Cuando un niño, una niña (o un niñe) pasa de la edad de jugar juegos casuales en una tablet a una PC o consola, todo se complica.
Depende de varios factores, pero existe una edad en la que los chiquitos dejan de jugar a jueguitos muy simples a pasar a jugar a videojuegos más complejos. Llega la edad en la que buscan nuevas experiencias, en una PC o en una Consola y con amigos en línea. No se están dando cuenta, pero al final están viviendo una experiencia videojugueril muy similar a la de los adultos pero con juegos menos violentos.
Competencia, desafíos, recompensas, compras ingame y todos esos conceptos los ven de un sopetón y se acostumbran. Y lo peor es que en estas épocas de pandemia muchos padres los dejan más tiempo porque la verdad es que los chicos no tienen mucho para hacer cuando no están estudiando. Como dice el dicho… patear el problema para adelante (si es que existe un problema).
¿Está mal que los chicos jueguen online de tan chicos?
El concepto de jugar online de tan chicos no tiene muchos años. Probablemente se haya disparado con Minecraft y ahora un poco más cerca con Roblox, juego al que está jugando mucho mi sobrina de 10 años (y cada vez más) y por ende me lleva a escribir estas líneas.
Desde una perspectiva meramente gamer me da cierto orgullo que ella esté jugando videojuegos, pero a la vez y hablando con los padres noto que existe un temor a que jugar mucho la termine perjudicando en sus estudios, su vida social o con la relación con los demás.
Y acá es donde me quedo sin uñas para guitarrear. Ya que, primero, no soy padre, y segundo, cuando tenía la edad de ella yo jugaba a juegos que empezaban cuando prendía la Sega Genesis y se terminaban cuando la apagaba (salvo que haya guardado el password). Ahora, en cierto sentido, los niños se la pasan «pensando» en el videojuego, aún cuando no están jugando.
De hecho y sin ser psicólogo, está muy claro que no debe ser fácil para un niño tan pequeño enfrentarse a cosas cómo la frustración de perder, de ver cómo los amigos juegan mejor y muchas otras cosas más. Encima a esa edad a veces muchos son un poco crueles (sin quererlo, obviamente) lo que puede terminar incluso en bullying para muchos de ellos.
Por otro lado, también los expone a una creciente tendencia masiva de mecánicas cuanto menos cuestionables. Prometiendo gratuidad cuando lo es solo en apariencia, desdibujando tiempos a través de un Continue infinito, y premiando en forma activa la creación de rituales de acostumbramiento a través de recompensas para el que más horas pasa o dinero invierte. Si sumamos tales circunstancias a la supuesta igualdad que prometen los juegos de índole más competitiva, que dicho sea de paso son los más jugados en este y todos los tiempos, el paradigma cambia de tono. Para el que crea exageradas las alarmas, viene como anillo al dedo recordar el caso de «Timmy«, el niño irlandés que le vació la cuenta bancaria a la madre para armar alto equipo en FIFA Ultimate Team.
Es todo un tema, demasiado nuevo y con pocas herramientas para poder manejarlo como se debe. Entre la comprensible ignorancia de las generaciones más viejas, la velocidad endemoniada de adopción que tienen los más chicos para todo lo nuevo, y una industria que quiere seguir ganando miles de millones pateando el tablero en todo sentido (¿O ya nos olvidamos de la batalla en curso entre Fortnite Epic Games, Apple y Google?), es fácil sentirse perdido. Es un mundo por completo nuevo y que cuesta entender a menos que se visite, se viva, se sufra y sienta el vicio que genera en carne propia. Si un adulto puede experimentar eso, ¿qué hará con la mente maleable, susceptible a buscar la aprobación del grupo, de un niño? Hace falta data, y los que tienen la plata para generarla, son los mismos que se benefician del sistema. Recordemos que tomó décadas lograr que se admitiera la relación entre cigarrillo y cáncer, porque las tabacaleras silenciaban a billetazo limpio cada intento. Al lado de EA o Epic Games, ¿qué son unos cuantos pibitos hikikomori que no salen del cuarto, bajan notas o se vuelven progresivamente asociales? Daño colateral.
Ojo, esto no es nada nuevo y sucedía desde las épocas del Arcade también. La diferencia es que el Arcade no estaba en tu cuarto, vos sabías perfectamente cuánto salía la partida y no competías con los jugadores del mundo entero al mismo tiempo. Tampoco habían promesas de recuperar la inversión con improbables contratos de streaming, competencias constantes ni tantas otras yerbas de nuestra contemporaneidad. Lo dicho, es todo un universo tan distinto, con sus propias reglas, que da para un libro entero, como bien escribió uno de los redactores de la Casa Tecnovortex. Un verdadero compendio de glorias y miserias digitales desde la era arcade a la modernidad online, donde podemos ver muchos ejemplos en primera persona de los efectos que un inofensivo videojuego produce, y cuando el vicio roza la adicción.
El tema para los padres es… ¿qué hacer? Y más cuando muchos – probablemente varios lectores de acá tanto como el que escribe – sean unos grandulones que juegan mucho a videojuegos e incluso muchos de ellos también online y con características similares a los que juegan sus hijos (¿si vos compraste un skin, porqué yo no puedo?). La diferencia principal es que que la mayoría de los adultos sabemos, o al menos medianamente, administrar el tiempo que pasamos jugando y por sobre todo manejamos de otra manera las frustraciones (o mejor dicho, las frustraciones generados por un videojuego).
Hace poco pregunté en Twitter al respecto y me gustaron las respuestas de Leandro:
Control parental. Después de X cantidad de tiempo la PC/Celular se bloquea. Es automático y los padres no intervenimos en el corte. Ya sabe que se corta solo aunque esté a 1 minuto de ganar la final de cualquier juego. Confieso que en cuarentena le agrandé el limite diario.
Y de Philderan:
La verdad es jodida la pregunta y hoy aun sigo intentando de ver que es lo mejor. Antes que nada atenerse a PEGI. No es una boludez. Hay estudio detrás. Y el tema de «Jugar para ganar recompensas» es complicado también ( Skins, etc…) genera adicción. También le tuve que cortar un poco ROBLOX. Por 2 hechos: el primero por el tema de los ROBBUX y compras ingame que me parece para esos juegos un gasto innecesario. Por otro lado, es muy difícil tener el control de lo que juegan. Y tercero no me parece buena practica la de «Me aburrí» juego a otra cosa.
Uno de los redactores del sitio, me cuenta además la táctica que empleaba un tío suyo, cada vez que lo veía demasiado en el viejo MSN messenger, o que visitaba su casa y apenas lo veía de lo enchufado que estaba a los juegos, o cuando notaba cualquier señal de alarma. Le regalaba un libro. No cualquier libro: Un librazo, desde biografías de artistas, a libros de colección con historia y fotos como el de The Beatles que aún atesora. Más aún, cuando lo vio una vez enajenado al 100%, le regaló algo muy analógico para su mente digital: Su primera guitarra criolla, con 20 tomos para aprender canciones que le gustaban. Cosa que funcionó a la perfección, porque esa fue la primera de varias guitarras. Quizás por ahí va la mejor mano que se le puede dar a los chicos, pensar con mente de chico. Darles bola, estar atentos y ayudarlos a cultivar otras aficiones más sanas. En lugar de asumir como en Cable Guy, protagonizada por Jim Carrey, que a los pibes los va a criar la TV, o La Play en este caso.
Me encantaría que ustedes, queridos amigos, lectores – y algunos padres – comenten cómo manejan esto en sus chicos
peor es la falopa.
Convengamos que son pocos los niños de 10 años que consumen drogas.
Reductio ad absurdum, Falsa Equivalencia. Saludos.
Mi sobrino (con esto que no hay colegio) se levanta a las 3 de la tarde o 4 o 5 segun el dia, lo obligan a comer algo y otra vez a la pieza a jugar al fortnite hasta las 3 o 4 o 5 de la mañana, esa es su vida hoy, tiene 12 años y me preocupa y no te podes meter (porque todos los padres se enojan cuando queres mostrarles que esta mal eso y en mi caso por no tener hijos) el tipico «vos no tenes hijos, no podes hablar mucho».
Pero yo a los 16 años me la pasaba en la computadora casi tantas horas como los pibes ahora y no me hizo nada bien, te volves antisocial, no queres salir a ningun lado, no queres conocer gente nueva, te volves un animal que come, caga y no hace nada. Eso repercutió en mi vida (hasta me medicaron contra la depresión en algun momento) y hasta hoy, 20 años despues, me queda ese ser antisocial por momentos.
Es un problema gravisimo que los padres lo dejan pasar porque si el pibe esta jugando no les rompe las bolas a ellos, si los pibes dejan de jugar frente a la pantalla los padres tienen que interactuar, jugar con ellos, participar, etc. Nunca hay tiempo parece, los pibes que hoy tiene 20 años es producto de esa vida antisocial que llevaron por padres protectores que prefirieron sobreprotegerlos pensando que «en casa» estaban mejor cuidados. Despues salen a un boliche, se cagan a trompadas por cualquier boludez porque no aceptan un NO como respuesta.
Es lamentable lo que esta pasando con los pibes con las consolas, la computadora y los celulares.
Es complicado Guillermo… La verdad es que tengo una ligera adicción a los videojuegos desde que alcancé la mayoría de edad, antes de eso jugaba casualmente en casa de algún amigo o cuando tenía tiempo para ir al Cyber y veía uno que otro need for speed instalado. Sin embargo, el detalle está en que los padres deben tener la justa capacidad para determinar que no es buena idea que los niños y jóvenes procastinen tanto.
A la larga se crea una adicción a la estimulación visual que provocan algunos videojuegos que incluso crea síndrome de abstinencia. Cada día que pasa se vuelve más y más difícil controlar esa situación, si un adulto tiene dificultades luchando, un joven que tiene mucho menos autocontrol lo va a pasar peor.
No opino que se les prohiba a los niños los videojuegos. Opino que deben estar acorde a su edad y que haya un horario de juego donde no interfiera con las actividades como el estudio y el deporte, si practica alguno.
Qué buena nota.
Yo creo que lo primero es entender que, como adultos, no tenemos que abordar el tema desde nuestra experiencia. Eso ya no existe más. Si bien eran videojuegos lo que jugábamos, ya es prácticamente una práctica totalmente diferente.
Hoy, y en especial en este contexto, el ámbito de socialización de muchos pibes se da en las salas de juego: discusiones, peleas, amistades. Entre ellos.
Creo que es importante valorar ese espacio suyo ahora.
El control parental también debe ser real y no solo un límite automático del sistema. Tomarnos un rato para ver lo que hacen y escuchar lo que nos cuentan y les pasa ahí.
En casa regulamos algunos horarios y tratamos de ser estrictos con la tarea. No siempre sale, claro.
Creo que hoy en día es mas complicado. No es como antes que tenias que ir a un Ciber, Arcade o tener tu catálogo de juegos reducido en la consola e intercambiar con amigos.
Jugabas lo que había.
Hoy en día es masivo, lo tenes al alcance de cualquier dispositivo y veo en mis cuñadas como los críos de ellas con tan solo 2, 4 y 13 hacen un berrinche si no tienen su teléfono con algún video/ juego. Tanto que le terminan dando el gusto para que no molesten y que el mayor se enoja cuando viene a casa y no lo dejo jugar al GTA V, «si su padre lo deja». Incluso una vez jugando al Pro Evolution me tiro el joystick de PS4 al suelo. Desde entonces no lo dejo jugar a nada.
Muy buena nota, el tema es complejisimo. En mi caso mi hija de 9 juega un juego online de caballos, y esta bastante metida, sus regalos de cumpleaños y demas siempre son en starcoins (la moneda del juego, que dicho sea de paso salen bastante), hasta quedan con un grupo de «amigas» en distintos horarios para hacer distintas cosas… en fin, todo un mundo que si bien lo controlamos con horarios y demas, siempre esta pensando en eso, y cuando se peleo con una de estas amigas, lloraba con ganas… En fin, por ahora no lo veo como un problemas grave , dada la situacion que no podes tener muchas actividades afuera por la pandemia….pero lo sigo de cerca. Y comprar compramos, si compro yo, me cuesta decirle a ella, vos no. Tratamos de medirlo y repartir.
Totalmente. A mí me costó un poco asumir que los regalos (cumpleaños, día del niño y otras ocasiones que se fueron dando) no son sinónimo exclusivamente de algo material. Acá piden pavos de Fortnite. Al principio te parece una bobada, pero después entendés que quieren eso y ya.
Lo que sí, tuvimos una charla sobre los precios y sobre el dólar…
Fundamental la charla cuando con muchos pesos compras muy poca virtual obvio….
Estoy de acuerdo que lo principal al final es darles bola, acompañarlos y como dices, es buena práctica darles opciones, mi hijo se animó con la robótica, porque le dí las herramientas, que los juegos sean una opción entre varias, logra que los chicos encuentren por si mismos ese equilibrio.
Muy buen artículo.
Es muy complicado pero para mi se resume en respetar los horarios establecidos y para lograr eso, sobre todo en esta situación, hay que estarles encima y darles la atención que se merecen.
No olvidemos que nosotros mismos pasamos varias horas de nuestro día mirando el celular.
¿Los chicos de hoy se juntan para jugar Winning Eleven en la play, jugar al Counter o AOE en el cyber después del colegio? Creo que ya no. Es diferente a las generaciones anteriores.
Lo del messenger yo no lo metería en la misma bolsa, ya que es una forma de socializar. Es algo.
Tengo un hermano de 15 que le presté la tarjeta para comprar un desbaneo, monedas. No lo entiendo. De a poco el gambling está entrando. Ojo.
Que es un niñe?
Muy buen artículo! Es un tema que no es tan abordado por los medios relacionados con la tecnología.
Les dejo esta charla que trata sobre el impacto de las pantallas en niños y adolescentes. Me pareció bastante interesante también.
Saludos!
Tengo un hijo de 5 años al que al comienzo de la pandemia le compramos una tablet. Al comienzo pensé que sería algo bueno… pero ahora se la pasa en juegos similares al Minecraft y viendo videos de Youtube al respecto.
Copia acentos y modismos extranjeros (mexicanos y españoles) y todo, absolutamente todo gira en torno a los creepers, enders y vaya uno a saber cuanto otro bicho más.
Ahora que empezó un poco el calorcito y los días lindos, le hago salir al parque. Basta de tablet. Y es muy dificil para el, pero tiene que aflojarle al jueguito.
Ojo, yo soy viciador viejo ya. No puedo decirle mucho porque yo cuando tengo tiempo libre me gusta jugar al WOT un rato. Pero para todo hay un tiempo.