Durante años, armar una PC tenía un ritual casi sagrado: elegías el procesador, mirabas la placa madre… y después venía ese momento glorioso de decidir qué memoria RAM ponerle. Y si querías algo confiable, con buena compatibilidad y una pizca de overclock, Crucial era opción fija. Eran esas marcas que los entusiastas siempre decíamos «no falla».

Bueno, eso ya fue.

Micron – el gigantesco fabricante detrás de la marca Crucial – anunció que se retira del segmento de memorias RAM para consumidores. No más Ballistix, no más DDR4/DDR5 bajo su marca, no más kits value para notebooks ni módulos gamer. Micron apaga la luz y cierra la puerta del segmento que la hizo conocida por nosotros, los armadores de PCs.

Y aunque a primera vista suene como «bah, total siguen Kingston y Corsair», la movida es mucho más grande. Lo que estamos viendo no es solo que una marca deje de vender RAM: es una señal de cómo la industria cambió de eje. Ya no gira alrededor de la PC doméstica… sino de la Inteligencia Artificial y sus necesidades infernales de memoria.

Vamos por partes.

¿Por qué Micron abandona la RAM para consumidores? HBM es el nuevo oro

Para entender el tema hay que seguir la plata. Y la plata hoy no está en tu PC ni en la mía. Está en los centros de datos, en las GPU para IA, y especialmente en un tipo de memoria que hasta hace pocos años era casi de laboratorio: HBM (High Bandwidth Memory). La HBM es la memoria que usan bestias como la NVIDIA H100, la AMD MI300 y todas las aceleradoras que entrenan modelos gigantescos de IA. Y para producirla, los fabricantes necesitan líneas de fabricación especializadas, caras y extremadamente delicadas.

Hasta hace un tiempo, la producción global de memoria se dividía así:

  • DRAM convencional (DDR4/DDR5).
  • Memorias móviles (LPDDR).
  • Memorias NAND para SSD.
  • Un toque de HBM en nichos HPC.

Pero la IA explotó como un supernova y las órdenes de compra de HBM se multiplicaron por diez. De golpe, ese nicho se volvió el negocio más rentable de toda la industria de semiconductores, con márgenes que hacen quedar a la RAM común como un chiste.

Y Micron hizo la matemática:

  • Producir DDR5 para consumidores deja un margen bajo.
  • Producir HBM para Nvidia, AMD y los data centers deja un margen altísimo.
  • Los wafers son limitados.
  • ¿Qué conviene hacer?

Exacto. Micron reasigna sus líneas de producción a HBM. La RAM para usuarios pasa a ser daño colateral.

La culpable de todo…

Reasignar líneas no es un cambio menor: significa menos RAM en el mundo

Cuando una fábrica como Micron deja de fabricar algo, no es un “bueno, hacemos un poquito menos”. Es directamente una caída estructural del suministro global.

Hoy, los únicos fabricantes de DRAM «de verdad» —los que diseñan el chip, lo imprimen y lo empaquetan— son tres:

  1. Samsung
  2. SK Hynix
  3. Micron

Todo lo demás que ves en las tiendas (Kingston, Corsair, G.Skill, TeamGroup, etc.) son marcas ensambladoras, que compran chips a estos fabricantes y los montan en sus propios PCBs. Si uno de esos tres gigantes decide correrse del segmento consumidor… el mercado entero se achica. Y, como ya sabemos, cuando la oferta baja y la demanda sube, pasa lo de siempre:

Los precios aumentan. Y aumentan fuerte.

Por eso DDR4 y DDR5 vienen escalando de forma impresionante.
Un kit que hace un año salía USD 60 hoy está a USD 110.
Un DDR5 6000 CL36 que costaba USD 120 está por los USD 220 o más.

Y no es casualidad. Es el efecto HBM.

La tormenta perfecta del precio de la RAM

La salida de Micron del mercado consumidor se suma a otros factores que explican por qué la RAM está más cara que nunca:

1. La demanda de IA es insaciable

Cada aceleradora H100 lleva entre 80 y 120 GB de HBM3.
Las nuevas H200 llevan más.
Los data centers compran por miles.

Es un agujero negro que traga todo lo que produce la industria.

2. HBM usa wafers que antes iban a DDR5

Las líneas no se multiplican mágicamente.
Si reasignás producción a HBM, producís menos DDR5.
Micron no es la única haciendo esto: Samsung y Hynix también están moviendo capacidad hacia HBM3E y HBM4.

3. DDR4 ya está agonizando

Y si encima un fabricante grande deja de producir, los kits «baratos» se extinguen.

4. El mercado de PC no está creciendo

Para las empresas, la PC hogareña no es prioridad.
El negocio está en IA, servidores y VRAM de gaming, no en RAM para un desktop.

La conclusión es inevitable: La RAM barata murió. Y no vuelve en el corto plazo.

¿Qué pasa con Crucial? ¿Se muere?

Crucial sigue existiendo, pero cambia su foco:

  • Mantiene SSDs (que también usan NAND propia).
  • Mantiene memorias para servidores.
  • Mantiene memorias OEM específicas.
  • Mantiene chips DRAM como proveedor para terceros.

Lo que desaparece es la RAM minorista para PC que comprábamos vos y yo. Ese hermoso Crucial Ballistix Tactical Tracer que se iluminaba cuando nadie usaba RGB, esa DDR3 que subía de 1600 a 2133 con un volt y medio… todo eso ya es pasado.

Cómo queda ahora el mercado de módulos para desktops

Desde ahora, el mapa queda así:

Los que fabrican chips reales

  • Samsung
  • SK Hynix
  • Micron (pero no módulos consumidor)

Los que ensamblan módulos

  • Kingston
  • Corsair
  • G.Skill
  • TeamGroup
  • Patriot
  • Adata
  • Mushkin
  • Y algunos otros.

Y acá aparece algo importante:
las memorias de alta gama ya eran casi todas Samsung y Hynix (especialmente para 6000–8000 MHz).
Para kits más económicos, Crucial ocupaba un lugar central. Sin ellos, la base de la pirámide queda flaquísima.

Eran tan lindas

Por ejemplo:

  • El Kingston Fury Beast 32 GB DDR5 6000 CL40, hoy «lo más razonable», va a subir porque depende de chips Hynix y Samsung.
  • El Kingston Fury Renegade 6400/6600/7200, que usa Hynix A-die y M-die, ya viene escalando desde el anuncio de Micron.

Las marcas no lo dicen, pero los precios hablan solos.

Qué significa esto para vos, para mí, para el gamer y para el creador de contenidos

La PC moderna vive su propia contradicción:

  • Los juegos piden más RAM que nunca.
  • Los motores de edición morfan RAM como si nada.
  • Los navegadores son chupadores de RAM fugitiva.
  • El mercado ofrece menos stock y más caro.

Lo que hace unos años fue natural (pasar de 16 GB a 32 GB por USD 60) ahora es un lujo. Hoy, llenar tu mother con 64 GB DDR5 te deja más pobre que una 3090 minando Ethereum en 2022. Y la pregunta del millón es inevitable:

¿Conviene comprar RAM ahora o esperar?

En 2023 la respuesta era: «esperá, siempre baja».
En 2024, Micron avisó que la HBM estaba en auge: «quizás suba un poco».
En 2025, después de esta decisión, la respuesta era corta y clara: Si necesitás RAM, comprala ahora. No esperés.

Pero quizás, ya sea algo tarde, mirá… La proyección para 2025/2026 es simple:

  • La industria está volcada a HBM.
  • La producción de DRAM convencional no va a aumentar.
  • Los precios no tienen incentivo para bajar.
  • Los modelos baratos van a desaparecer del mapa.

¿Puede bajar en algún momento puntual? Sí, siempre hay ciclos.
¿Puede volver a costar lo que costaba hace dos años? No. Eso ya murió.

Pero también es un cambio filosófico del mercado

Quizás la parte más triste de esta historia no sea el precio, sino la señal cultural. Durante décadas, la PC fue el centro de la informática, el laboratorio donde nacían tecnologías que luego llegaban al mundo corporativo. Hoy es al revés.

La IA, la nube y los data centers dictan prioridad.
La PC hogareña quedó como un nicho entusiasta, útil, poderoso… pero ya no el motor del mercado.

Micron lo entendió antes que todos:

  • La plata está en HBM.
  • La demanda está en servidores.
  • El futuro está en modelos de IA que consumen gigabytes por segundo.
  • El usuario común ya no define el rumbo de la industria.

Es un cambio silencioso, pero profundo.

No es solo un cierre… es el fin de una época

Cuando una empresa del tamaño de Micron deja de fabricar algo tan básico como RAM de escritorio, no es un movimiento táctico: es un síntoma.

Un síntoma de una industria que ya no piensa en el consumidor como protagonista.
Un síntoma de un mercado donde cada wafer vale oro y se destina al segmento que más paga.
Un síntoma de un mundo donde la PC deja de marcar la agenda y pasa a ser un actor más.

Y sí, esto afecta a los precios.
Pero también afecta al alma de la computación personal.

Porque, admitámoslo, para quienes crecimos armando PCs, cambiando módulos, jugando con latencias y viendo qué chip venía debajo del disipador… Crucial y Micron son parte de nuestra historia.

Hoy esa historia termina.

Y arranca otra: la de una industria que prioriza la IA a cualquier costo.
Incluso al costo de perder un pedacito de la cultura PC.

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