Tener una cámara de seguridad en casa o en el laburo ya no es una excentricidad: es una de las formas más simples y efectivas de cuidar lo que más valorás. El problema es que el mercado está lleno de opciones, cada una con sus ventajas, promesas y palabritas técnicas. Y si no sabés qué estás comprando, podés terminar con un pisapapeles HD.
En esta guía te vamos a contar cuáles son los principales tipos de cámaras que podés conseguir hoy en Argentina, qué hace cada una, y algunos consejos útiles para elegir sin pifiarla. Además, muchos modelos funcionan tanto por WiFi como con chip de datos, ideal si necesitás monitoreo en lugares donde no llega internet fijo.
Principales tipos de cámaras de seguridad que hay en el mercado
A la hora de proteger tu casa, negocio o incluso un galpón, es clave conocer los distintos tipos de cámaras de seguridad que hay en el mercado. Algunas están pensadas para interior, otras para exterior, otras giran, otras no, otras necesitan de un DVR para transmitir el vídeo y otras se conectan por WiFi y guardan los datos en una memoria MicroSD y en la nube. Lo bueno es que las marcas que se consiguen en Argentina (como Hikvision, Dahua, EZVIZ, TP-Link) cubren bastante bien todas las necesidades, desde lo más básico hasta sistemas más profesionales.
Cámaras de seguridad fijas
Son las más comunes y probablemente las primeras que se te vienen a la cabeza. Apuntan siempre hacia el mismo lugar y no tienen movimiento remoto. Marcas como Hikvision, Dahua o TP-Link tienen modelos de buena resolución que sirven tanto para interiores como exteriores.

Ventajas principales: económicas, fáciles de instalar y con buena calidad de imagen.
Ideal para: entradas, pasillos o sectores donde no necesites mover la cámara.
Cámaras de seguridad domo
Tienen forma de semiesfera, un diseño más discreto, y muchos modelos permiten girar 360° desde una app. Son las favoritas en comercios y oficinas. EZVIZ, ZKTeco y Hikvision tienen varios modelos accesibles.
Ventajas principales: discretas, más resistentes al vandalismo y con buen ángulo de visión.
Ideal para: negocios, patios grandes o lugares donde querés monitoreo sin llamar la atención.
Cámaras de seguridad tipo bala
Fáciles de reconocer por su forma tubular. Son visibles y muchas veces eso es una ventaja: si alguien ve una, se lo piensa dos veces. Foscam, Reolink y Dahua tienen modelos pensados para exterior.
Ventajas principales: buen alcance, ideales para grabar a distancia.
Ideal para: entradas vehiculares, jardines amplios o perímetros.
Cámaras de seguridad inalámbricas
Se conectan vía WiFi o con un chip de datos (4G). Esto te da flexibilidad si no querés tirar cables por todos lados.
Modelos de Arlo, Wyze o TP-Link Tapo son algunos de los más conocidos.
Ventajas principales: instalación rápida y sin complicaciones.
Ideal para: departamentos alquilados, espacios donde no se puede perforar paredes, casas de fin de semana sin WiFi.
Cámaras de seguridad interiores
Están pensadas exclusivamente para ambientes interiores. Por lo general, son chicas, livianas y bastante estéticas.
Las cámaras de Google Nest, Amazon Blink y D-Link son buenos ejemplos.

Ventajas principales: diseño discreto, fácil de usar y buen precio.
Ideal para: habitaciones, salas de estar, escritorios.
Cámaras de seguridad exteriores
Tienen una carcasa más robusta y están diseñadas para bancarse la intemperie: lluvia, viento, tierra, frío.
Marcas como Bosch, Lorex o EZVIZ ofrecen muy buenas opciones.
Ventajas principales: resistentes, con visión nocturna avanzada y sensores de movimiento.
Ideal para: patios, terrazas, entradas principales y estacionamientos.
Factores que debés considerar al elegir una cámara de seguridad
Calidad de imagen y visión nocturna: La resolución Full HD es el mínimo. Si es superior, mejor. Y la visión nocturna no es negociable si vas a usarla de noche.
Conectividad: WiFi, chip o cable: No todas las casas tienen buena señal de WiFi en todos lados. Si tenés problemas con eso, una cámara con chip 4G o cable Ethernet (DVR) puede ser la solución.
Almacenamiento en la nube o local: Algunas cámaras guardan los videos en un DVR, las cámaras WiFi lo hacen en una microSD; otras suben los videos a la nube. Depende de cuánta seguridad y acceso remoto quieras. También, cuánto estás dispuesto a pagar por el servicio en la nube.
Consejos para maximizar el rendimiento de tu sistema de monitoreo
- Actualizá el software: las cámaras también reciben updates. Ignorarlos puede dejarte expuesto. De hecho, a veces existen exploits que hacen que puedan ingresar a ciertos modelos de cámaras con el firmware desactualizado. Nadie quiere que vean lo que hacemos.
- Ubicá las cámaras en puntos estratégicos: no pongas una cámara mirando una pared. Buscá cubrir accesos, espacios amplios y zonas ciegas. Lo ideal es asesorarse pero también sirve el sentido común. A veces con un plano del lugar en papel bastará para ir calculando donde poner las cámaras y también por donde vamos a pasar el cableado.
- Combiná distintos tipos: no hace falta que todas sean iguales. Una bala afuera, una fija adentro y una domo en el patio pueden darte una cobertura completa y eficiente. También podés usar algunas con mayor fidelidad y resolución en algunas zonas y en otras unas más baratas ya que no necesitás tanta precisión. Otra cosa que se suele hacer es poner cámaras con micrófonos en zonas donde también es necesario saber lo que suena.
Elegir la cámara correcta es clave para una protección efectiva
Invertir en una buena cámara no es solo gastar en tecnología: es invertir en tranquilidad. Y creenos que no hace falta romper el chanchito. Hoy, gracias a la variedad de marcas disponibles en el país, podés armar un sistema de monitoreo decente sin dejar el sueldo.
Solo tenés que pensar en lo que realmente necesitás. Calidad de imagen, buena conectividad y almacenamiento confiable. Si el lugar no tiene WiFi, buscá una con chip de datos. Y si te quedan dudas, más vale comprar algo un poco mejor que quedarse corto y tener que reemplazar a los tres meses.
La seguridad no es paranoia. Es prevención. Y con la cámara correcta, dormís más tranquilo. Aunque sea una siesta.