Hay cosas que los nerdos entusiastas de la tecnología y videojuegos no olvidamos nunca. Una de ellas, en mi caso, es cuando fuimos a la sucursal de Megatone de Concepción del Uruguay con 350 pesos que por entonces eran un montón de plata y que había obtenido luego de haber vendido mi Nintendo 64. El objetivo era claro, comprar una Playstation 1, chipeada, y poder disfrutar de juegos un poco más aggiornados a la edad que estaba teniendo. A los 17 años me estaba convirtiendo despacito en un hombre y si bien amaba a Super Mario y compañía la filosofía de juegos que veía en la consola de Sony me atraía demasiado, y Gran Turismo sin dudas era uno de ellos.

Increíblemente, cuando llegué al local me esperaba una versión renovada de la consola de Sony. Había llegado el día anterior la Playstation Dual Shock. Venía con 2 sticks analógicos y vibración, una maravilla. Como buen usuario argento de clase obrera antes de llegar a casa pasé por la «casa de videojuegos» y me compré varios CD’s. Obviamente Gran Turismo, pero también Colin MC Rae, Twister Metal 2 y Metal Gear Solid, si mal no recuerdo. Lo que pasó entonces fue un tema de estudio.

Hasta entonces, no era fanático de los videojuegos de carreras, o de conducción, como dicen algunos. Si bien jugaba a todo y recuerdo horas y horas dandole duro y parejo a clásicos cómo Monaco GP2 y Virtua Racing de Genesis, Top Gear 2 de SNES o incluso hasta el Dirt Race FX o más adelante el Mario Kart 64, no fue hasta que tuve la Playstation en casa que descubrí un Guillermo que no conocía. El Guillermo que se calzaba un casco virtual y se lanzaba al asfalto, para olvidarse todo el bulliyng que sufría en el colegio.

¿Y qué mejor que esto que el Gran Turismo? Recordemos algo. Yo estaba volviéndome adulto de a poco, y creo que el juego de Poliphony Digital fue el primer gran simulador de automovilismo para consolas. Al menos yo no recuerdo algo igual que haya existido antes. GT era, y es, un juego realmente increíble, con decenas de autos, modos, pistas y por sobre todo, un amor por la simulación que no se conocía. Incluso hasta la interfaz era sensacional. Fue amor a primera vista, pero más que por el juego, por algo en particular. Por Mazda.

Los Mazda y yo, una relación de amor y para siempre

Recuerdo haber pasado horas y horas jugando Gran Turismo. Probaba autos, completaba modos, sacaba nuevas licencias, y así pasaba mi tiempo, disfrutando un juego al que le debo haber dedicado una cantidad incontable de tiempo. Conocí un montón de autos. Pienso rápido y se me vienen a la cabeza Lancers, NSX y hasta el increíble GTO de Castro, pero sólo de un auto me enamoré mal, al punto de correr en carreras que sabía que iba a perder. El Mazda Savanna RX-7 fue un antes y después, algo que me marcó y me sigue marcando.

Hoy se ve bastante espantoso y poligonal, pero estos gráficos eran increíbles.

Lo más curioso es que no era el auto mas rápido, ni fácil de manejar. Ni siquiera era el más caro. Pero tenía algo que me atraía como ningún otro. Simplemente no podía dejar de correr con él. Pero esto mismo me empezó a pasar con otros vehículos de la marca.

Con un poco de IA pude agrandar esta imagen de GT1 y quedó increíble.

Sin querer me había convertido en un fanático de Mazda. Aún cuando en Argentina a finales del siglo pasado era más fácil ver una nave alienígena que un Mazda. Alguna vez vi un Miata de los 90’s en Buenos Aires y me genera más alegría que una Ferrari. Lo más loco es que nadie entendía mi fanatismo por una marca que había conocido en un… videojuego. Es más, una de las primeras búsquedas que he hecho cuando me conecté a Internet fue sobre el RX-7.

Y así fue pasando el tiempo. Sin Mazdas reales – porque a Argentina casi nunca han entrado de manera constante – pero sí eligiéndolos cuando me tocaba conducir de manera virtual. Así cómo cuando uno en FIFA elije siempre al mismo club, yo cada vez que probaba un GT o ahora más cerca en el tiempo un Forza, buscaba un Mazda.

Pasaron los años y me convertí en un adulto. Ya habíendome vengado, uno a uno, de mis bullers, en el fondo de mi inconsciente a veces pensaba lo feliz que me haría manejar algún mazda de verdad en la vida real. Mucha fue la alegría cuando me enteré, hará unos 10 años, que Mazda vendría a la Argentina y me imaginé manejando alguno en algún momento de miv ida, pero como casi todo en este país, no se pudo dar.

Forza Motorsport me volvió a recordar mi amor por estos japoneses

La realidad es que no soy un hardcore gamer de los juegos de conducción. Tengo siempre instalado algún Dirt o un Forza Horizon, sí, pero desde hace unos días cometí el error de instalar el Forza Motorposrt (está gratis en Game Pass) y debo reconocer que sentí situaciones similares a las que, hace unos 25 años atrás, me pasaron cuando agarré el Gran Turismo de PS1.

Forza Motorsport es un juego increíble. Reconozco que apenas si probé el último Gran Turismo y no me gustó mucho, pero el producto de Microsoft se siente superior en todos los aspectos. No sé por donde empezar, pero básicamente es un juego de carreras tan espectacular cómo Forza Horizon pero mucho mas serio y por supuesto, dentro de circuitos.

¿Y qué pude hacer cuando gané mis primeros pesos? Comprarme un Mazda.

25 años de evolución de los videojuegos de autos, de paso, cañazo.

Así que acá estoy. Disfrutando de las mejores pistas del mundo en un auto que nunca tendré (por más que gane la lotería) ya que no entran al país y yo probablemente nunca me vaya de acá. Este gamer veterano que está en sus 40’s le dice a aquel muchacho que se estaba convirtiendo en hombre y que tenía más dudas que certezas que se quede tranquilo, que todo va a estar bien y va a ser feliz, y un Mazda es el hilo conductor entre ellos.

3 COMENTARIOS

  1. Luciano

    También me encantaba jugar con el Mazda rx7 en GT1. Y como buen fanático del rally, me gustaba el Toyota celica y el Mitsubishi Lancer. Lo que me encantaba de ese gran turismo, es que al menos en mi experiencia, era la primera vez que veía tantas marcas de autos para elegir. La cantidad de horas y pruebas para obtener alguna licencia que tuve que repetir….

  2. Pablo1312

    Gran artículo Guillermo que intenta y logra enviar esas sensaciones que sentimos quienes amamos este medio y que a veces son difíciles de transmitir.

    De la misma manera yo me enamoré de ItalDesign Cala del NFS 2 aunque los autos no eran lo mío. Aún mas imposible mi amor al ser un auto que nunca entró en producción…

Dejá una respuesta

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí