unos de los primeros en salir y si sigue funcionando.
Hoy en día utilizo de 128 GB, puesto que muchos clientes no tienen acceso a drivers, por razones de seguridad creo que seguiremos utilizado los pendriver, pero un día nos despertaremos que drivers, será de pago para todo el mundo y ese día los quiero ver, muchos no están dispuestos a pagar pero será tanta la info, que tengan que elegirán regresar a los pendriver, el cual, tiene vida para rato.