Miren. La cosa es clara. Si voy a volver a escribir para Tecnovortex al menos déjenme clickbaitearlos un poco.
No chicos, no se preocupen, Twitter está muy lejos de su muerte. Mas me atrevería a decir todo lo contrario.
Viendo que la última vez que toque las redes sociales en este foro, Facebook Valia 4 veces lo que vale hoy, Elon Musk era un genial fabricante de cohetes y un memero mediocre, tiktok era tan chino como el Covid-19, y Netflix valia algo, hay tantas cosas que pasaron, que hacer un leve repaso de estos últimos meses no nos vendría mal a ninguno.
En un principio el Covid-19 dejo de ser una paranoia y paso a ser una enfermedad más, jodida pero tratable, algo que entre vacunas y un poco de educación higiénica pudimos solventar tanto como país como también como sociedad salir de largos meses de encierro que nos forzaron a todos a cambiar nuestros hábitos al menos por unos ratos.
Estos hábitos, a sorpresa de nadie tendieron irrestrictamente a Internet, sus servicios y sus corporaciones. Recuerdo aun al día de hoy que durante un año, cámaras web que solían salir a decenas de dólares estaban llegando a la centena como por arte de magia. Ante la ilusión de todos, la pandemia llego para quedarse. Esta ilusión tendió a que todas estas megacorpos se extiendan para seguir una tendencia, que (por suerte) no era más que una burbuja.
A principios de año comenzaron a surgir rumores de que Elon Musk estaba tentado en comprar todo Twitter por 44 mil millones de dólares. Números que son irreales en sí mismos, pero aún más irreales son cuando lo comparamos con el valor de otras empresas importantes, por ejemplo, Nokia, uno de los históricos fabricantes, repletos de fábricas, patentes, y un buen nombre en la industria de los teléfonos celulares, cuando fue comprada por Microsoft en medio del boom de los smartphones la pagaron 7 mil millones de dólares. A comparación, Twitter aun al día de hoy (al igual de la GRAN mayoría de los servicios de su tipo) le cuesta horrores comercializarse. 44 billones (como dicen en USA) es mucha plata para una empresa que no importa los números que veas, solo se dedica a perder plata.
Viendo la naturaleza de Twitter y viendo la naturaleza de Elon Musk, no habrá sido sorpresa de nadie que desde el primer momento de la oferta, hasta la adquisición, no pararon de surgir rumores de porque un billonario iba a estar interesado en de todas las redes sociales populares la que mas plata perdía. Desde un claro vínculo entre Elun Musk y los republicanos norteamericanos (ósea, «la derecha» yankee, pero es raro porque los otros también son derecha pero no importa), desde reabrirle la puerta a Trump, a hacer que Twitter sea una mega aplicación, rumores surgen por todos lados de cuál es el verdadero objetivo de Musk, y honestamente es difícil de distinguir.
Desde el día que la compro, Elon Musk no paro de twittear boludeces. Algo que honestamente me parece brillante, una red social tan descabellada como Twitter necesita un dueño igual de descabellado. Lo único que hace es generar más atención a la red, sea esta buena o no.
El pequeño problema, es que Twitter es una corporación, y como corporación al igual que los artistas independientes no se pueden alimentar de atención, likes y retweets. Es innegable la inmensa fuga de publicidad que está teniendo, la mayoría de los chivos que me solían aparecer incansablemente como los incomparables de HBO, o estas neoescuelas medio chantas como coderhouse, todos los anuncios de estos «neoservicios» desaparecieron todos. Claramente estas nuevas políticas de tener el equivalente a un villano de Marvel como dueño de una corpo que se dedica exclusivamente a comunicación, comunicándose de manera tan áspera, caótica e impredecible, por alguna razón u otra espanta a los medios.
Por otro lado, otra de las locuras de Musk fue reestituir a Trump. O intentar restituirlo, viendo que Trump se reusó a volver a usar su cuenta de Twitter, lo cual es un win win para ambos. Trump sigue teniendo su plataforma de propaganda exclusivamente de aliados, Musk puede mostrarse como un «aliado» republicano, sin tener que reaccionar negativamente la próxima vez que Trump vuelva a zarparse, que todos sabemos que se va a volver a zarpar.
Pero de todos estos movimientos iluminatis, surgió en estos últimos días los «Twitter files», una recopilación de mails que Musk le entrego a un periodista para que de ahí arme un archivo que muestre el nivel de control que tenían tanto los demócratas como los republicanos en Twitter y si lo tienen en Twitter no debería sorprender que también los tengan en el resto de las plataformas.
Desde suprimir información, a probablemente inyectar o suprimir trends. Que, si bien lo publicado apunta y atenta principalmente contra los demócratas, y en el fondo no es más que una gran campaña propagandística, no hace más que dejar en evidencia como estos yankes, al igual que sus pares en china y rusia, no pueden soltar este toxico imperialismo de querer controlarlo todo y a todos, desde lo que piensan a lo que opinan.
¿No paso algo similar con Rusia estos últimos meses? Completamente demonizados por una invasión. Que, si bien me parece repugnante tanto la invasión como el mataput*s de Putin, me parece que el nivel irreal de censura al enemigo que hubo en las redes sociales solo me dejo más intranquilo que antes.
¿Honestamente, a quien responden las redes? ¿Pero aún más honestamente, a quien deberían responder?
¿Debería ser así?, que un gobierno levante el tubo, mande un mail y un país sea declarado enemigo, y su prensa, ¿reducida a propaganda? Como si la CNN y FOX no fueran plena propaganda.
Esto, es honestamente y para mí lo que valen los 44 billones. El impuesto al tubazo.
Lo único que puedo recomendar, ante todos, es que usen las redes sociales únicamente para romper los huevos. Tratar con amigos y ya. Leer, informarse, debatir, todo lo que pasa en Twitter esta pichicateado, desde los poderes interviniendo en que se puede leer, a el imperio interviniendo en quien es el enemigo y quien no, a las granjas de bots que se dedican o a estafar o a convencer, como también a las granjas de trolls que se dedican a imponer opinión de pequeños poderes cuando carecen de accesos «extraoficiales».
No digo dejar de usarlas. No digo sacarlas de la vida, pero restarles mucha pero mucha importancia. Son un juguete moderno, no el diario del futuro, son un estilo de vida, no una fuente confiable.
Y la llegada de Musk a criterio personal me genera un poco de esperanza. Quizá sea suficiente para que la gente se dé cuenta que todo lo que pasa en internet es mentira. Que salvo que conozcas a la persona en, bueno, persona, lo único que tenes en frente es un monitor, unas letras, una font y la ilusión de un mensaje.
No hay verdades en las redes, quizá nunca las hubo, pero si hay algo que estoy seguro es que nunca las habrá. Lo único que falta es que las disfrutemos por lo que son, una muy interesante distracción.
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Ultra rapido!!!
ahhh jaja