¿Qué pasó con las All-in-One? El formato que prometía mucho y quedó en el olvido

Descubrí por qué las computadoras All-in-One, como el iMac, prometían revolucionar el escritorio pero quedaron en el olvido.

Hubo un tiempo en que las computadoras All-in-One (AIO) parecían que se iban a comer el mercado. Tenían un diseño elegante, y a nivel electrónico se trataba de un equipo completamente integrado en una sola carcasa, sin cables enredados ni torres grandotas (que en lo personal, igual me encantan) ocupando espacio bajo el escritorio. Marcas como Apple con su iMac, HP, Dell y Lenovo apostaron fuerte por este formato, vendiéndolo como la solución ideal para hogares, oficinas y hasta creativos. Pero, con el paso de los años, su brillo se fue apagando. ¿Qué pasó con las All-in-One? ¿Por qué un concepto que prometía revolucionar la computación de escritorio parece haber quedado relegado a un nicho cada vez más pequeño?

El auge: cuando todo parecía posible

Las All-in-One no son un invento reciente. De hecho, sus raíces se remontan a los años 80, con equipos como el Macintosh 128K o el Commodore 64, que ya integraban todo en un solo bloque. Pero fue con el lanzamiento del iMac en 1998 cuando el formato explotó en popularidad. Apple demostró que una computadora podía ser potente, funcional y, sobre todo, una computadora muy estétnica. Ese diseño minimalista inspiró a otros fabricantes a subirse al tren, y para la década de 2010 las AIO estaban en todas partes: desde modelos económicos para uso doméstico hasta bestias de gama alta para diseño gráfico.

En su momento, las ventajas eran claras. Ahorro de espacio, facilidad de instalación (enchufar y listo), y una estética que encajaba en cualquier ambiente. Además, con la llegada de pantallas táctiles y sistemas operativos optimizados como Windows 8, parecía que las AIO podían competir incluso con tablets y laptops en versatilidad. Las ventas crecieron – en 2013, por ejemplo, se estimaba un aumento del 17% anual – y los fabricantes no paraban de sacar nuevos modelos. Todo pintaba bien. Entonces, ¿qué salió mal?

El declive: atrapadas entre dos mundos

El problema de las All-in-One es que nunca lograron definirse del todo. Querían ser el punto medio perfecto entre un PC de escritorio y una Notebook, pero terminaron quedándose a medias en ambos frentes. Por un lado, no ofrecen la flexibilidad de un equipo tradicional: si querés actualizar la gráfica o el procesador, olvidate; la mayoría de los componentes son propietarios o están soldados, y el service oficial suele ser la única opción. Por otro lado, no tienen la portabilidad de una notebook, que hoy podés llevarte a cualquier lado y usar sin depender de un enchufe constante.

La evolución tecnológica también jugó en contra. Las laptops se volvieron más potentes, ligeras y accesibles, mientras que los desktops tradicionales siguieron siendo la elección de los entusiastas que buscan personalización y rendimiento bruto. Las AIO, en cambio, quedaron atrapadas en un limbo: demasiado caras para usuarios básicos, pero no lo suficientemente potentes o flexibles para los power users. Y ni hablemos del precio: una iMac o una HP Envy AIO suelen costar más que un combo decente de monitor y torre con specs similares.

El golpe de los dispositivos móviles

Otro clavo en el ataúd fue la explosión de los smartphones y las tablets. Para el usuario promedio, que solo necesita navegar, ver Netflix o mandar mails, un celular o una iPad son más que suficientes. ¿Para qué gastar en una All-in-One si un dispositivo portátil y barato cubre el 90% de tus necesidades? Incluso en oficinas, donde las AIO tenían un nicho sólido por su diseño compacto, muchas empresas optaron por laptops para facilitar el trabajo remoto, algo que se aceleró tras la pandemia.

Las iMac son las iMac, no hay con qué darles.

Las pantallas táctiles, que alguna vez fueron un diferencial, también perdieron fuerza. Aunque suenan genial en teoría, en la práctica no muchos usan una AIO como si fuera una tablet gigante. El formato no invita a esa interacción, y los sistemas operativos no terminaron de sacarle el jugo a esa funcionalidad fuera de contextos específicos, como kioscos o puntos de venta.

El talón de Aquiles: la reparabilidad

Así es. Tengo que tocar este tema porque me he cansado de ver AIO «tiradas» en los talleres de amigos que se dedican a reparar computadoras. Y es que hay un tema que pesa como plomosobre las AIO: son un dolor de cabeza para reparar. Aunque suelen ser equipos de calidad, su diseño integrado las hace mucho menos amigables que una PC convencional cuando algo falla. Si se rompe la fuente de alimentación, por ejemplo, encontrar un repuesto compatible es una odisea; no es como en una PC de siempre donde podés cambiarla en minutos con una pieza estándar. Lo mismo pasa con las memorias, que en muchos casos vienen soldadas a la placa, o con componentes propietarios que solo el fabricante puede reemplazar. Esto no solo eleva los costos de reparación, sino que acorta la vida útil del equipo, algo que en tiempos de obsolescencia programada y conciencia ecológica juega cada vez más en contra.
Ah, y que no se te cague el monitor, porque te querés matar…

¿Muertas o simplemente dormidas?

No es que las All-in-One hayan desaparecido por completo. Por un lado, Apple sigue apostando por el iMac, que con sus chips Mx mantiene un público fiel entre diseñadores y fanáticos de la manzana. Marcas como Lenovo y Dell también tienen modelos vigentes, algunos con propuestas interesantes como pantallas 4K o configuraciones potentes. Pero el entusiasmo general se desinfló. Ya no son el producto estrella en las vidrieras ni el tema de conversación entre los entusiastas del hardware.

Creo que también sumó un poco al desinfle de este formato es que las empresas generalistas metieron mucha basura. He visto una gran cantidad de All-in-One con procesadores pésimos como Celerons o los viejos AMD Athlon con GPU Radeon que daban calambres intestinales a los usuarios. Básicamente eran Notebooks muy baratas con pantallas grandes y el teclado y mouse aparte. Y en parte esto ayudó a quemarlas.

AIO Lenovo con Celeron. Dan ganas de matarse.

Quizás el formato no está muerto, sino en una especie de letargo, esperando un nuevo giro que lo revitalice. Tal vez una integración más profunda con IA, diseños modulares que permitan upgrades, o una caída en los precios podrían devolverles algo de vida. Pero por ahora, las AIO son más una curiosidad que una tendencia dominante.

¿Qué futuro tienen las All-in-One?

Las All-in-One prometían un futuro donde la computación de escritorio sería simple, elegante y poderosa. Y aunque cumplieron en parte, no lograron adaptarse a un mundo donde la movilidad, la flexibilidad y el costo mandan. Hoy, son una opción válida para un grupo reducido: quienes buscan diseño por sobre funcionalidad, o quienes tienen necesidades específicas que no justifican un equipo más complejo. Pero para el resto, el sueño de la AIO como «la PC definitiva» quedó en eso: un sueño que, al menos por ahora, parece olvidado.

¿Qué opinás? ¿Tuviste una All-in-One que amaste u odiaste? Dejá tu comentario, no seas vago.

5 COMENTARIOS

  1. Ahora se venden unas mini pcs que son mas chicas que una caja de zapatos… ergo, si se te rompe esa mini pc, o el monitor, los podes cambiar facilmente, la fuente por lo general es de una notebook, tiene zocalos de expansion para la ram y los ssd. Antes se te rompia algo del combo, como me paso con el mother y la pantalla no la podes usar

    • Eso es lo que las mató yas en el entorno empresarial que se usaban mucho las Aio para ahorrar espacio, pero su nula reparabilidas o el tener que cambiar todo el equipo para actualizarlas es un problema. Las mini PC ocupan poco espacio, tienen una reparabilidas mejor ya que es un módulo por separado y se puede actualizar sin tirar el monitor.

  2. Las All in One son las súper Tablet, del Yoga al iPad pasando por la última XPen (Magic Note) que es tremendo escritorio para ofimática, diseño y escritura.

  3. tuve la oportunidad de usar en su momento de gloria un par de esas y las primeras iMacs eran hermosas pero el tema de reparabilidad era una rotura de huevos, al poco tiempo los pocos que tenían cambiaron por desktops «normales» y chau, personalmente suelo pescar en marketplace si aparece alguna para desarmarla y armar algún bicho raro adentro, solo para la estética o para hacer tipo Retro PC para jugar juegos «retro» o alguna macanada así pero de ahi a revivirlas la veo difícil

  4. Tengo un all in one de HP, para mí, que tengo poco espacio, fue una solución para tener un pc de escritorio lindo y funcional, en su momento más económico que una notebook, y más que suficiente para lo que necesito (navegar, aulas virtuales, videollamadas y juegos livianos). La ventaja respecto a una notebook o una tablet es la pantalla de 24 pulgadas, lo que la convierte en un gran equipo de estudio.

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