No es casual que luego del exitoso lanzamiento de la nueva generación de procesadores Ryzen (la serie 3000), Intel decida contraatacar a toda marcha anunciando su esperada colección de procesadores Core. Esta vez la generación fue bautizada cómo Ice Lake y entre sus novedades más importantes es que el tamaño de la litografía es de tan sólo 10 nanómetros.

Para quien desconozca, el tamaño de la litografía de un procesador determina el tamaño del transistor y disminuir el tamaño de la litografía permite tener una mayor cantidad de transistores en la misma superficie y bajar el consumo energético.

Estos vendrían a ser los mayores verdaderos avances generacionales de la microarquitectura conocida como «Sunnyville». También se conoce que gracias a las mejores en litografía se ha mejorado hasta un 18% el IPC (instructions per clock). Esto significa que a la misma velocidad de reloj estos nuevos procesadores rinden casi una quinta parte más que sus predecesores. También, estos procesadores tendrán soporte para Thunderbolt 3 y Wi-Fi 6, digamos… «en chip».

¿Son suficientes estas mejoras? Un 18% no parece tan jugoso cuando la generación anterior ya tiene un par de años en el mercado.

Los procesadores de la décima generación de Intel antes de ser cortados.

A primera vista,  más allá de lo comentado previamente, las principales y notables mejoras serán en torno a las capacidades gráficas integradas. Según ellos su nueva gráfica integrada llegaría a una potencia bruta de 1.15 teraflops. Que si de números hablamos podría llegar a competirle a una Nvidia Geforce GT1030. Nada mal, o nada bien, depende cómo se mire.

Si lo comparamos con la competencia, de lograrlo, esta performance no distaría mucho de lo que AMD puede otorgarnos en sus nuevos Ryzen. Quizás es evolución, pero en cierto sentido parece un movimiento algo raro, ya que estos cambios parecen apuntar más al mercado de portátiles que otra cosa.

Pero viendo lo fácil que se estanca el rubro de aceleradoras gráficas, cualquier tipo de competencia es bienvenida.

Es curioso cómo Intel anuncia con bombos y platillos haber llegado a 10nm cuando AMD ya viene trabajando hace meses en 7nm.

Al menos en lo que al autor respecta y al vivir de este lado del charco, estaría mucho mas atento al indice de las monedas que a otra cosa antes de pensar en actualizar o no el procesador. Y en criterio personal, hasta que no venga una nueva generación de memoria DDR5 a eso de finales del 2020 no pienso cargar mis tarjetas.

5 COMENTARIOS

  1. Sergio

    Es curioso cómo Intel anuncia con bombos y platillos haber llegado a 10nm cuando AMD ya viene trabajando hace meses en 7nm.

    Si bien el nombre comercial es distinto es un proceso y una escala muy similar por no decir igual. Por que lo que miden «en nanometros» es distinto. El problema es que TSMC se supone que en breve va a 5nm y otra vez intel estaria atrasado.

  2. Sabre

    «Un 18% no parece tan jugoso cuando la generación anterior ya tiene un par de años en el mercado.»
    Y menos si quitan un 35% de rendimiento si se tiene que parchar para cubrir los agujeros de seguridad con los que vienen!, y como dice el amigo Segio.:
    «Es curioso cómo Intel anuncia con bombos y platillos haber llegado a 10nm cuando AMD ya viene trabajando hace meses en 7nm.»
    Seh!, cuando se sube el rendimiento un 18% se anuncia con fanfarrias pero cuando se parcha y pierdes un 25% o mas de rendimiento eso ni se menciona!.

    • mm

      Narzo Di Wanzo

      Ni me lo digas, ando tan amargado de la perdida de performance de spectre que no compraría nunca mas intel.

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