TL;DR: La RAM está por las nubes en 2024/2025 porque los fabricantes redujeron oferta de DDR4 (and no dan abasto con DDR5) para volcarse al negocio jugoso de la IA (HBM y memorias de servidor). La demanda de AI disparó una escasez general que hizo desaparecer las memorias baratas. En 2025 vimos DDR4 y DDR5 duplicarse (o más) en precio, y se espera que la escasez siga al menos hasta mediados de 2026. Si necesitas RAM, comprar ahora puede ser menos peor que esperar, porque los precios podrían subir aún más en 2024. Con el tiempo se normalizará… pero habrá que atravesar este desierto primero. 

¿Qué pasó ahora, LPM? ¿Subió el dólar? ¿Otra criptomoneda arrasó con todo? Nada de eso. Si últimamente miraste el precio de la RAM y se te atragantaste con el café, no estás solo. A esta altura de 2025 la memoria está más cara que nunca, y no es tu impresión: un kit común de DDR4 que costaba USD 60 dólares hace un año ahora ronda los USD 110, y uno DDR5 similar saltó de ~100 a cerca de USD 250 en cuestión de meses. ¿Qué carajos pasó? Veamos las razones detrás de este subidón histórico, con contexto tanto global como local, y un vistazo a si conviene comprar ahora o esperar un milagro.

Primero, entendamos quién hace la memoria RAM que usamos en PC, laptops y servidores. Básicamente tres gigantes: Samsung Electronics, SK Hynix y Micron. Estas empresas controlan casi todo el mercado DRAM mundial (más del 80-90%), y por ende manejan la oferta a nivel global. Tras un par de años de sobrestock y precios de liquidación (2022-2023 fueron la gloria para el comprador, con DDR4 regalada), los fabricantes decidieron pisar el freno de la producción en 2024. ¿El resultado? Se evaporó el excedente de chips baratos y prepararon el terreno para lo que vendría.

32GB de RAM valen cómo un iPhone 17.

En 2024 y 2025 estas compañías reconfiguraron sus líneas de producción: menos DDR4 y más chips de nueva generación. Samsung, SK Hynix y Micron empezaron a retirar de escena a la DDR4 y otras memorias más viejas para enfocar sus fábricas en DDR5 y memorias especiales para servidores de IA. De hecho, Samsung y Micron prácticamente dejaron de fabricar DDR4 en 2025, con sus últimos envíos previstos para fin de año, mientras SK Hynix redujo la producción DDR4 a apenas ~20% de su mix. En criollo: la RAM antigua está siendo jubilada anticipadamente. Esto no pasaba antes (lo normal era que siguiera fabricándose memoria vieja barata para el segmento económico), pero ahora directamente la están descontinuando. Para colmo, hasta los fabricantes más chicos acompañaron la movida: la china CXMT, que en 2024 inundó el mercado con DDR4 barata, cambió de rumbo y en 2025 se volcó a DDR5 (por mandato estatal), dejando un vacío de oferta de DDR4 repentino.

¿Por qué harían algo así? Simple: rentabilidad. La nueva RAM se vende más cara, y además ocurrió algo que cambió las prioridades de todo el sector… un monstruo hambriento del que hablaremos en breve. El punto es que los peces gordos no quieren repetir la guerra de precios de 2018-2020, cuando una sobreoferta hizo caer los precios dramáticamente. Esta vez, aprendida la lección, coordinan recortar la producción de lo barato y priorizar lo caro, e incluso suben los precios contractuales a propósito. En el último trimestre de 2025 los tres grandes ajustaron tarifas: Samsung impuso aumentos del 30% al 60% en sus contratos DRAM (postergó los acuerdos de octubre y luego soltó el bombazo), Micron avisó subas de 20-30% y llegó a suspender cotizaciones de algunos productos (no quiere ni negociar a futuro si no es con precios nuevos), y SK Hynix directamente declaró vendida toda su producción hasta 2026 – no tiene más capacidad para vender, todo comprometido. Una situación inédita: literalmente no hay stock ocioso. Y si pensabas que la competencia los frenaría, olvídalo; prácticamente no hay otros jugadores fuertes (Nanya, Kingston y compañía solo arman módulos, pero los chips vienen de estos mismos fabricantes). En resumen, el mercado de DRAM es un oligopolio que ahora mismo prefiere producir menos y vender más caro antes que inundar de chips baratos. Y nosotros, los usuarios comunes, quedamos a merced de esa decisión.

La IA se devora morfa la memoria: el factor HBM, el «monstruo» en la habitación

Hasta acá hablamos de la oferta, pero falta el lado de la demanda, donde aparece el gran culpable: la Inteligencia Artificial. Seguramente habrás leído sobre la fiebre de las IA generativas, los datacenters llenos de GPUs para entrenar modelos tipo ChatGPT, Gemini o Claude, entre tantos. Esa revolución invisible para muchos está teniendo un impacto bien concreto en nuestro hardware: la IA se está llevando toda la memoria. Y no es metáfora.

Para entenderlo: los data centers de IA necesitan dos tipos de memoria en cantidades industriales. Por un lado, montones de RAM DDR4/DDR5 convencional para los servidores donde corren modelos y servicios. Por el otro, cantidades infernales de HBM (High Bandwidth Memory), una memoria especial de altísimo ancho de banda que usan las GPUs avanzadas de IA (como las NVIDIA A100/H100 y similares). El problema es que HBM se fabrica en las mismas fábricas que la RAM común, compitiendo por las mismas obleas de silicio. Y como HBM es un producto premium (mucho más caro y con amplias ganancias), los fabricantes están destinando gran parte de sus líneas a producir HBM y DDR5 para servidores, a costa de reducir la producción de DDR4/DDR5 de escritorio. De hecho, según analistas de TechInsights, la demanda de HBM creció un 150% en 2023 y más de 200% en 2024, y cada chip de HBM consume tres veces más capacidad de fábrica que un chip DRAM estándar – dejando muy poco espacio para lo demás. Imaginate: si una planta podía hacer, digamos, 1000 wafers de DRAM al mes, ahora quizás 700 de esos se dedican solo a HBM para AI. No es raro entonces que la RAM para PCs esté brillando por su ausencia.

Memoria HBM sobre una memoria convencional.

El (vil) dinero manda. Las grandes tecnológicas como Google, Amazon, Microsoft, Meta y otras están en una carrera armamentista por construir infraestructuras de IA; se estima que colectivamente van a gastar unos 400 mil millones de dólares en hardware de IA solo en 2023. Eso significa comprar una cantidad descomunal de chips de memoria. Los fabricantes, oliendo el negocio, reasignaron líneas enteras de DRAM hacia HBM y memorias de servidor de alta gama, porque ahí es donde la demanda y la plata están. Un ejecutivo de la industria resumió bien la situación a fines de 2025: «en el último mes hubo un aumento de demanda enorme; los clientes están desesperados asegurando cualquier chip de memoria que puedan, haciendo pedidos dobles o triples… definitivamente hay manotazo y sobrecompra, como en los viejos períodos de escasez». En otras palabras, pánico comprador. Esto nos trae recuerdos de otras crisis (¿papel higiénico en pandemia, alguien?), pero aplicada a chips: cada cual quiere asegurarse stock antes de que se acabe o suba más.

Este monstruo de la IA no solo acapara la producción, también está dispuesto a pagar precios altísimos, algo que termina distorsionando todo el mercado. Empresas de cloud y fabricantes de equipos de IA aceptan pagar «lo que sea» por memoria con tal de no frenar sus proyectos. Se han visto «premiums» del 30%, 50% y hasta 60% sobre el precio habitual en contratos recientes. Samsung, por ejemplo, aprovechó y en noviembre de 2025 cobró USD 239 por módulo DDR5 de 32 GB (cuando en septiembre costaba USD 49). Estas cifras de locos nos dan una pauta: el auge de la IA puso a la memoria en modo subasta, y los postores más grandes (los data centers) siempre ganan. El usuario común queda afuera, o al menos al final de la cola.

DDR4 y DDR5 por las nubes: adiós a la RAM barata

Con este combo explosivo (menos producción para el público + más demanda desde las fábricas de IA), era inevitable que los precios de la RAM se dispararan. Y vaya si lo hicieron: la memoria duplicó (o más) su precio en cuestión de meses. Tanto módulos DDR4 como DDR5, que venían de años de abaratamiento constante, pegaron la vuelta como un elástico. Los gráficos de precios que solían ser una línea plana ahora parecen la subida de una montaña rusa.

Evolución del precio promedio de kits de DDR4-3600 (32 GB) y DDR5-6000 (32 GB) en el último año y medio.

Un ejemplo concreto: un kit de 32 GB DDR5-6000 (2×16 GB) –piensa en un Kingston Fury Beast o Corsair Vengeance de gama entusiasta– se vendía por menos de 95 USD a mediados de 2025, pero para octubre ya costaba alrededor de 184 USD (casi el doble). Y otro kit 32 GB DDR4-3600, que durante meses se conseguía por ~70 USD, saltó a 161 USD en ese lapso. En otras palabras, algo que a inicios de 2025 valía $1 ahora vale $2 o más a finales de año – un vuelco impresionante tras años en que la RAM solo bajaba de precio. De hecho, hubo semanas locas en que el DDR4 llegó a duplicar su precio en solo una semana. ¿El resultado? Ya no existe «RAM barata». Hoy hasta el módulo más básico se fue por las nubes, y muchos de los kits económicos directamente desaparecieron de las tiendas (agotados, o discontinuados por los fabricantes).

Curiosamente, hasta la brecha entre DDR4 y DDR5 se esfumó. Tradicionalmente la RAM nueva (DDR5) era mucho más cara y la vieja (DDR4) más accesible, pero esta escasez niveló el terreno a la fuerza. A mediados de 2025 un módulo DDR4 llegó a costar lo mismo o más que uno DDR5 equivalente. En términos de precio por capacidad, ocurrió algo jamás visto: el «viejo» DDR4 se cotiza incluso más caro por bit que el DDR5 de última generación. Un reporte lo ilustraba así: cierto chip DDR4 para dispositivos básicos se estaba pagando a USD 2,10 por gigabit, mientras que un chip DDR5 de servidor rondaba los USD 1,50 por gigabit. ¡Insólito! Es el mundo al revés: lo viejo resulta premium porque ya casi no se fabrica, y lo nuevo (que debería costar más) está limitado pero al menos tiene algo más de oferta. Cuando ves que memorias DDR3 usadas empiezan a revalorizarse, sabes que algo anda muy mal en el mercado…

¿Y aquellos módulos súper económicos de antes? Kits de 8 GB o 16 GB «Value» prácticamente se esfumaron. Los típicos 2×8 GB DDR4 2666 MHz genéricos que antes conseguías por «2 mangos» ahora son una especie en extinción; los pocos que quedan están carísimos y la mayoría de tiendas ya ni los ofrecen. Los fabricantes prefieren vender capacidades mayores (más rentables) y en DDR5, así que el segmento de entrada quedó desatendido. En resumen, si buscabas un upgrade barato de RAM para tu PC viejita, llegaste tarde: la fiesta de memoria regaladísima terminó abruptamente.

Impacto en el usuario común y los gamers (la ironía de la «Master Race»)

Toda esta situación tiene consecuencias bien notorias para nosotros, los usuarios de a pie y gamers entusiastas. En 2023 sonreíamos diciendo de que «la RAM está regalada, metele 32 GB total sale dos mangos»; en 2025 la conversación pasó a «¿viste lo que sale? mejor aguanto con 16 GB y cierro algunas pestañas del navegador». Es un cambio drástico. Armar o actualizar una PC ahora duele en el bolsillo principalmente por la memoria. Los precios de componentes clave como la RAM (y en menor medida SSDs) subieron tanto que rompen cualquier presupuesto ajustado. Los que jugamos en PC –la autoproclamada «PC Master Race«– solíamos mirar con sorna a los consoleros por sus limitaciones de hardware fijo… pero ahora somos nosotros los que estamos atados, no por potencia sino por costo.

Para alguien que quiera armar una PC gamer en Argentina, por ejemplo, el panorama es complicado: la RAM, que solía ser la parte más accesible, se convirtió en un ítem de lujo. Y acá se suman impuestos e inflación, así que ni hablemos – el combo es letal. Incluso grandes armadores internacionales de PCs ya avisaron que van a subir precios: por caso, integradores como CyberPowerPC anunciaron ajustes al alza en todos sus sistemas con efecto inmediato, porque no pueden absorber el sobrecosto de memoria. Y es lógico: si la memoria que antes costaba USD 100 ahora cuesta USD 200, ese extra lo termina pagando el cliente.

No solo los entusiastas sienten el golpe. Cualquier usuario común que necesite más RAM (para su laptop de trabajo, su PC hogareña) se encuentra con presupuestos que se dispararon. Un módulo DDR4 de 8 GB que el año pasado costaba, digamos, 20 mil pesos ahora quizás esté el doble o más (y eso suponiendo que lo consigas). Muchos terminarán posponiendo ese upgrade de RAM, o comprando menos capacidad de la deseada. Por ejemplo, alguien que quería llevar su equipo de 8 a 16 GB tal vez deba conformarse con agregar solo 8 GB más, o directamente esperar. Ni hablar de nuevas PCs o laptops: es de prever que los modelos venideros vengan más caros, o en el peor caso que los fabricantes reduzcan la RAM incluida para abaratar (la temida «reduflación» tecnológica). De hecho, ejecutivos de la industria comentan que podríamos ver smartphones y portátiles próximos con menos memoria que sus predecesores, o con subas de precio, debido a este encarecimiento de los chips. El propio fabricante Xiaomi advirtió hace poco que el alza de la RAM le incrementó el costo de producir sus teléfonos, lo cual eventualmente se traslada al precio al consumidor o al recorte de prestaciones.

¿Y qué hay de las consolas y otros dispositivos? A mediano plazo, también les va a pegar. Las consolas de videojuegos de actual generación usan memoria GDDR6 (primo cercano de la DDR), cuyos precios también están subiendo por la misma dinámica de oferta/demanda. Si bien las consolas tienen ciclos largos y acuerdos de suministro, una prolongación de esta escasez podría influir en el costo de futuras revisiones o próximas generaciones (o en sus márgenes, al menos). En criollo: el efecto cascada de la crisis de la RAM se siente en toda la industria tecnológica. No es la primera vez que pasa algo así – ya lo vivimos con las GPUs en la era de los mineros de criptomonedas y con los SSDs cuando hubo faltantes de NAND. Pero esta vez es aún más amplia la cosa, porque involucra prácticamente todos los segmentos de memoria a la vez (DRAM, VRAM, NAND e incluso discos rígidos están sintiendo la presión). Así ha sido este querido año 2025: cuando no es una cosa, es la otra…

Qué se espera para 2025-2026: ¿alivio o tormenta perfecta?

Llegados a este punto, la gran pregunta es: ¿esto va a mejorar pronto o seguimos cuesta arriba? Lamento decirte que, según los analistas, la tormenta recién está en su apogeo y podría tardar en pasar. La mayoría de reportes coinciden en que no habrá alivio al menos hasta la segunda mitad de 2026. Los propios fabricantes han reconocido (cuando hablan con inversores, no con nosotros…) que el desbalance entre oferta y demanda de memoria persistirá todo 2025 y la primera mitad de 2026. TrendForce, una consultora especializada, proyecta que en Q4 2025 los precios de DRAM subirán alrededor de otro 18-23% (habían pronosticado +8-13%, pero tuvieron que corregir al alza sobre la marcha), y que en la primera mitad de 2026 seguirá la escasez de DDR4 junto con subas adicionales de DDR5. TeamGroup (un fabricante de módulos) informó algo similar: no esperen que bajen los precios en el corto plazo, la falta de stock seguirá al menos hasta mid-2026.

¿Y después? Aquí las opiniones se dividen un poco. Algunos creen que estamos en un «superciclo» de varios años: por ejemplo, un análisis citado en la prensa coreana (Hankyung) sugiere que la escasez de memoria podría durar de 3 a 4 años – o sea, hasta 2027-2028 seguir con precios elevados antes de corregir. Este sería un escenario más extremo donde la fiebre de IA se mantiene caliente por largo tiempo y la oferta nunca termina de alcanzarla rápidamente. Por otro lado, otros expertos más optimistas piensan que la naturaleza cíclica del mercado de DRAM reaparecerá usualmente. Históricamente, los picos de escasez/demanda duraban 1 o 2 años antes de revertirse. TechInsights, por ejemplo, señala que esto tiene pinta de «escasez clásica» que eventualmente se resuelve: ellos anticipan un posible bajón del sector memoria para 2027, cuando nuevas fábricas entren en acción y la euforia se temple. Bajo ese escenario, los precios podrían empezar a bajar entre 2026 y 2027, una vez que los fabricantes alcancen la demanda y quizás haya un poco de sobrereacción (a menudo después de un boom viene un exceso de oferta porque todos expandieron demasiado).

No quieren saber lo que vale este KIT de 128GB.

La verdad seguramente esté en el medio. En 2026 veremos llegar más capacidad de producción: Samsung, SK Hynix y Micron están invirtiendo miles de millones en nuevas plantas y ampliaciones, pero esas fábricas llevan años en completarse. Por ejemplo, Samsung tendrá lista una nueva línea en Corea recién para fines de 2025, SK Hynix expandió su planta M16 y convirtió otra (M15X) para fabricar HBM en lugar de NAND. Es decir, se está cocinando más suministro, pero a fuego lento. No esperemos que de repente en enero 2026 todo vuelva a la normalidad. Mientras tanto, la demanda de AI seguirá alta en 2026 (todas las grandes empresas siguen montando datacenters a full). Quizás hacia 2027 veamos una estabilización, bien sea porque la oferta finalmente alcance (con las nuevas fábricas y mejores rendimientos de DDR5, que para entonces será más barato de producir en masa) o porque la demanda se aquiete un poco. Ojo, puede haber sorpresas: si China decide impulsar a full su industria DRAM (ej: que CXMT saque al mercado mucha DDR5 barata en 2026-27 para ganar cuota), eso podría forzar una baja de precios global. También factores macroeconómicos podrían enfriar las cosas (si hay una recesión y se compran menos dispositivos, la demanda de memoria bajaría). Pero hoy por hoy, ninguna de esas «salidas» está garantizada. Lo que está bastante claro es que 2024 nos va a recibir con precios aún altos, probablemente mayores a los actuales. El propio ritmo de aumentos recientes asusta: 2025 cerrará con DRAM casi +200% año contra año, y algunos contratos en 2026 ya insinúan otro salto de +50% o más en el primer trimestre. La tendencia, por ahora, sigue al alza.

¿Conviene comprar RAM ahora o esperar?

Con este panorama, la pregunta final es la más pragmática: ¿compro la RAM que necesito ahora, o me espero a que baje?. La respuesta corta, aunque duela: si la necesitas y la encuentras a un precio razonable, quizás convenga comprar ahora. Y digo «razonable» entre comillas, porque nada está barato, pero podría ponerse peor. Muchos expertos opinan que este no es un buen momento para actualizar o armar una PC… pero que esperar podría ser aún peor, es decir, que estamos en «el mejor de los malos momentos» para comprar, al menos pensando en el mediano plazo. La amenaza de nuevas subas está ahí, latente, y varios proveedores sugieren asegurarse la memoria antes de quedar fuera de juego. De hecho, en el sector corporativo están recomendando «negociar y cerrar ahora los suministros» antes de que suban más. En el mundo del usuario común, esto se traduce a: si vas a armar esa PC o a meterle 16 GB más, hacerlo cuanto antes podría ahorrarte pagar un sobreprecio aún mayor después. Un informe lo puso de forma elegante: las condiciones del mercado sugieren actuar ahora en lugar de aguardar una baja, ya que todo indica que tanto DRAM como NAND seguirán bajo presión alcista al menos hasta mediados de 2026.

Por otro lado, si no estás apurado y tu máquina anda bien con lo que tiene, tal vez lo más sensato sea no comprar algo que hoy está inflado salvo que realmente lo necesites. Siempre existe la chance de que en un par de años los precios se normalicen y te ahorres un buen dinero. Pero ojo, hablamos de un par de años – nada garantiza que en 3 o 6 meses la RAM vuelva a precios 2023, ni mucho menos. En síntesis, es una decisión complicada: pagar la «tarifa IA» ahora, o rezar para que el mercado se acomode más pronto que tarde.

Queda un sabor amargo. La tecnología avanza, pero esta vez el beneficiado no es el entusiasta de PC, sino los gigantes de la IA que se están llevando toda la torta. Como dijo un colega, hoy pareciera que «la industria ha dejado de fabricar para las personas, y fabrica para las máquinas». A los simples mortales, nos toca capear el temporal. La buena noticia es que ningún ciclo es eterno: eventualmente más fábricas entrarán en línea, la DDR5 se hará masiva y mejorará la oferta (y bajarán costos unitarios). Pero hasta que llegue ese día, tendremos que ajustarnos el cinturón y planificar muy bien cada compra de RAM. ¿PC Master Race? Por ahora, a bancársela y esperar tiempos mejores – quién diría que terminaríamos extrañando cuando «8 gigas de RAM» era un lujo simplemente porque costaba caro. Hoy volvimos un poco a ese pasado, con la diferencia de que el lujo son 32 o 64 GB. La tecnología avanza, sí… pero irónicamente, hoy nos hace sentir como si retrocediéramos a épocas que creíamos superadas. Paciencia: la historia de la informática tiene subidas y bajadas, y esta es una de esas tormentas donde nos toca aguantar.

En palabras de un gamer veterano: «Upgrade now or upgrade later, either way it’s pain. Choose your poison.»

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