¿De qué sirve tener la última PC gamer superpoderosa si después usás un teclado de oficina de los ‘90 y unos auriculares prestados? Muchas veces subestimamos los periféricos, pero la realidad es que los accesorios son tan importantes como la propia computadora. Un buen monitor, un mouse preciso o un asiento cómodo pueden ser la diferencia entre una victoria épica o terminar con dolor de espalda y ganas de romper todo.

Hablo por experiencia: durante años me conformé con “lo que había” – total, pensaba, lo que importa es la placa de video y el procesador. Error. Cuando empecé a invertir en periféricos dedicados para gaming, descubrí un nuevo mundo. La inmersión, la velocidad de reacción y hasta la comodidad de jugar largas sesiones mejoraron notablemente. Junto al equipo de https://jugabets.cl/balloon-smartsoft-juego-jugabet/, analizaremos en profundidad los mejores accesorios que todo jugador debería considerar para llevar su experiencia de juego al siguiente nivel, tanto en términos de comodidad como de rendimiento. Prepará el mate (o la bebida de tu preferencia) y acomodate, que te cuento por qué cada elemento de tu setup importa más de lo que creés.

Ratón para juegos

¿Te acordás de los viejos mouse con bolita que había que limpiar con alcohol? Por suerte esos tiempos quedaron atrás. Hoy un ratón gamer es prácticamente la extensión de tu mano en el juego​. Si sos fanático de los shooters, sabés lo crucial que es apuntar con precisión milimétrica. Acá un mouse diseñado para jugar marca la diferencia: sensores ópticos de alta resolución, respuesta instantánea y hasta pesas ajustables en algunos modelos para tunearlo a tu gusto.

Un buen ratón para juegos se nota desde el primer headshot. Cuando pasé de un mouse genérico a uno Logitech de la línea G (clásico entre los gamers), fue como si me hubieran quitado un peso de la mano. De pronto mis movimientos eran más rápidos y precisos. Además, estos ratones suelen traer botones extra programables que vienen de diez para asignar atajos o habilidades (en un MOBA o MMO, por ejemplo, tener un hechizo en el botón del pulgar te puede salvar). ¿RGB? Obvio que casi todos traen lucecitas de colores, porque nada dice “soy gamer” como un mouse brillando en la oscuridad. Bonus: si jugás a oscuras, las luces te guían la mano… y de paso impresionan a tus amigos. Eso sí, no esperes que las luces te hagan jugar mejor (aunque quién te dice, capaz dan +10 de puntería por efecto psicológico 😉).

En definitiva, invertir en un buen mouse es cuidar el “timón” de nuestros juegos. Marcas hay muchas: Logitech y Razer lideran el camino, HyperX, SteelSeries, Corsair, por nombrar otras, también tienen lo suyo. Lo importante es que el mouse se adapte a tu mano y estilo. ¿Palm grip, claw grip? ¿Sensibilidad alta o baja? Encontrá el que te haga sentir cómodo y vas a notar que tu rendimiento sube como la espuma.

Teclado mecánico

Si el mouse es el timón, el teclado es el instrumento principal de nuestra sinfonía gamer. Acá no puedo ocultar mi amor especial: los teclados mecánicos tienen un antes y un después en la vida de cualquier PC gamer​

¿Por qué tanto ruido (literalmente)? Bueno, esos “click-clack” de las teclas mecánicas no son solo música para los oídos frikis, también significan feedback táctil y rapidez. Cada tecla tiene su propio interruptor debajo, lo que se traduce en pulsaciones más confiables y duraderas que en los teclados de membrana comunes.

Confieso que me resistí un tiempo a subirme al tren mecánico. Pensaba “¿tan distintos podrán ser?”. Hasta que probé uno… y no hubo vuelta atrás. La primera vez que instalé un Razer BlackWidow hace años me sorprendió hasta el peso del teclado. Más allá de las lucecitas de colores (que admito, apagué al ratito, soy más de perfil bajo en ese sentido), la sensación al teclear era otra cosa. Precisión, respuesta inmediata y ese gustito al escribir que solo un mecánico te da. En juegos, esa confiabilidad se traduce en que nunca vas a perder porque la tecla de correr no se registró o porque apretaste varias a la vez y el teclado se “ahogó” (los buenos teclados gaming traen anti-ghosting y n-key rollover, o sea, podés aporrear varias teclas simultáneamente y todas van a entrar).

Los teclados mecánicos son, también, dispositivos de culto para algunos entusiastas.

¿Hace falta gastar una fortuna? Hoy por hoy tenés teclados mecánicos de todos los precios. Desde opciones económicas (sí, hay marcas chinas ofreciendo switches decentes por poco dinero) hasta los tanques de guerra de Logitech, Corsair o HyperX. Incluso hay distintos tipos de switches para elegir: los Cherry MX Blue (clicky y ruidosos, ideales si te gusta molestar a toda la casa), los Red o Silver (lineales y suaves, preferidos para jugar porque son más rápidos) o equivalentes en otras marcas. Lo lindo es que podés elegir el “feeling” que más se adapte a vos.

Ah, y no olvidemos el reposamuñecas. Parece una pavada, pero esos apoyos acolchados enfrente del teclado ayudan muchísimo a la comodidad, sobre todo si te pasás horas escribiendo o jugando. Tu túnel carpiano te lo va a agradecer a largo plazo. Algunos teclados vienen con reposamuñecas desmontable (ejemplo: muchos Corsair o Razer high-end), y si no, se pueden comprar por separado de gel o espuma. Un pequeño detalle que cierra el combo para que tus manos estén en la gloria mientras tirás combos o escribís en el chat.

Auriculares gaming

¿Altavoces 5.1? ¿Home theater? Genial… hasta que son las 2 de la mañana, querés jugar y no despertar a medio vecindario. Ahí entran en juego los auriculares gamer, posiblemente el accesorio que más inmersión te agrega​

Un buen par de auris te mete de lleno en el mundo del juego: escuchás pisadas detrás tuyo en Counter Strike y casi que las sentís en la nuca, o te emocionás con la banda sonora épica de tu RPG favorito sin que se pierda un solo detalle. Además, muchos traen sonido envolvente 7.1 virtual, lo cual puede darte ventaja táctica en shooters y Battle Royale al detectar de dónde vienen los disparos.

En mi caso, aprendí la importancia del sonido por las malas. Años atrás jugaba Counter Strike: GO con auriculares genéricos hasta que un día un amigo (que nos mataba a todos sin piedad) me dijo: “El secreto está en el sonido”. Intrigado, fui y me compré los mismos auriculares que él usaba. ¡Santo remedio! De la noche a la mañana empecé a escuchar detalles que antes pasaba por alto: pasos lejanos, recargas enemigas, hasta el ruido de una ventana rompiéndose al otro lado del mapa. No me convertí en pro de repente, pero definitivamente mejoré mi desempeño.

Otra cosa clave es el micrófono. Si jugás online con amigos o en competitivo, sabés lo frustrante que es un mic que suena a lata o que no te escuches cuando gritás “¡cubran B!”. Los headsets gamer suelen traer micrófonos integrados decentes, algunos hasta con cancelación de ruido para que tus compañeros no escuchen el perro ladrando de fondo. Marcas recomendadas hay muchas: HyperX Cloud (un clásico moderno, comodísimos), Logitech serie G, Razer Kraken, Corsair Void, SteelSeries Arctis… la lista sigue. Lo importante: que sean cómodos (vas a llevarlos horas, unas almohadillas suaves y diadema ajustable hacen la diferencia), y si son inalámbricos, que la batería dure lo suficiente para no dejarte mudo a mitad de partida.

En resumen, unos buenos auriculares gaming te dan inmersión y comunicación. Pasás de “jugar” a “sentir” el juego. Y quién te dice, capaz hasta te evitan alguna pelea con los vecinos por exceso de ruido 😉. Hoy son un imprescindible para cualquiera que quiera tomarse en serio lo de jugar en PC (o simplemente disfrutar al máximo sin molestar a otros).

Monitor con alta tasa de refresco

Muchos gamers invierten fortunas en la torre y dejan de lado la pantalla, ¡herejía! El monitor es la ventana a nuestros mundos virtuales, y si de gaming hablamos, la tasa de refresco manda. Pasar de un monitor estándar de 60 Hz a uno de 144 Hz (o más) es como cambiar de un Fiat 600 a una Ferrari​. La fluidez de imagen que ofrecen los monitores de alta tasa de refresco hace que todo se vea ultra suave, sin ese efecto borroso en movimientos rápidos. Una vez que jugás a 144 Hz, volver a 60 Hz duele (sí, suena exagerado, pero preguntale a cualquiera que haya hecho el cambio… todos te dicen lo mismo: “no puedo volver atrás”).

Ahora, ¿qué significa todo esto en la práctica? Que en juegos de acción vertiginosa – shooters, juegos de pelea, carreras – vas a notar cada cuadro extra. El movimiento del mouse se siente más inmediato, seguir a un blanco en movimiento es más sencillo porque lo ves prácticamente en tiempo real sin estelas. Incluso en la vida diaria de Windows, mover el cursor o arrastrar una ventana a 144 Hz se ve más fluido; es uno de esos lujos que no sabías que necesitabas hasta que lo probás.

Pero ojo, no solo de Hz vive el gamer: también está el tiempo de respuesta (1ms es el estándar en monitores TN rápidos, aunque los paneles IPS modernos andan muy bien con 4ms o menos, y ofrecen mejores colores), el tipo de panel (TN, IPS, VA… cada uno con sus pros y contras), la resolución, el tamaño… y la sincronicidad. ¿Te suenan términos como G-Sync o FreeSync? Son tecnologías de NVIDIA y AMD para que la placa de video y el monitor se entiendan, evitando el tearing (cuando la imagen se parte). En un monitor con alta tasa de refresco, activarlas es gloria bendita: adiós a las imágenes cortadas o stuttering.

Marcas recomendadas: ASUS ROG, BenQ (su línea Zowie es querida en esports), AOC, MSI, Samsung… hay de todo. Lo importante es encontrar el balance: de nada sirve 240 Hz si tu PC no pasa de 60 FPS, por ejemplo. Pero si tenés hardware decente, invertir en un monitor gaming es apostar a una experiencia visual superior. Tus ojos se acomodan rápido a lo bueno, y cuando volvés a una pantalla común, notás la diferencia al instante. En síntesis: el monitor es un protagonista silencioso. Elegí uno que esté a la altura de tus juegos y vas a redescubrir hasta títulos que creías conocer de memoria.

Silla gamer

Puede que una silla gaming no te haga jugar mejor directamente, pero ¿sabés qué mejora seguro? Tu comodidad y salud postural. Pasamos horas sentados frente a la pantalla, y hacerlo en una silla de comedor dura o en la reposera del patio no es la mejor idea. Las sillas gamer se pusieron de moda estos últimos años – esas estilo butaca de auto de carrera, llenas de colores – y debo admitir que al principio pensé que era puro marketing. Hasta que me senté en una​. La diferencia se nota tras una larga sesión. Donde antes te levantabas con la espalda hecha un ocho, ahora terminás mucho más entero. Estas sillas están diseñadas ergonómicamente: soporte lumbar, cojín para la cervical (muchas traen un almohadoncito para la nuca), apoyabrazos ajustables, altura regulable e inclinación del respaldo casi hasta acostarte (por si querés tirar una siesta entre partida y partida). En mi caso, luego de años usando una silla de oficina genérica medio pelo, invertir en una silla gamer fue como pasar de andar en bicicleta a manejar un sedan cómodo. Mi espalda de treintañero lo agradeció al instante.

Corsair hace hasta sillas gamer.

Ahora, seamos sinceros: no toda silla “gamer” de colores es automáticamente buena. Las hay excelentes, y las hay pura facha y poca calidad. Algunos modelos top (DXRacer fue de las pioneras, hoy marcas como Secretlab, Corsair, incluso Vertagear o Thermaltake tienen las suyas) salen caras, pero aguantan trote. También existen opciones más económicas que cumplen bien. Incluso hay quienes prefieren sillas de oficina ergonómicas de marcas tradicionales (no se ven tan cool pero a veces ofrecen comodidad similar o mejor).

El punto es: no subestimes la importancia de estar cómodo. Si pasás muchas horas frente al PC, tu cuerpo tiene que estar bien apoyado. Una buena silla te mantiene la postura, evita que termines todo contracturado y, por qué no, le da un toque pintoresco a tu setup. Además, admitiré que hay algo psicológico: sentarte en “la silla gamer” te pone en modo tryhard automáticamente, como si te acomodaras en la cabina de piloto listo para la acción. Solo falta abrocharse el cinturón… ok, no llegan a tanto, pero casi.

Alfombrilla para ratón y reposamuñecas

Este apartado suele ser el más subestimado del lote. Mucha gente gasta fortunas en GPU pero sigue usando de mousepad ese pad promocional que le vino de regalo con la PC o, peor, directamente sobre el escritorio pelado. Error de nuevo. Una alfombrilla de ratón decente te garantiza que todo lo bueno de tu mouse gamer se traslade al juego de manera consistente​. Y si es de tamaño XXL, mejor: esas que ocupan medio escritorio y donde apoyás también el teclado, creando una superficie uniforme. ¿Por qué tanto lío por un pedazo de goma? Simple: suavidad en el deslizamiento, precisión y comodidad.

Imaginá hacer un flick shot en el Valorant sobre una superficie que frena al mouse o donde el sensor se vuelve loco por las vetas de la madera. Con un buen mousepad, el recorrido es fluido y uniforme. Los hay duros (plástico o metal, para quienes quieren speed máximo) o blandos de tela (más control y comodidad). En lo personal, prefiero los de tela grandes tipo SteelSeries QcK XXL o Razer Goliathus Extended, porque puedo mover el mouse a lo loco sin salirme de la alfombra. Si jugás con baja sensibilidad, una alfombrilla grandota es prácticamente obligatoria para no quedarte sin espacio en medio de un giro de 180° huyendo de un enemigo.

Ahora, hablemos del reposamuñecas pero esta vez para el mouse. Algunos pads vienen con un apoya muñeca de gel incorporado, aunque es más común verlo para el teclado, como mencionamos antes. ¿Vale la pena? Depende de tu comodidad. Si pasás muchas horas navegando o trabajando, un reposamuñecas de teclado reduce la fatiga. Para el mouse, algunos lo usan para evitar apoyar la mano directamente en la mesa y reducir tensión en la muñeca. La cuestión es que tengas una postura natural y no fuerces la articulación. Si sentís hormigueo o molestia tras mucho jugar, quizá un pequeño cojín de gel bajo la muñeca te ayude.

En resumen, la alfombrilla y los apoyos ergonométricos son los héroes anónimos del setup. No presumen ni tienen RGB (bueno, hoy muchas pads vienen con leds en el borde, así que también pueden presumir un poco), pero cumplen una función importante: que tu experiencia de control sea suave y cómoda. Así que la próxima vez que armes tu estación de batalla, acordate de ese “detallito” debajo del mouse y teclado. Puede parecer menor, pero una vez que probás un buen pad, nunca más querés volver a apoyar el mouse sobre la mesa desnuda o ese posavasos raído que usabas.

Conclusión sobre cómo elegir los accesorios

Llegando al final, queda claro que un buen setup gamer es un conjunto donde cada pieza importa. Como en un equipo de fútbol: podés tener la estrella (tu PC) pero si los demás jugadores fallan (mouse, teclado, monitor, etc.), el resultado no va a ser el mejor. ¿Cómo elegir entonces tus accesorios? Primero, priorizá según tu uso. Si jugás shooters competitivos, invertí en un buen mouse y monitor de altos Hz antes que nada. Si sos más de MOBAs o MMORPGs, quizá un teclado cómodo y auriculares con buen micrófono sean tu base.

Segundo, probá en lo posible. Nada reemplaza ponerse el auricular en la cabeza o apoyar la mano en un mouse para sentir si te gusta. Visitá showrooms, pedile a ese amigo entusiasta que te deje testear sus periféricos, mirá reviews (en Tecnovortex solemos destripar varios gadgets, ya sabés 😉). Tercero, no te dejes llevar solo por la marca o las luces: a todos nos encantan los brillitos RGB, pero al final del día preferís algo durable y ergonómico a algo solo bonito. Si viene con ambas cosas, genial; sino, funcionalidad primero.

Y por último, considerá tu presupuesto de forma equilibrada. A veces es mejor comprar de a poco, priorizando calidad en cada componente, que quemar la billetera en todo junto y terminar comprando barato y mal. Un buen periférico puede acompañarte años: conozco gente que sigue con su teclado mecánico de hace una década (¡hola IBM Model M de los ’80, te estoy mirando a vos!) o con el mismo mouse Logitech indestructible.

En definitiva, elegir accesorios es algo muy personal. Lo que a mí me parece cómodo capaz a vos no tanto. Pero de algo no hay duda: cuando encontrás tu combinación ideal de periféricos, disfrutás el gaming al 100%. Ya no hay distracciones ni incomodidades, solo vos, el juego, y ese sentimiento de tener el control total. Y de eso se trata al fin y al cabo este hermoso hobby, ¿no? Ahora sí, a jugar se ha dicho – con equipo adecuado, por supuesto. ¡Buena partida!

1 COMENTARIO

  1. yo al menos, ya con 39 años, ni tiempo tengo de jugar a los jueguitos, por ese motivo no invierto en felicidad. jajaja

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