30 años de DOOM: el juego que cambió al mundo

DOOM cumplió 30 años. Para mucho de nosotros parece ayer, pero este juego salió a la luz en Diciembre de 1993 – todavía no existía Windows 95 – para literalmente, cambiar el mundo de los videojuegos. DOOM no fue el primer juego juego de disparos en primera persona – FPS en inglés – de la historia (a este título lo ostenta Wolfenstein 3D, creado por los mismos desarrolladores) pero nadie podrá nunca discutir que se lo considera el padre de este género ya que revolucionó el mercado de una manera pocas veces vista hasta entonces.

Probablemente poco se conocía de ID Software, la empresa que lo creó, hasta que este juego salió al mercado. Era algo lógico, ya que si bien la compañía creada por unos muchachos que promediaban los 21 años llamados John Carmack, John Romero y Adrian Carmack ya había causado cierto revuelo con Catacomb 3-D y aún más Wolfenstein 3D, no está mal decir que lo de DOOM estuvo a otro nivel, ya que fue uno de esos juegos que trascendieron la prensa de videojuegos y llegaron a formar parte de la cultura de los 90’s. Estamos hablando de noticieros de TV, diarios y revistas hace 30 años, realmente fue una auténtica locura. Es más, me animo de decir que para muchos que hoy peinamos canas DOOM es el primer juego que se nos viene a la mente si pensamos en un juego de PC para MS-DOS.

Rápido, frenético y violento: Sci-Fi y gore para los PC Gamers

Si se me permite opinar, humildemente, respecto a las razones por las cuales DOOM fue tan exitoso, creo que los 3 factores claves fueron que el juego era rápido, porque nos permitía manejar al personaje en un entorno «3D» con una velocidad que no era normal por entonces, también era frenético, ya que teníamos muchos enemigos en pantalla pero sobre todo el juego era muy violento. El tema era que, además de la sangre, los monstruos, los sonidos y de poder cortar a los enemigos con una motosierra, este juego tenía cierto aire satánico, algo que incomodaba a mucha gente por aquellos tiempos (y más en países cómo el nuestro). De hecho hasta fue prohibido en algunos países, incluído Brasil. Este combo fue perfecto. Por un lado teníamos un buen juego, con un concepto y mecánicas que no se habían visto tan bien logradas hasta entonces, y la frutilla del postre era dada por su ambientanción tan violenta, sangrienta y satánica. Perfecta.

DOOM fue pensado para ser un juego polémico. No tengo dudas sobre eso, de hecho, creo que se apoyó en lo que se había visto en juegos previos cómo Mortal Kombat que también trascendió muchísimo y no sólo por ser un grandísimo juego de peleas. Es muy probable que si se hubieran planteado hacer un juego de guerra común y silvestre hoy no estaríamos hablando de esto y quizás el genéro no se habría desarrollado de la misma manera.

Aquel Dream Team de ID Software (o los Beatles de los videojuegos)

ID Software es una empresa a la que el mundo de los videojuegos le debe muchísimo. Si bien su catálogo es bastante acotado, considero que fue ese tipo de empresas que supo innovar y crear productos realmente únicos y por sobre todo seguir mejorándolos a una velocidad increíble. Si se me permite la analogía, estos jóvenes en los 90’s fueron a los videojuegos lo que los Beatles fueron a la música.

¿Qué tenía ID Software que lo convertía en una empresa tan especial? Creo que se dieron un montón de circunstancias. Para empezar eran jóvenes, talentosos y probablemente estaban viviendo el sueño de sus vidas. John Carmack (el principal programador) era literalmente un genio creando engines y para DOOM usó una técnica de renderizado pseudo-3D que era revolucionaria por entonces, ya que permitía un entorno más inmersivo y detallado en comparación con los juegos anteriores. Aunque no era verdadero 3D, el efecto era convincente y marcó un gran avance tecnológico que se mantuvo durante un par de años (o hasta Quake, pero eso será tema para otro capítulo). Por otro lado, la historia, pero principalmente los niveles fueron obra de un John Romero en un altísimo nivel. Romero fue el líder creativo de ID Software, una persona con una inmensa capacidad para desarrollar mundos e historias. Fue él, junto con Tom Hall quienes llevaron el concepto de diseño de niveles (probablemente uno de los puntos más fuertes del juego) a otro nivel. Incluso la banda sonora, creada por Bobby Prince, es recordada al día de hoy, principalmente por aquellas bases heavy metal que tan bien combinan con toda la atmósfera creada por los artistas Adrian Carmack (que no era el hermano de John) y Kevin Cloud.

Lo que hizo ID Software fue impresionante. Pensemos que a fines del ’93 sacaron DOOM y a mediados del ’96 sacaron Quake, el primer juego de la compañía en ser totalmente 3D y ahí volvió a romper el molde (sin antes sacar DOOM II que fue un exitaso). Pero no sólo eso, en Noviembre de ’97 lanzaron Quake II (considerado uno de los mejores FPS de la historia) y solamente 2 años después sacaron el que – a mi entender – es el mejor FPS competitivo alguna vez hecho: Quake III Arena. Quizás no seamos conscientes ahora, o sí, pero en un mundo donde un GTA sale cada 10 años, estos tipos pasaron de una ensalada de píxeles a un juego que exprimía las placas con T&L en sólo 6 años, fue una locura lo que lograron en retrospectiva y por eso son una leyenda.

DOOM: La leyenda, el MEME, los años pasan

Al día de hoy no se sabe la cantidad de personas que compraron el juego. Y es que el sistema de distribución que usaron (shareware, que permitía compartir el primer nivel y luego en caso de que nos guste, comprarlo) no permitía tener una buena trazabilidad de las ventas a través de los canales clásicos. Pero lo que se sabe (y se dice) es que en algún momento hubo más DOOM instalados que Windows 95 (o lo que es lo mismo, el bloc de notas). Algunos datos indican que se vendieron unas 3,5 millones de copias físicas y 1,15 a través de shareware desde 1993 a 1999.

También ayudó que desde su salida DOOM no fue un juego cuyos requisitos técnicos fueran altos. Bastaba con tener un 386 con 4MB de RAM y 10MB en disco para correrlo. Una tarjeta VGA básica era suficiente, aunque la clave, eso sí, era tener una buena placa de audio para tocar esa música MIDI con la mayor fidelidad posible.

Con los años DOOM pasó de ser una leyenda a ser un MEME. Al día de hoy siguen siendo noticias aquellos dispositivos que corren DOOM y pareciera existir una batalla para correr DOOM en las cosas más insólitas. Desde aquella calculadora científica HP a una pantalla de cigarrillo electrónico a un test de embarazo. Lamentablemente, hoy sigue siendo «conocido» más por estas cosas que por el juego en sí.

Acá es donde muchos me van a insultar, pero yo creo que la joya de ID Software envejeció mal. A diferencias de otros juegos que siguen siendo disfrutables a pesar de los años, jugar a DOOM hoy es jugar a un juego primitivo, tosco, algo pesado e incómodo. Es injusto compararlo con los juegos actuales, obviamente, pero es evidente que aquella genialidad que nos voló la cabeza hace 30 años – y a la que le perdonábamos un montón de cosas – todavía no había llegado a un estado de arte respecto a la jugabilidad, algo que solucionaron muy pronto, eso si, en mi opinión con Quake II y ni hablar de Quake III Arena. Pero hoy no estamos para criticar a aquella joya endiablada. Es momento de terminar la tarea, prender la 386, apretar el botón turbo y ejecutar lo siguiente:

C:\CD DOOM
C:\DOOM\DOOM.exe

Gracias por todo, Dooms Guys.