En Argentina usamos mucho el término «para entendidos«. Cada vez que queremos publicar algo, sale el término.
«Vendo FIAT Uno SRC para entendidos«, «Vendo Bora 1.8 Stage 3 para entendidos» o incluso «Vendo Radeon Vega 64, para entendidos«.
Pero… existen cosas que son realmente para entendidos. La música clásica, el jazz, el blues, el sushi (algo que no he podido lograr que me guste) o en el caso que hoy nos compete, las películas clásicas.
Y cuando hablamos de películas clásicas no hablamos de Ben Hur o Casablanca sino que existe un increíble mundo de cintas filmadas alrededor del mundo cuya calidad es deslumbrante y todavía genera grandes emociones a aquellas personas que las han disfrutado, ya sea en su momento – aunque quedan pocos – o revividas en programas cómo «Función privada».
Ahí es donde entra en juego Qubit. Una plataforma que hasta hace poco tiempo desconocía y de cuya existencia me enteré gracias a un retweet de alguien que no recuerdo en este momento pero… ¡gracias! Al toque me hice una cuenta y aproveché el free trial para poder ver qué onda. Ahí me encontré con el Anti Netflix.
A ver… todo en Qubit es fantástico y de gran calidad. Hay películas de directores de la talla de Roman Polansky, Woody Allen, Gerardo Bertolucci o Hitchcook, entre muchos otros. Pero lo genial es que no es que hay 2 o 3 películas sino en muchas casos, las obras completas.
Y también están esas películas que veía nuestro tío solterón en la casa de la abuela. Aquellos Western de Clint Eastwood o los clásicos de terror en Blanco y Negro. Realmente los que están detrás de esta plataforma saben lo que tienen y también saben venderlo, aunque el problema es que no creo que haya muchos consumidores de este tipo de cine.
Y acá es donde llego y les digo que por más genial que sea Qubit, no es para mi. Sinceramente y por más que quiera muchas veces he dejado a la mitad este tipo de películas tan galardonadas en su momento. Quizás sea mi ansiedad, o porque directamente estoy acostumbrado a otro tipo de cine más moderno, pero la mayoría de las películas «viejas» me aburren.
Pero a la vez, no puedo irme a tomar una birrita a mi bar (si, porque tengo un bar y por eso no posteo tanto cómo antes, pero a la vez son esas cosas que me dan un poco de verguenza contar) sin recomendar este servicio que puede llegar a ser oro en polvo para más de uno, cómo por ejemplo a mi gran amigo Facundo o al mayor cinéfilo clásico que conocí, el gran Hugo Pereyra.
No discuto el catálogo que es excelente, hay dos problemas graves en este servicio: una es la interfaz horrible para navegar el contenido (UI/UX), la otra es que no ofrecen soporte para todos los Smart TV (hay películas fuera de proporción, o se ven delgados o están achatados), sólo es buena para la PC o la Tablet.
En resumen, Netflix para snobs.