Si sos argentino (o de otro país de sudamérica) y tenés más de 35 años, seguramente soplaste algún cartucho de Family Game.
En realidad nosotros les decíamos «casete», aunque con los años lo rebautizamos porque realmente son cartuchos y no casetes (en el sentido de que casetes eran las cintas, que también sirvieron para distribuir videojuegos). La cuestión es que existió una práctica muy común en los 80’s y 90’s que consistía en soplar los cartuchos de Family Game (Nintendo NES trucha, entre nosotros) y también de SEGA Genesis, luego de que el primer intento de que la consola tome el juego no fuera positivo.
¿Y saben qué? Luego de soplar el cartucho, en un 99,9% de las veces, la consola cargaba el juego.
¿Y de donde nació esta costumbre? Según se sabe, este método surgió como una respuesta al problema común de la acumulación de polvo y residuos en los cartuchos de juegos, lo que podía interferir con la conexión entre el cartucho y la consola. Cuando los juegos no se cargaban o mostraban fallos gráficos, los jugadores soplaban en el cartucho con la intención de eliminar cualquier obstrucción y restaurar la funcionalidad. Esta técnica de solución de problemas rápidamente ganó popularidad entre los propietarios de NES y se convirtió en un fenómeno cultural asociado con aquella era de los videojuegos.
Y si bien, cómo dije antes, el método funcionaba, hay poca evidencia científica que respalde esta afirmación. Es más, los expertos afirmaban que esta práctica era perjudicial, ya que puede introducir humedad y saliva en el cartucho, lo que podría dañar los componentes internos. Y tenían toda la razón. De hecho, Nintendo, explicítamente advertía que se trataba de un método inútil y peligroso.
Para mí, simplemente se trataba de que la primera vez, por alguna cirscunstancia, el juego no se cargara, al ponerlo de nuevo ya se cargaba. Probablemente, sí, se trataba de que la placa podría estar un poco sulfatada, o los conectores, lo que sea. Pero en mi experiencia (me pasó con una Sega Genesis con el slot de cartuchos muy gastado) solamente bastaba con ponerlo más de 1 vez, y andaba.
Una solución temporal (con suerte)
Como dije antes, soplar un cartucho generaba un montón de inconvenientes a la circuitería de los mismos. Para arrancar, uno le metía humedad y pequeñas gotas de saliva, lo que potencialmente podría dañar los componentes internos. Además, soplar en los cartuchos también podría generar electricidad estática, lo que podría interferir aún más con la conexión entre el cartucho y la consola.
Y si bien, en alguna cirscunstancia podía funcionar – aunque sería raro, pero quizás con algun conector muy lleno de polvo – tampoco era un método recomendado para limpiar o mantener los cartuchos de juego. En realidad, se trataba de solución rápida que puede no abordar el problema subyacente y no es una forma confiable de garantizar la longevidad de los cartuchos de juego.
Cómo se limpiaban (bien) los cartuchos
A la luz de los riesgos potenciales asociados con soplar los cartuchos, sí existían (y existen) métodos alternativos para limpiar y mantener los cartuchos de juegos que son recomendados por los expertos. Un método es usar un cepillo de cerdas suaves o aire comprimido para eliminar suavemente el polvo y los residuos del cartucho sin introducir humedad o saliva. Esto puede limpiar muy bien los contactos eléctricos y mejorar la conectividad entre el cartucho y la consola sin dañar los componentes internos.
Otro método recomendado para limpiar cartuchos es usar alcohol isopropílico y cotonetes de algodón para limpiar suavemente los contactos eléctricos. Esto puede eliminar eficazmente cualquier residuo acumulado o la oxidación de los contactos, mejorando la conectividad y restaurando la funcionalidad del cartucho. Además, usar un kit de limpieza especializado para cartuchos puede proporcionar un método efectivo y seguro para mantener y preservar los cartuchos, o los casetes, como decíamos antes.
Al usar estos métodos alternativos para limpiar y mantener los cartuchos de juego, los jugadores pueden asegurarse de que sus cartuchos se mantengan en óptimas condiciones sin arriesgar daños potenciales al soplar en ellos. Si sos un gamer de la vieja escuela igual seguramente sabrás esto, y también, las veces que haber soplado un casete de Family te salvó una tarde de invierno cuando eras pibe
