YouTube se puso la gorra con los ‘adblockers’ y subió los precios de Premium en Argentina

La nueva política de YouTube contra las extensiones que bloquean las publicidades comenzó a aplicarse a nivel global. Esto no sorprende, considerando que Google empezó a experimentar con esta posibilidad en mayo, y amplió su alcance a fines de junio. Sin embargo, la semana pasada esta cruzada contra AdBlock, uBlock Origin y cualquier otro complemento por el estilo, dejó de ser una “prueba limitada” y se convirtió en una implementación masiva. Y de yapa, la empresa aprovechó para aumentar los precios de YouTube Premium en varios países, entre ellos Argentina.

Lo que ahora está haciendo YouTube es, básicamente, congelar su reproductor de videos si detecta que estás usando un bloqueador de publicidades en tu navegador. Lo que la plataforma pretende es que la incluyas en la lista blanca de la extensión para que pueda continuar mostrándote anuncios o que, directamente, te suscribas a YouTube Premium para tener una experiencia libre de interrupciones.

La cosa es que esto no solamente impacta en navegadores como Chrome, Firefox o Edge, sino también en aquellos que bloquean las publicidades de forma nativa, como Brave u Opera. Los ejemplos que pude ver hasta ahora corresponden a la versión web de escritorio de YouTube, así que no tengo muy en claro cómo viene la historia con las apps de iOS y Android, o, incluso, en el caso de quienes tienen montado Pi-Hole para exterminar cualquier anuncio a nivel de red.

Por lo visto, YouTube está queriendo jugar al “policía bueno, policía malo” con los usuarios que usan adblockers para saltarse las publicidades que aparecen, antes, durante y después de los videos. Esto se debe a que la plataforma está implementando una estrategia dividida en cuatro fases: las dos primeras apelan a la voluntad del público de dar el brazo a torcer y fumarse los anuncios, o pagar una cuota mensual por YouTube Premium. Las dos restantes son meramente coercitivas y, si bien persiguen los mismos objetivos finales, arruinan por completo la experiencia de uso. Se los explico mejor a continuación.

YouTube quiere desterrar los bloqueadores de publicidades

Antes de avanzar, hay que tener en cuenta un dato importante: la estrategia de YouTube para erradicar los bloqueadores de publicidades no se está aplicando de igual forma en todo el mundo. Las cuatro instancias que urgen a los usuarios a permitir los anuncios o suscribirse a YouTube Premium se están implementando de un modo desigual. En Estados Unidos, por ejemplo, parte del público ya está padeciendo la fase 4, mientras que en otros territorios recién entraron en la fase 2.

Así se desglosa la estrategia de Google:

• Fase 1: YouTube te muestra una ventana emergente cuando detecta que estás por reproducir un video desde un navegador con un bloqueador de anuncios, ya sea nativo o a través de una extensión. En ese mensaje, el sitio indica que ese tipo de utilidades no están permitidas y te sugieren que admitas las publicidades o que te suscribas a YouTube Premium. Podés ignorar la advertencia, cerrándola con la equis que aparece en la esquina superior derecha del recuadro.
• Fase 2: El mensaje es exactamente igual al de la instancia anterior. ¿La diferencia? No es posible cerrarlo de forma inmediata. En lugar de la X que aparecía antes, ahora se muestra un temporizador que te obliga a esperar por algunos segundos antes de poder cerrar el cartel y continuar viendo videos.
• Fase 3: A partir de acá, la cosa empieza a ponerse más caliente, y en el sentido menos bíblico de la expresión. Los usuarios que ingresen en esta etapa se toparán con un YouTube no solo menos permisivo, sino directamente restrictivo. Desde aquí, se implementará un sistema de tres strikes; es decir, podés ver hasta tres videos sin desactivar el adblocker pero una vez llegado a ese límite el reproductor quedará bloqueado. ¿La solución propuesta? Poner el sitio en la lista blanca o pagar YouTube Premium.
• Fase 4: En este momento es cuando la historia se complica de verdad. Los usuarios que caen en esta instancia ya no pueden reproducir ningún video hasta que coloquen a YouTube en lista blanca, desactiven por completo el bloqueador o, como no podía ser de otra manera, se suscriban a Premium. Los de Mountain View se ponen bien agresivos, avisando que las herramientas para escapar de las publicidades violan los Términos de Servicio de la plataforma.

¿Existe algún modo de no quedar preso de las restricciones que aplica YouTube? La verdad es que sí, aunque depende de qué tan rápido los desarrolladores de las extensiones le encuentren la vuelta al asunto. En el caso de uBlock Origin, por ejemplo, sus creadores publicaron una muy extensa y detallada guía en su subreddit explicando los pasos a seguir. Está en inglés, pero si el idioma les resulta un problema, seguro lo pueden resolver con ayuda de un traductor y algo de maña.

El quid de la cuestión es cuánto conocimiento tengan los usuarios a la hora de implementar estas volteretas para esquivar el bloqueo del reproductor. Tengan en cuenta que, enfocándonos nuevamente en el caso de uBlock Origin, es necesario actualizar manualmente los filtros cada 12 horas porque Google cambia continuamente los scripts para detectar las extensiones que bloquean las publicidades. Así mismo, para que esta “evasión” funcione tienen que usar YouTube sin estar continuamente logueados en su perfil.

Pero estos no son los únicos obstáculos a superar. Los esfuerzos de uBO pueden no funcionar en casos específicos, como cuando se usa el bloqueo de DNS a través de una VPN, o si el navegador tiene un adblocker integrado. Y también se pueden producir conflictos con otras extensiones instaladas, sin importar si se usan o no para bloquear publicidades.

La recomendación en estos casos es navegar por Reddit, leer mucho y estar atentos a las actualizaciones que publiquen los desarrolladores de los add-ons. Cuando las tecnológicas toman decisiones de este tipo, la comunidad suele ponerse en marcha muy rápido para tratar de encontrar alguna respuesta. Eso sí, también tengan mucho cuidado con los oportunistas, porque las extensiones maliciosas que prometen soluciones mágicas para saltarse los bloqueos de YouTube también están a la orden del día. Y este parece un buen escenario para provocarles dolores de cabeza a los usuarios con menos experiencia.

Mientras tanto, YouTube Premium sube de precio en Argentina

No hay que pensar demasiado para darse cuenta de que lo que Google pretende al perseguir a quienes usan bloqueadores de publicidades es impulsar las suscripciones a YouTube Premium. Después de todo, la característica más importante de esta versión paga es poder disfrutar de una experiencia libre de interrupciones.

Les soy sincero: yo pago YouTube Premium. No creo que sea EL PRODUCTO, pero me decidí a contratarlo porque mi hija mira dibujitos casi con exclusividad en YouTube, y la experiencia viendo videos desde el televisor es malísima. Desde el teléfono no hay mayores inconvenientes, porque los pibes aprenden enseguida a navegar por la app y se dan cuenta al toque de qué botón tienen que tocar para omitir una publicidad.

Sin embargo, ver YouTube desde un Smart TV o un Chromecast complica la historia. Hoy mi nena tiene 4 años, pero me suscribí a Premium cuando tenía poco más de 2. Era simplemente imposible dejarla frente al televisor por 2 minutos viendo Pocoyó o Peppa Pig, porque resultaba obscena la cantidad de anuncios que aparecían para cortar los capítulos. Y teníamos que estar continuamente corriendo para saltearlos.

Y lo peor de todo es que, actualmente, ver YouTube en la TV sin Premium es paupérrimo. No solo porque algunas publicidades no se pueden omitir, sino porque ya no se limitan a ser de un sitio para comprar en línea, de un nuevo yogur contra el estreñimiento, de un auto que seguramente nunca pueda comprar, o de la supuesta mejor casa de somieres del país. Desde hace un tiempo están mechando videoclips musicales completos entre los anuncios, y hablamos de interrupciones que pueden durar de 3 a 4 minutos.

Ahora bien, si hacemos un análisis en frío de la situación, el precio “oficial” de YouTube Premium en Argentina podría no resultar un impedimento para suscribirse. Ojo, cada quien hace lo que quiere con su plata. No nos vamos a poner aquí a analizar o juzgar el bolsillo o las posibilidades económicas de nadie.

Pero habiendo dicho esto, tengamos en cuenta lo siguiente: cuando me suscribí a Premium, el plan individual costaba 119 pesos por mes. En octubre de 2022 se anunció que aumentaría a 389 pesos mensuales, y en los últimos días me llegó la notificación de que desde el 21 de diciembre voy a tener que pagar 869 pesos por cada cuota. Por supuesto que no hablamos de un salto menor: en poco mas de un año calendario el servicio aumentó de base unos 750 pesos.

Y digo “de base” porque esos precios son, en realidad, una mentira. Si bien YouTube los muestra en pesos, hay que agregarles toda la sarta de impuestos a los consumos en dólares con tarjeta. Hablamos del 45 % de percepción de ganancias, 25 % de bienes personales, 21 % de IVA y 8 % del impuesto PAIS. Y en ciertas provincias es todavía más caro porque le agregan un 2 % por ingresos brutos y, si mal no recuerdo, en CABA pagan un 1,2 % más por el impuesto al sello.

A continuación pueden ver el desglose del último pago de YouTube Premium que hice. A los 389 pesos del costo de la suscripción, se le sumaron 385 pesos en impuestos. Es decir, un precio final de 774,11 pesos. Dicho de otro modo, la carga impositiva hace que esta suscripción cueste el doble de lo que en realidad se menciona.

Considerando los impuestos aplicables en mi caso, que vivo en Santa Fe, el nuevo precio de $869 quedará en unos $1.730, centavos más, centavos menos. Un escenario que también aplicará al plan familiar, que en adelante costará 1.569 pesos mensuales, sin contemplar la ya comentada carga impositiva. Este será un aumento de más del 124 %, considerando que antes valía 699 pesos al mes, también sin impuestos.

¿Lo más curioso de todo esto? YouTube Premium en Argentina sigue siendo barato en dólares en comparación con lo que cuesta en otras partes del mundo. En Estados Unidos, por ejemplo, el plan individual cuesta 13,99 dólares al mes, mientras que el familiar está en 22,99 dólares mensuales. Para quienes se suscriben desde un iPhone o iPad es todavía más caro (18,99 y 29,99 dólares, respectivamente), por la comisión que cobra Apple a las transacciones in-app desde la App Store.

Si tomo el nuevo precio del plan individual de YouTube Premium en Argentina (1.730 pesos, con impuestos incluidos) y lo divido por el “dólar tarjeta”, que hoy ronda los 731 pesos —como para buscar un punto intermedio entre el sinfín de cotizaciones que tenemos—, debería pagar el equivalente a 2,37 dólares por mes. Si por los impuestos el plan familiar de $1.569 pasa a costar poco más de 3.100 pesos mensuales, hablaríamos del equivalente a unos 4,25 dólares.

Claro que si el dólar tarjeta subiera de aquí a diciembre, al momento de empezar a regir los nuevos costos de YouTube Premium, el precio equivalente en dólares sería todavía más bajo. Lo cual no hará que el servicio sea más barato en pesos, pero sí seguramente abrirá la puerta a que Google vuelva a subir su precio en un futuro no muy lejano.