Feliz día de la desuscripción

El ser humano es un animal perezoso. Quizás no el más perezoso del reino de los animales, pero sí que lo somos.

Y por lo tanto, muchas veces no hacemos cosas porque nos da pereza, las dejamos para más adelante, y en esa línea se nos van acumulando. Así que, salvo que seas un maniático, es muy probable que tengas la bandeja de entrada de tu correo bastante cargada con e-mails del tipo «promociones» que están en un finísimo borde de ser SPAM pero que probablemente alguna vez hayas tildado en algún lugarcito después de una compra para suscribirte sin querer, o cosas por el estilo.

La realidad es que este tipo de correos termina generando más ruido mental que otra cosa y sacarlos a todos de raíz lleva un rato pero vale absolutamente la pena, por lo que es un buen momento para hablar del «día de la desuscripción».

El día de la desuscripción puede ser hoy, mañana, o el día que tengas un rato. Bastará con hacerte un mate, té o café, entres a tu correo y comiences a buscar e-mails y arranqués a hacer clic en los enlaces de desuscripción o – en caso de que usés Gmail – directamente los marques como SPAM y Gmail mismo te dé la opción de desucribirte (no sé exactamente muy bien cómo lo hace, pero lo hace).

Y si, por más que algunos amigos me digan que «por algo Gmail inventó las pestañas Promociones y Avisos» la realidad es que, al menos a mí, me siguen haciendo ruido mental. Entiendo que existan algunas promociones que puedan interesar, ahí es donde seguramente algún filtro (en Gmail, de nuevo) pueda hacer que ni siquiera entren a Inbox y se vayan a archivados con alguna etiqueta.

Yo, al menos, soy mas fan de desuscribirme de la mayoría de las cosas.

Feliz día de la desuscripción, cuando sea, que así sea.